XXXV

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*Rubius*
- ¿Donde va Mangel? - pregunte a Alex.
- Va a buscar unas cosillas que hay en mi casa.
- ¿Porqué no vamos nosotros?
- Porque Mangel no quiere que seamos un peso más en la espalda - sentí que eso fue una directa muy directa.
Llegamos al café y pude ver que gente nos observaba. ¿acaso no tape mi cola y mis orejas?. Me toque la cabeza, y sentí mi gorra bien puesta, al igual que los pantalones, que escondían la cola.
- ¿Porqué hay tantas personas que miran? - le pregunte susurrando.
- Tal vez, porque ya eres un tipo mayor de edad para que te vallan llevando en la espalda - sonrió falsamente.
- ¿No es normal? No lo sabia...
- Pues ahora lo sabes - me bajo y me sentó en una silla.
- ¡Ay! - di un grito de dolor al sentarme.
- ¿Q-que te paso? ¿Te lastime? - se vio nervioso.
- Si - mis ojos estaban llorosos.
No aguante el dolor, y comencé a llorar.

*Alex*
- N-No llores - sonreí nervioso.
Al comenzar a llorar, la gente se nos quedó viendo.
Me empezaron a mirar a mi y a susurrar comentarios.
- ¿Serán pareja? - pregunto una señora vieja.
- Yo creo, si es así, esta muy mal hacerlo llorar de esa manera - repitió un señor de barba blanca.
Y así comenzaron los rumores de que era un tipo malvado con mi pareja, no tenía corazón, no tenía sentimientos, y un sinnúmero de apodos, como el rompecorazones o monstruo sin sentimientos.
- Por favor, pa-para de llorar - lo agarre de los hombros.
- ¡No sabes cuanto duele esto! - no paraba de llorar.
No pensé en más y lo abrace, y en el abrazo tape su boca.
- Vamos, calla, que nos miran todos - le susurré, disimulando acariciar su espalda.
- O-Ok - se levantó secándose las lágrimas.
- ¿Paso el dolor?
- ¡Si! - sonrió sinceramente.
- Que bien que se hayan arreglado - sonrió la vieja de antes - ¡señor! unos jugos y pasteles para esa pareja.
- ¡¿Kiie?! - mi cara se puso pálida, lo doy por hecho.
- Shhh - me callo Rubius y empezó a susurrarme - es comida gratis.
No se que me daba más miedo, la vieja que pensaba que eramos pareja, o Rubius que quería comida gratis por cualquier medio.

********
- ¿Te-terminaste tan rápido? - mis ojos se abrieron cómo platos.
- No era mucho, además tenia hambre, quiero más comida gratis... - sonrió imaginando se probablemente comida.
Ahora se quien da más miedo, el.
- Mangel ya debería de venir en camino, ¿no crees? - vi mi reloj en la muñeca.
- ¿Qué hora es? - pregunto sobandose el estomago.
- Las cinco de la tarde - mire por la ventana.
- ¿Eso es tarde?
- Aun no, pero ya hay que irnos.
Me levante, y fue en ese preciso momento cuando recordé un hermoso y cansado detalle... ¡¿Cómo coño levanto ahora a Rubius?!
- ¿Aun no te puedes mover?
- Algo - movió su pierna, haciendo una muela de dolor.
- ¿Aguantaras que te levante?
- Si.
- Por favor, no llores - susurre.
Lo levante con un extremo cuidado, y cuando ya estaba en mi espalda, solté un suspiro. La misión “levanta al gato llorón” fue un éxito.
- ¿Qué haremos ahora? - pregunto Rubius en mi espalda.
- No lo sé, mejor llamare a Mangel.
Con una maniobra que ni un contorsionista pudo lograr, saque el móvil de mi pantalón.
- ¿Aloh?
- Mangel, ¿ya has terminado con...
- ¡Mangel! ¡Tuvimos comida gratis!
- ¿En serio? - río - ¿Porqué?
- Es que pensaron que... - aleje el móvil de su alcance.
- De ahí te digo - volví al tema - ¿estas listo?
- Si, ahora mismo estoy saliendo.
- Esta bien, nos encontramos en el parque que esta al frente del café.
- ¿Acaso no sabes ubicarte más que por ese café?
- Claro, pero Rubius realmente pesa, y es el lugar más cercano.
- Ok, Ok - reía cansado - nos vemos.
- Nos vemos - colgué.
Mangel al parecer, término su trabajo de investigación secreta.
Cruzamos para llegar al parque. Allí senté a Rubius con el mayor cuidado en una banca. Al parecer se había acostumbrado. Estuvimos sentados esperando.
- Alex - me llamo el chico gato.
- ¿Qué?
- Mangel se escuchaba cansado, además de que su risa no era la misma, era como si estuviera cansado o la estuviera disimulando, ¿qué pasó? - dijo mirando el suelo.
- Bueno, eso no te lo puedo responder yo, tendrías que preguntárselo a el - mire al cielo, que ya era naranja.
- Se.
Estuvimos vario rato mirando como el sol se ponía, hasta que cayó la noche.
- Y... ¿Cómo te ha ido con Mangel? - pregunte.
- Bu-bueno - se sonrojo - dormimos juntos.
- Oh, entonces, ¿han salido?, ¿estas enamorado de Mangel?
- Si hemos salido, a muchos lugares, pero, ¿que es enamorarse realmente?
- Enamorarse es no querer irte de el lado de esa persona, hacer cualquier cosa por ella, entregarte, extrañarla cuando no esta contigo, y que te duela un «nos vemos».
- Ya veo - miro las estrellas, sonrojado y sonriendo - entonces sí, estoy enamorado de Mangel.

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Ay dioh mioh °A°
Al fin ha dicho lo obvio.
Pobre Alex, quedo atormentado por esa vieja y por "Rubius, el loco de la comida gratis"
Nos vemos el próximo capítulo!

Entre rasguños, hay amorWhere stories live. Discover now