Dieciocho

29.7K 2.2K 98
                                    

Despertar al lado de Matías debe ser lejos la mejor sensación del mundo, más aún verlo descansar tranquilo a mi lado. Su rostro refleja felicidad, esa que cuando lo conocí parecía no existir. Las sábanas cubren solo la mitad de su cuerpo, permitiéndome admirar aquel maravilloso abdomen, sus brazos fuertes y aquellas manos que me acarician con delicadeza.

Puede que él aún no se haya dado cuenta de que está enamorado de mí, pero esto que estamos viviendo no podría ser otra cosa si no amor.

Mi cuerpo me avisa que debo levantarme para ir al baño, aunque me encantaría quedarme contemplándolo un rato más. Al volver Matías ya se ha levantado y me comenta que la señora Fernanda ya llegó y nos preparará el desayuno. Me acerco a él y le doy un pequeño beso.

―¿Cómo pasaste la noche? ―le pregunto.

―Excelente, contigo a mi lado no podría ser de otra forma, ¿Y tú?

―Mejor aún. Creo que ese lado de ahí ―señalo el lado de la cama donde dormí― estaba hecho exclusivamente para mí.

―Eres muy linda, me encanta que estés conmigo, pero creo que deberíamos apurarnos, porque si no llegaremos tarde al trabajo.

―Pero yo estoy con el jefe, así que no creo que me reten.

―Quizás el jefe te llame a su oficina toda la mañana para que le expliques con detalle el motivo de tu atraso.

―Me encantará decirle que fue por su culpa―. Ambos nos reímos.

―Ven, duchémonos juntos, así aprovechamos el tiempo ―me sugiere.

―Así nos demoraremos más y tal vez ni lleguemos a trabajar ―reprocho y le doy un beso en los labios.

―Estoy seguro que valdrá la pena faltar al trabajo por ti. Pero hoy no puedo, tengo demasiado por hacer, debo dejar todo listo antes de mi viaje.

―Bueno, pero si llegamos tarde será tu responsabilidad ―aclaro.

―Pero creo que si te ayudo a quitar esa ropa, nos demoramos menos.

Ambos nos reímos con coquetería, dejo que él me quite la ropa y nos vamos juntos a la ducha. Al salir nos damos cuenta de que estamos algo atrasados, pero felices. Nos arreglamos rápidamente y tomamos desayuno.

Comienzo a pensar en que inevitablemente me verán llegar a Ryts con Matías y luego de admitirle a Jocelyn que estamos juntos, el rumor de nuestra relación se expandirá rápido. No sé por qué me preocupa tanto. Matías tiene claro que estoy con él porque lo amo, porque he hecho una serie de locuras para estar con él y que muchas veces parecía psicópata en mi forma de actuar, pero ha valido la pena, porque lo he conseguido. Tal vez mi locura sea parte de mi encanto. Pero no todo el mundo sabe lo que he hecho, solo mi amigo Sebastián, el resto jamás sospecharía las locuras que hice y lo mucho que sufrí con el rechazo de Matías.

Nunca me ha preocupado lo que puedan opinar de mí, pero no quiero que nadie le diga cosas a Matías que puedan afectar nuestra relación.

Al terminar el desayuno, nos cepillamos los dientes, me coloco algo de maquillaje y nos vamos a la empresa. Llegaremos tarde al menos media hora, cuando ya todos están en su lugar de trabajo.

―¿Te pasa algo, Cata? Estás muy callada ―observa Matías.

―No me pasa nada, solo estoy pensando.

―¿En qué? ¿En mí? ―dice con picardía.

―No precisamente.

―¿No? ―se decepciona.

Hasta que me olvide de ti #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora