XXXIV

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*Mangel
Me desperté, y aprovechando de que Rubius seguía durmiendo, fui a hacerle el desayuno. Unas simples tostadas y chocolate caliente para empezar el día.
Entre a la habitación con el desayuno en una bandeja, y vi a Rubius despertando.
- ¡Trajiste el desayuno! - se vio emocionado.
Salto de la cama, pero su cola en el instante se puso tiesa, y callo de cara al suelo.
- ¡Rubiuh! - deje la bandeja en el suelo y lo levante - ¿Cómo se te ocurre caerte?
- Me duele.
No evite ruborizarme al pensar que el causante de su dolor era yo. Lo acosté en la cama, con la más extrema delicadeza, y le serví su desayuno.
- ¿Porqué me duele tanto? - se quejaba.
- P-Pues... Bu-Bueno - me rasque la nuca nervioso, al recordar como se veía ayer - lo que pasó... Entre no-nosotros.
- Ah - pareció entender, cosa que agradecí.
Lo deje desayunar en la habitación, mientras yo veía la televisión en el living. No había nada interesante, hasta que coloque un noticiero, donde hablaban con unas personas veterinarias y una persona de la perrera.
- Díganme, ¿que hay de malo en que los dueños boten a sus mascotas? - pregunto el periodista.
- Bueno - comenzó uno de los veterinarios - además del simple hecho de arrojar un ser vivo a un mundo desconocido y peligroso para el, puede que la mascota lleve consigo enfermedades, no sólo rabia, si no que mucho peores...
Peores enfermedades en las mascotas... ¿acaso Rubius tenia alguna clase de enfermedad? Pensé en investigar, pero Google no fue mi compañero esta vez, ya que salían las típicas enfermedades, pero yo quería saber cuales eran las peores.
Llame a Alex, temo que esta es la idea más alocada que he tenido en toda mi vida - después de acostarme con un chico gato -.
- ... entonces nos vemos en la tarde, Alex - me despedí y colgué.
- ¿Quien era? - grito desde la habitación Rubius.
- Solo era Alex... - fui a la habitación - ¿todavía no te puedes mover?
- Deja me ver... - se intentó parar, pero su cola se erizo otra vez y callo de cara en la cama.
- Veo que no - sonreí un poco sonrojado. Me hacía gracia como caía, pero me daba vergüenza pensar que yo ayer le robe su inocencia... junto a su trasero.
- Alex dijo que lo visitará, me juntare con el.
- ¿Uh? - me miró - ¿y yo?
- Ni siquiera puedes levantarte de la cama.
- Pe-Pero... - Me hizo un puchero, mirándome con sus ojos verdes.
Maldición, estaba muy cerca de mi cara. Podía sentir su aliento en mi.
- Va-vale - corrí la cara - pero tendrás que ir en mi espaldas y no molestar.
- ¡Si! - salto, pero su nuevamente su cola se erizo, y nuevamente cayó de cara.
Lo ayude a vestirse, muy lentamente, sobre todo los pantalones y su... ropa interior.
Luego de estar listos, lo cargue en mi espalda, y caminamos para encontrarnos con Alex. Fue algo cansador realmente que no se pueda mover por si solo, pero tengo que cargar con la responsabilidad de haberle destrozado su trasero.
- ¡Hey! Alex - estiró su brazo Rubius, para luego agitarlo llamando la atención.
- No grites tanto - ignoraba como las otras personas nos miraban.
- Pero si no le grito no escuchará, es un anciano sordo - hizo un puchero.
- ¿Anciano sordo? - aparecía de las grandes oscuridades, Alex, el sicario.
- Ho-hola Alex - salude intentando aliviar el aura oscura de Alex.
- Creí que estaba enfermo - miro de reojo a Rubius.
- ¿Enfermo? - me miro confundido el joven gato.
- Ya se le paso, pero le duele un poco la espalda, y le duelo el quedarse parado.
- ¿Qué tiene que ver una enfermedad con un dolor de espalda? Esto podría ser grabe...
- No es nada, no te preocupes por ello. Tubo que haber dormido mal, eso es todo - No, lo que pasa es que no lo deje dormir en paz.
- Bah - suspiro Alex - ¿me las tendré que dar de niñera y llevarlo al parque?
- Algo así - sonreí agotado.
- Ya dámelo - Alex lo tomo en su espalda y me dio unas llaves - iremos a un café por aquí cerca, no te demores.
- Solo será un momento - sonreí.
Vi como esos dos se alejaban al café de la esquina. Di media vuelta y fui a mi objetivo, el investigar por mi cuenta.

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Mangel Holmes.
¿qué investigará Mangel? ¿Alex sabrá sobre el origen del “dolor de espalda” de Rubén? ¿Hasta cuándo Rubius no va a poder caminar? ¿Es realmente Alex un anciano sordo, o un super psíquico que escucha lo que piensas....? (ten cuidado, Alex podría escuchar lo que piensas :v)
Todas las respuestas - o la gran mayoría - se resolverán en el próximo capítulo.
Mangel: ¿Po-podrían dejar de hablar sobre el dolor de espaldas de Rubius?
- No, destruiste el trasero-ukeable de nuestra pasiva... aunque no está mal...
Mangel: Nunca cambian *sonríe agotado*

Entre rasguños, hay amorWhere stories live. Discover now