2413 || Kanato y Tú || Version Español

Capitulo 11

Antes de que comiences a leer, quiero decir algo.

Este capítulo fue uno de los más largos que eh traducido, por lo que pido perdón por cualquier falta de ortografía TuT

Bueno, ya no las molestaré más, solo recuerden leer la nota final... Ah, y no olviden comentar y votar! Todas sus palabras me animan a seguir adelante! \(^o^)/

Preparadas...

Listas...

¡A leer!

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Seguía parada ahí, en shock. Kanato río.

-Te dije que nos veríamos de nuevo, los tres.- el tenía la barra de chocolate en una mano y Teddy en la otra.

-¿C-cuando saliste?-

-Al día siguiente. Uno de mis hermanos pago mi fianza.- el dijo. Para este momento la barriga de chocolate ya se había ido y el comenzaba a sonreír. -¿Te lavaste los dientes?-

-¿Que? ¿Por qué?-

-Te voy a besar, ¿no?-

-Oh, claro.- dije en un susurro, estaba empezando a sonrojarme. "De verdad lo va a hacer, en serio." Pensé.

Rápidamente entre a mi baño h lave mis dientes. Casi me da un infarto al salir del baño, por que él estaba en mi cama.

-¡Kanato! ¡Qué diablos te sucede!- grite tratando de calmarme un poco.

-¿Terminaste?-

-¿Qué estás haciendo en mi cuarto?-

-Estoy sentado en tu cama.-

-¡Nunca te dije que podías!-

-¿Y?- puso a Teddy a un lado de él. -No lo podemos hacer abajo por qué alguno de tus padres podría intervenir.-

El se paro y se dirigió hacia a mí. Él estaba tan cerca mío que nuestras respiraciones chocaban. -Los barrotes ya no están separándonos.-

-¿Eso es bueno o malo?-

-Bueno, es más fácil de este modo.- nuestros labios chocaron. El beso era profundo y lleno de emoción, seguía besándolo mientras mis manos se encontraban enredándose en su sedoso cabello lila.

Minutos después los dos estábamos en la cama, sin camisetas. Debía admitirlo, lo estaba disfrutando.

-Lo entiendo ahora. Ahora entiendo por qué te encerraron por acosamiento sexual.- dije con la respiración pesada. El río.

-Nunca espere que eso pasara, creí que me alejarías o algo.- el susurro mientras plantaba algunos besos en mi cuello. -mmh, adoro tu olor...-

En menos de unos segundo kanato ya había enterrado sus colmillos en mi cuello. Estaba tomando mi sangre.

-Ah, Kanato...- dije con dolor. Pero a el no le importo, él amaba demasiado mi sangre.

-Es muy cálida.- el se lamió los labios. Fue hacia la otra parte de mi cuello y me mordió de nuevo.

No paro hasta que escuchaste el timbre. -Kanato, hay alguien abajo.-

-No me importa. Necesito más.- gruñó.

-Kanato para, necesito ir a ver quién es.- le dije, no quería que parara, de verdad. Había esperado por esto desde hace meses, pero tenía que abrir la puerta. -Si es que es alguno de mis padres, estaremos muertos.-