Amor al volante (Amor sobre ruedas #1)

28 - Ella

Ella

No logro dormirme, no logro dejar de pensarlo, no logro dejar de sonreír... mi corazón no logra dejar de latir cada vez que recuerdo su imagen en mi mente.

Que me haya vuelto a acompañar a esperar el bus ha sido lo más lindo que me pasó en el día. Haber hablado con Mauricio durante esa media hora me ha permitido conocerlo más, lo que me hace quererlo más y asegurarme nuevamente de que estoy frente a un chico que vale oro.

Si tan sólo pudiese asegurarme de que lo que hace es por verdadero interés hacia mi o si sólo lo hace por ser buena persona... Porque no me sorprendería que lo hiciera simplemente para que yo no espere sola el bus.

Termino durmiéndome casi a la madrugada por lo cual, despertarme al día siguiente se torna una dura pelea contra mis párpados y mi poca fuerza de voluntad. Pero finalmente logro ponerme de pie, cambiarme y desayunar para ir a un nuevo día de universidad.

Apenas llego, me es imposible no buscarlo por los pasillos. En mi interior siento una ansiedad por verlo que hace mucho no experimentaba con nadie.

Pero no logro dar con él sino hasta el recreo. Apenas me ve camina a mi encuentro para saludarme con un abrazo afectuoso, el cual me sorprende a pesar de la repetición con la que se van dando tanto aquellos como sus besos en la mejilla.

Luego de consultarme cómo he llegado ayer a mi casa y cómo me está yendo el día, me pregunta si me quedaré a almorzar allí. Asiento segura ya que comer en el comedor de la universidad se ha tornado una costumbre, aunque no tenga clases después del mediodía.

—A unas cuadras de acá hay un Mc Donald's —comenta pasando la mano por su cabello negro—. Si quieres podemos...

—Dale —lo interrumpo dispuesta a cortar con su nerviosismo—. Me parece una buena idea.