Capítulo 10

2.5K 225 9
                                    

Todo estaba en silencio, escuchaba agua caer de alguna parte, como si el grifo no estuviera cerrado del todo. Me sentía débil, nerviosa y preocupada. Estábamos escondidos en la bodega del bar, por si alguien entraba.

—Lia, cuando conocí a Harry me contó que estaba buscando a sus padres, sus verdaderos padres.

—Nunca creí que...

—Pero todo se complicó cuando, mientras buscaba a sus padres, se encontró con unos vampiros que lo secuestraron y maltrataron hasta que perdió su humanidad.

—¿Qué? —salió de mí algo ahogado.

—No te lo podrías imaginar ni en un millón de años, pero cuando le miré a los ojos... solo vi un vació, y muerte, mucha muerte.

—Pero lo supero.

—Crearon una máquina de matar y se convenció que solo existía para eso. Cree que no sirve para nada más y se acerra a eso, le da igual lo que dicen los demás.

—Pero.... —repetí sin querer creérmelo— no estaba así cuando le conocí.

—Si era así, venía cada día a mi bar, decía que yo era el único que le hacía sentir bien, importante y relajado.

—Eres muy importante para él—aseguré al verle tan triste.

—No obstante, un día volvió y me sorprendió, el color en sus ojos había vuelto, decía que no iba a volver a matar, que saldría de todo eso.

—¿Por qué? ¿Qué había cambiado?

—Tú, Lia, tú llegaste a su vida.

—¿Qué?

—Me contó como olió una sangre perfecta, y cuando siguió aquel olor te encontró, en el instituto, asustada y dormida, decía que eras tan inocente que ni siquiera tuvo tiempo para dudar si estaba bien o mal, no pudo elegir, le gustaste sin ni siquiera verte. —No pude evitar dejar caer algunas lágrimas al escuchar eso— Tú le cambiaste, le devolviste la humanidad sin querer, y puedes devolvérsela de nuevo, ahora quieres hacerlo ¿verdad?

—Sí —afirmé sin dudarlo—, quiero, quiero hacerlo.

—Sabes, no hizo falta ni verte para saber que le querías, y menos saber que él te quería, me contó que te había estado siguiendo desde entonces, en tu casa, en el instituto, comprando, comiendo... cada paso que dabas le interesaba y se le hacía imposible dejar de mirarte.

—Eso explicaría muchas cosas— dije intentando no pensar cuanto le echaba de menos.

—Tienes que encontrarle, debes devolverle a casa.

—Lo sé Tyler, pero... sé que ha tenido la oportunidad de volver a casa y no lo ha hecho, no estoy segura de que quiera volver.

—Le ha debido ocurrir algo por lo que no ha vuelto, estoy segura, tiene una excusa buena.

—Créeme yo soy la primera que quiere creer eso, pero no se me ocurre nada para excusarle, ni siquiera ha llamado, me tuvo en frente y me escupió. Me obligo a olvidarle y alejarme de él.

—Y aun así sigues queriendo traerle.

—Por encima de todo.

—¿Por qué? —interrumpió Danic— Es un idiota, un niñato más que se cree dios solo por poder elegir quien muere y quien no, olvídalo.

—No lo entiendes, él haría lo mismo por mí.

—Es un idiota, es un completo idiota —afirmó Tyler—, pero ten cuidado con lo que dices sobre él.

—Lo siento, tengo problemas sobre que verdades decir delante de los demás y cuáles no.

—Danic —le llamé frenándole—, será mejor que esperes en el coche.

—Lo dudo.

—¿De dónde sacas a esta gente, Lia?

De pronto había un ambiente incómodo y tenso, no sabía cómo relajarles, o si simplemente ignorarles.

No tuve tiempo para pensarlo más, la puerta principal fue forzada y Tyler nos pidió que esperásemos allí hasta que se librará del cliente, seguramente ebrio.

—¿Cómo conociste a ese tipo? —quiso saber mi compañero mientras miraba los vinos, eligiendo el mejor.

—Es amigo de Harry, y mío, pórtate bien con él, me ayudó mucho.

—¿Te entreno para luchar?

—No —negué sin entenderlo.

—Entonces no te ha ayudado.

—Eso no lo es todo.

—Te lo discutiría.

—Él me envió la información sobre el paradero de Harry, y así ye ayude a ti.

—Bueno, al menos sirve para algo.

De pronto, se escuchó golpes y ruidos, como si estuvieran peleando.

—¡Tyler!

—¡Eh! ¿A dónde crees que vas? —Cuestionó Danic agarrándome con una mano y con la otra sujetando un vino.

—¡A ayudarle!

—No podemos luchar, yo estoy herido y tu sola no puedes.

No me había dado cuenta de que una herida en la tripa le estaba debilitando.

—¿Cuándo te la has? —fui a averiguar cuando me empujo contra su pecho y apago la luz.

Unos pasos se escucharon cerca, aquellos hombres eran cazadores, no había duda, pero ¿qué buscaban? ¿o a quién?

Amor vampirico (SpV#3)Where stories live. Discover now