Elena

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Comencé a recuperarme, a tener conciencia otra vez. Divise una fuerte luz blanca que se fue extinguiendo hasta dejarme a la vista solo la lamparita de una habitación.

Mire hacia un costado tratando de saber donde me encontraba, y la vi a mi madre.

-¡ Zayn! ¿Estas bien?

Exclamo poniéndose rápidamente a mi lado.

-Si... -Conteste débilmente.

Aun no tenía mucha noción. Creí que estaba muerto. Pero sentí el contacto de la mano de Abel sobre mi mejilla y supe que no era así. Pensé en Elena, ella me había dejado vivir.

-¿Dónde esta, Elena?.- Pregunte nervioso.

-No se.- Respondió mi madre encogiéndose de hombros. 

-Volví a entrar a la casa en cuanto te escuche gritar y te encontré inconciente en el suelo, Elena no estaba allí.

-¿Y no la has visto?.- Cuestione.

-No, hable con su madre y dijo que aun no llega del "Campamento" Me moví nervioso en la cama de aquel hospital.

Me preocupe por la chica que había querido matarme, pero por alguna razón no lo había hecho. No quería que le sucediera nada malo, la necesitaba, necesitaba verla, aun si la tendría que ver matándome, no me importaba, mis ojos necesitaban verla.

-Voy a buscar al médico.

Anuncio Abel dirigiéndose a la puerta.

-Apaga la luz, por favor.- Dije sobandome la cabeza.

Me seguía doliendo, y mas con la tenue pero potente luz de la lamparita.
Mi madre me hizo caso y solo quede alumbrado por la luna que se filtraba en la ventana. Mire hacia esta con pena, recordando la primera vez que Elena se asomo a su ventana y me vio.

Sonreí.

La asuste mucho, pero esa no era mi intención, solo quería verla, como en ese preciso instante. Me acorde también de su rostro iluminándose con una sonrisa al verme cada día en la vereda. De su gracioso y práctico sarcasmo. La manera en que achicaba los ojos cuando se enfadaba conmigo. Como inclinaba la cabeza cuando se aburría. Como me regañaba cada vez que decía una grosería, pero en general ella decía muchas más que yo. Estaba enamorado de esos pequeños detalles de Elena, estaba enamorado de los pocos defectos de Elena, estaba enamorado de todas las virtudes de Elena, estaba enamorado de ella. E iba a seguir estándolo siempre.

No me di cuenta que la puerta se entreabrió. Alguien estaba empujándola lentamente.
Vi como una mano cuyas muñecas estaba cortadas, se asomo para terminar de abrirla.
Allí apareció la dueña de mis pensamientos . Elena se quedo en la puerta mirándome, y yo hice lo mismo, observe cada golpe que tenia su rostro; Tenia uno en el ojo, el labio partido y la mejilla rasguñada.

-¡Elena! ¡¿Qué paso?!.-Pregunte preocupado.

Ella corrió a mi lado y me abrazo.

Puse mis brazos alrededor de su cuerpo, sin creer lo que sucedía. Pensé que me había vuelto a quedar inconciente. Pero otra vez saque malas conclusiones, eso era real, ella era real.

-La mate-.Titubeo ella en un susurro mientras temblaba.

-¿Qué? ¿A quien?

-A Setter, la... la mate-.Tartamudeo.

La aleje un poco y la mire a los ojos.

-¿Qué dijiste?-Pregunte sorprendido.

-La mate.- Repitió asustada. -Nos peleamos y la mate.

Volví a abrazarla y ella a mi.

Trate de decir algo alentador, pero aun no salía de mi estado de shock. Elena estaba entre mis brazos, buscando asilo, y diciendo que había matado a su superior.

-¡Oh Zayn, por dios!- Exclamo ella comenzando a llorar. -Lo siento, quería matarte, lo siento, ni siquiera sabía lo que hacía, no era yo, te lo juro...

Me abrazo con más fuerza sollozando en mi pecho.

Sonreí y acaricie su espalda.

-No tienes que preocuparte, cielo. Se que como es eso del entrenamiento, pero ahora estas aquí conmigo y nada malo te pasara.

La anime.

-Pero la mate...

Me miro y pude notar el pánico y el arrepentimiento en sus ojos.

-¡No dejaste que te lavaran el cerebro! Por eso no me mataste ¿verdad? Recordaste quienes éramos en realidad. Setter habrá estado furiosa, si no lo hacías tú, ella iba a matarte.

Restregó sus ojos con sus manos y me miro cansada.

-Lo siento.

Volvió a disculparse.

-No pasa nada, los vampiros nos curamos rápido.

Sonreí abiertamente.

Por el miedo de ella, trate de ocultar la felicidad inmensa que me traía el saber que había vuelto en si.

Nos quedamos un rato en silencio. Ella mirando el suelo y yo mirándola a ella.

-¿Qué paso?- Cuestione.

Ella me miro a los ojos.

-¿Qué paso con que?

-Quiero decir ¿Qué fue lo que hizo que te dieras cuenta de todo?

Volvió a agachar la vista ante mi pregunta.

-Tú... me sonreíste. A pesar de que yo quería matarte me sonreíste ¿Cómo es que pudiste haberle sonreído a alguien tan monstruoso como yo?

Aquellas eran las mismas palabras que yo le había dicho a ella.

Yo comencé a reír fuertemente.

-¿De que te ríes, tonto? Aun no olvido que me dijiste que estabas profundamente enamorado de mí.

-¡Hey! ¡Yo no dije eso!

Me defendí entre risas.

-¿Ah no? Entonces escuche mal, es que estaba muy ocupada golpeándote.

-¡Oh por favor! ¡Si yo hubiese querido, hubiese ganado esa pelea!

-Si, si, lo que digas Posey. Volviendo al tema... estoy segura que dijiste que me amabas con locura...

-¡No!

-Si.

-No con esas palabras.

-Pero lo dijiste.

-Tal vez.

-Lo dijiste.

-Esta bien, lo dije.

Suspire.

-Bueno... entonces debes estar de suerte porque... yo también te amo.

Mi Vecino Es Un VampiroWhere stories live. Discover now