#3: Preguntas sin respuesta

1.5K 102 42
                                    

Gruñí y traté de enfocar mi vista en el reloj digital de mi mesita de noche, resoplando al ver que eran las dos y media de la madrugada. Mirando por encima de mi hombro, aparte de la silueta de Mephisto rodeándome con sus brazos, veía el gran ventanal de nuestra habitación: la noche cerrada estaba hermosamente iluminada por una gran luna llena. 

"Estupendo. Otra noche de insomnio."

Me arrastré hacia delante, zafándome de mi marido, y poniéndome de pie. Calcé mis pantuflas y cogí mi albornoz de raso violeta para evitar pasar frío al salir de la habitación. Miré una última vez al demonio para cerciorarme de que seguía dormido y abrí la puerta que conectaba nuestro cuarto con el despacho de director de Mephisto. Allí, el mismo diseño de ventanal que permitía la entrada de la luz lunar me ayudó a no tropezarme con nada, aunque era poco probable ya que conocía lo suficiente la estancia. 

Giré la silla del escritorio y la puse frente al cristal, sentándome y observando la entrada de la academia de Vera Cruz una noche más. Me relajaban esos momentos a solas, en la oscuridad, con mis pensamientos.

No me acordaba ya de cuándo había nacido, ni cuándo había comenzado la apuesta. Sólo sabía que se nos agotaba el tiempo a los dos, y que no se iba a torcer la balanza por ningún lado. Por alguna razón me negaba a preguntarle a Mephisto cuántos años habían pasado ya, porque las dos posibles respuestas no me gustaban: una, que me contestase que estaban a punto de cumplirse los mil apostados, o dos... que me preguntase si me sentía vieja. En tal caso dejaría de hablarle en lo que quedase de apuesta. 

Reí en silencio al pensar eso. Desde el principio he de admitir que Mephisto me ha sacado de quicio tantas veces que he perdido la cuenta, incluyendo "despistes" que por poco me costaban la vida...

********1417, plena Edad Media. Cacería de brujas********

Advertencia: los creyentes en Dios será mejor que se salten esta parte. Soy atea a sangre fría y a través de Kira aquí expreso una pequeña parte de lo que opino al respecto. Así que si eres creyente que sepas que te respeto, pero respeta tú mi opinión y no me hagas enfadar en los comentarios. Gracias

- ¡Hijos míos!- llama la atención de todos los presentes un cura desde la horca. Todos los que alcanzan a oírle se detienen curiosos. Desgraciadamente, Mephisto y yo también estamos cerca-. ¡No temáis por vuestras vidas! ¡Todas las brujas y aliados del demonio están siendo interrogados para descubrir a más de los suyos! ¡Dentro de poco podremos respirar en paz sin sentirnos intimidados por sirvientes de Satán!

- Y capaz que yo cuento entre los aliados- comento con humor negro y hago reír a Mephisto.

- Eso es ofensivo. Ni siquiera están matando brujas, las verdaderas no son tan estúpidas para dejarse cazar- murmura él cerca de mi oído. Asiento, comenzando a impacientarme.

- ¡Dios nos protegerá a todos y castigará a aquellos que osen cometer un acto tan indecente como la brujería!- apenas el cura proclama eso, Mephisto me mira preocupado y me sujeta el hombro listo para sacarme de allí. Sabe que ha sido la gota que colma el vaso.

- ¡Sandeces!- grito antes de que mi marido logre cerrarme la boca. Todos los que se han reunido alrededor de la horca donde el cura se deja ver se giran a verme como si fuese yo misma la que llevase el diablo consigo... Aunque, en cierto modo, así era.

- ¿Cómo dices, joven?- cuestiona el cura santificándose. 

- ¡Lo que llamáis justicia es genocidio! ¡Acusáis a personas inocentes que no han hecho nada malo y les arrebatáis la vida que sus padres les otorgaron!

Matrimonio apostado Where stories live. Discover now