Mi Hombre Seducción |Jelena|

Capitulo 17

Estaba en última hora, en clase de Matemáticas.

Mire mi teléfono para ver la hora, solo 15 minutos más.

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El timbre sonó, sonreí y guarde todas mis cosas.

Tome mi bolso y salí del salón.

En el camino me tome a Nick, lo vi y le sonreí y el camino hacia mi.

—Te veré el lunes Gómez? —dijo sonriendo con mucha ternura—.

—Me veras el lunes —sonreí—.

Camine hasta el estacionamiento y en el camino escuche gritos.

Mire rápidamente y había una multitud allí gritando.

Camine hacia todo ellos y vi que era una película.

No alcanzaba a ver quiénes eran los que peleaban así que me acerqué más, al intentar acercarme alguien me empujó haciendo quedar enfrente de los que peleaban.

Se detuvieron y todos me miraron.

Mi corazón se detuvo cuando me di cuenta de que las personas que peleaban era mi Justin y Zayn.

Ambos me miraron, yo no sabía que hacer, todo era como el primer día.

Justin me miró y levantó una ceja.

—Me extrañaste? —dijo Justin—.

Suspire enojada, tire mi bolso y me lancé contra Justin.

Intentaba golpearlo pero era imposible, me dolía hacerlo.

—¿Qué te sucede!? —grito Justin—.

Me detuve un momento, mire a todos a mi alrededor.

Tome mi bolso y salí corriendo.

Corrí sin detenerme hasta llegar a mi auto, podía escuchar como Zayn me seguía gritando mi nombre.

*

Abrí mis ojos, mire a mi alrededor y estaba todo apagado mire el reloj que estaba aún lado de mi y marcaba las 3:45 am.

Todo había sido un sueño, lo cual me alegraba y a la vez me preocupaba.

Cubrí mi cuerpo nuevamente con la cobija color blanca y volví a dormir.

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Abrí mis ojos lentamente para no lastimarlos con la luz del sol.

Me levante de la cama y camine hasta el baño, enjuage mi cara y camine hasta la habitación de mi abuela.

Vi la puerta abierta y la vi a ella acostada leyendo un libro.

Entre y me senté en una esquina de la cama.

—Buenos días abue —dije sonriendo—.

Despejo sus ojos del libro, se quitó los lentes y después me miro sonriendo.

—Buenos días pequeña.

Sonreí y me acosté aún lado de ella, ella acaricio mi pelo y sentí un alivio.

Estar con ella me recordaba estar con mi madre, y los maravillosos momentos que pasábamos juntas.

—Selena, tal vez deberías ir a visitar a tu padre... —dijo mi abuela rompiendo el silencio—.

Me levante rápidamente de la cama y después la mire extraño.

—Jamás! —exprese yo—.

—¿Pero porque no? —dijo ella con tanta tranquilidad, que hacía preocuparme—.