Capítulo XXVIII

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Natasha terminó de ponerse el maquillaje en los ojos. Ahora si podía decir que estaba lista para la fiesta que estaba dedicada a ella por ser tremendamente estúpida y dejarse clavar una navaja en la cadera por Brock. El solo hecho de volver a pensar en cómo el frío metal se clavaba en su piel la hizo estremecerse. Aplicó un poco más de labial color vino en su labios y se vio por última vez en el espejo, llevaba una vestido color lila de tirantes gruesos y cuello cuadrado que se aferraba a su cuerpo marcando cada curva a la perfección, con tacones negros y el maquillaje que, básicamente, era un poco de polvo, sombras de tonalidades bajas y labial oscuro para acentuar sus labios gruesos. El cabello lo llevaba en rizos perfectos que caían por sobre sus hombros, por obra y gracia de Pepper y su famoso don para los peinados. Y no tenía nada más que hacer en esa habitación de la gran casa de Stark, donde se había estado quedando los últimos tres días, ya que el resto del grupo también estaba allí.

Un suspiro sonoro escapó de los labios de la rusa cuando llegó al living de la mansión, donde había muchos estudiantes, tanto de SHIELD como de otras universidades, hablando y comentando sobre cualquier cosa, pero en cuando ella llegó al lugar del bar improvisado, una luz la ilumino completamente, cegándola, y la voz de Tony se escuchó por los altavoces.

-Y aquí la guapísima festejada, la única capaz de dejar que la usen como carne de cañón, ¡Natasha Romanoff! -. Se escuchó un montón de aplausos y vítores hacía la mencionada que estaba a poco de esconderse detrás de la barra-. Muchos la conocen como la grandísima Black Widow, y otros también como la chica que patea traseros a profesores de Lucha Libre -. Se escucharon risas generales-. Pues, yo la conozco como la arañita y la única mujer que no lleva el apellido Stark con la que no he tenido sexo y me ha pateado el trasero muchas veces -. Las risas se hicieron más fuertes-. ¡Ya está, ya hice el ridículo! Pepper, quiero un trago para pasar la vergüenza, por favor. ¡Y que disfruten la fiesta!

Se escucharon gritos, silbidos y personas haciendo escandalo con tal de sonar como una celebración de universitarios queriendo emborracharse hasta perder la razón.

El maestro de ceremonias, Tony, se acercó a su amiga la pelirroja, quien ya tenía un Martini en la mano.

-Ya hice el ridículo, ¿me darás el auto? -fue lo primero que dijo.

Natasha sonrió de lado y asintió. -Te lo daré. Estorba en mi cochera.

- ¡SIIIIIIIIIIII! -gritó el castaño, alzando los brazos en señal de victoria y tomándose un trago de tequila que lo hizo arrugar el rostro-. Ese tequila estaba rico -dijo, haciendo reír a la rusa y Jane, quien acababa de llegar.

-Parece que será una gran fiesta -comentó la estudiante de astrofísica.

La perteneciente a la facultad de arquitectura asintió y le dio un trago a su bebida.

-Eso parece, hasta que Tony se pone bien borracho y empieza a hacer ridiculeces -rió la pelirroja de ojos verdes.

-Solo espero que no saque el prototipo que está haciendo con ayuda de su padre -agregó Pepper, quien lucía un vestido rosa pálido y sandalias altas plateadas, que le quedaban a la perfección con su altura y sus curvas poco pronunciadas.

Las chicas brindaron por una gran noche y, obviamente, por Natasha que estaba viva, ilesa y sin multas o cargos en su contra. La noche prometía, y las tres señoritas no se quedaron en la barra, sino que fueron jaladas a la pista por chicos que eran compañeros de clases o conocidos, o sus novios.

Tony encontró a Pepper bailando con un moreno alto, y se la arrebató de un tirón. Jane bailaban con Thor, y Natasha estaba muy concentrada bailando con un tipo que había visto alguna vez, pero no recordaba dónde.

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