7 Semanas

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Ciudad del vaticano. Posiblemente el estado más pequeño del mundo. Entre la basílica y la plaza San Pedro ya se ocupa el 27% del espacio. Cuenta con menos de novecientos habitantes, y todos hablan latín. Yo estaba allí, en una vieja construcción de la basílica, mirando como Setter se acercaba junto a mi padre.

Baje la vista en cuanto estuvieron frente a mí.

No quería verlos, no quería saber nada de ellos...


—Mírame— Ordeno impetuosa Setter. Apenas levante la cabeza, la palma de su mano dio contra mi mejilla.

Me la sobe inmediatamente debido al horrible dolor que el cachetazo había provocado. Mis ojos se llenaron de lágrimas a causa del impacto.

—¡Perdimos una semana de nuestro tiempo solo porque se te dio jugar a hacer amiguitos vampiros!- Me reto duramente. —¡Por tu bien espero que te comportes aquí! — Me paso por al lado y se dirigió a otra puerta.


Mire a mi padre con molestia. Él también me observo sin expresión alguna.


—Empiezas hoy con tu entrenamiento, ya nos hiciste desperdiciar mucho tiempo—. Anuncio frió. Sin quitarle la vista de encima, inhale fuertemente tratando de calmar mi enojo.

—Eres desagradable... —Murmure.

—¿Estuviste todo este tiempo al lado de un vampiro y crees que yo soy desagradable— Hizo una mueca.

—Al menos el me apreciaba... — Acote.

Inmediatamente se escucharon sus estruendosas carcajadas.

—¿Él te apreciaba? — Dijo entre risas.


Cuando pudo calmarse volvió a mirarme fríamente.


—Los vampiros no pueden apreciar. — dijo con repugnancia

—¡Claro que sí! — dije molesta

—¡Claro que no! ¿Eso es lo que te dijo? ¿Qué podían apreciar? — Me quede en silencio unos segundos tratando de recordar las palabras de Zayn.

—El... él dijo que tenía poca capacidad para apreciar, pero que si podían—.

—Mintió—. Respondió rápido y seguro.

—Tu estas mintiendo si no ¿Por qué el estaría conmigo? —

—¿Por qué será? ¿Por qué si no se acercaba a ti lo matarías? —Note que su sarcasmo se parecía al mío.

—No lo sabes, el en verdad estaba conmigo porque me quería... —

—Elena por favor, soy tu padre no discutas conmigo—.

—¡¿Mi padre?! —Eleve el tono de mi voz. —¡Vete al diablo! ¡No eres mi padre! Ni siquiera se tu nombre... —

—Nicholas. Y cuida lo que dices. No te traje para hablar sobre vampiros, te traje para que aprendas a patearles el trasero—.

—No haré eso—.

—¡Dios! —Se quejó. —Ven conmigo—.


Me tomo bruscamente de la mano y me arrastro a la habitación en la que Setter había entrado antes.

No vi nada apenas abrió la puerta, todo estaba oscuro. Nos metimos ahí y trate de acomodar mi vista sobre la tenue luz que se filtraba por una pequeña ventana. Una vez que logre ver lo que había desearía no haberlo hecho...

Mi Vecino Es Un VampiroWhere stories live. Discover now