Capítulo 15."Me gusta un chico"

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Cuando da el final de la clase, espero unos quince minutos a que James se adelante para después comenzar a organizar en mi mente un casual plan donde me lo topo y le pido que si podemos hablar y entonces le dejo en claro que no arruina mi vida. Sólo un poquito.

Cuando en mi celular veo que ya han pasado los quince minutos, tomo a toda prisa mis cosas y me sorprendo cuando veo que nadie me mira raro por quedarme quince minutos sentada en mi lugar sin hacer nada.

Troto por el corredor y bajo las escaleras con cuidado de no tropezarme y comenzar a rodar hasta el piso siguiente

Cuando llego al primer piso y bajo las pocas escaleras para salir del edificio, por primera vez me doy cuenta que estamos en otoño y que los árboles siguen con sus hojas de color verde amarillento, el sol aún da calor y evita que el aire esté gélido, ¿Por qué los árboles no estaba como en las películas y las personas vestían como los modelos de las revistas de otoño?

Me quedo en mi lugar entrecerrando un poco los ojos por el sol e intentando buscar a James. Un pequeña oleada de viento templado recorre el lugar y tengo que ponerme el cabello detrás de la oreja porque me pica los ojos.

Cuando visualizo la chaqueta negra de James, me preparo para gritar su nombre, pero tan rápido como abro la boca, la cierro, ya que veo que abraza a una chica de la cintura y no necesito ver quién es para saber que es su novia perfecta llamada Carlee según Cecy.

Cuando veo que se acerca para besarla, me comienzo a preguntar por qué quería disculparme con él

Por que aún conservas un hipotálamo.

Suelto un sonoro suspiro mientras me acomodo bien la mochila en los dos hombros y me doy la vuelta, para ir por el común camino que tomo casi a diario para ir a la cafetería.

Falta exactamente una semana para mi cumpleaños y por primera vez después de mucho tiempo, no me emociona en lo más mínimo. Quizá porque estaba madurando o porque me estaba aburriendo de mi vida.

Eso era algo sin sentido y tonto, mi mamá me regañaría por decir eso, pero creo que a este paso en el que al parecer soy yo contra el mundo, comienzo a aburrirme y a cansarme de ir más adelante sin saber que es lo que persigo.

— ¡Courtney!

Al escuchar mi nombre, me detengo y miro a mi espaldas intentando saber quien es; veo a Cecy trotando en dirección a mi con alguien de la mano.

Cuando llega frente a mi, sonríe un poco mientras se arregla la playera con un lee escote que permite verle unos dos lunares en el pecho.

— Vaya, Courtney, íbamos a ir a la cafetería, pero ahora que te veo, no puedo perder la oportunidad— sonríe— , él es mi novio Finn, Finn ella es una de mis mejores amigas Courtney.

Miro a Cecy sorprendida y una pequeña sonrisa se me escapa. Soy su mejor amiga.

— Hola— decimos al mismo tiempo.

— ¿Vas a la cafetería cierto?— pregunta Cecy.

Asiento con la cabeza.

— Hoy no podré ir, tengo cosas que hacer— me guiña un ojo— , me saludas a la pequeña Amy.

— Claro— sonrío— , suerte en lo que sea que vayan hacer... y supongo que con cuidado...ya saben... no quiero ser niñera de medio tiempo o algo así.

Finn se sonroja mientras me regala una sonrisa casi para romper la tensión, mientras que Cecy, chasquea la lengua y le besa la mejilla a su novio.

— Bueno, si nos disculpas.

Cecy le toma la mano a Finn mientras que comienzan a irse, y por lo rápido que ambos caminan, se nota que quieren llegar rápido a una habitación.

Hacen tan linda pareja.

*

— ¿Debo saber qué es lo que iba hacer con su novio?— pregunta Amy, con el ceño fruncido.

— Yo diría que es mejor quedarse con la duda.

Salimos por la puerta de la cafetería y después le pongo seguro para evitar que alguien entre de noche y pueda robar algo. Guardo las llaves en mi mochila y vamos directo a casa de Amy, ya que como era costumbre, siempre la acompañaba a su casa para que no se fuera sola. No vive tan lejos, sólo a unas tres calles de la cafetería en un departamento de un bonito edificio.

—Tengo que decirte algo.— escucho su voz después de un corto rato.

Miro a Amy esperando a que hable, con la esperanza de que no sea nada malo.

—Me gusta un chico en la escuela.

Suelto un pequeño suspiro mientras sonrío y miro al frente, esperando que siga hablado. La pequeña Amy apenas va por el largo y duro camino que se empieza por el típico "me gusta un chico".

—¿Y cómo es el chico?

—Es alto, tiene el cabello castaño, ojos café—por la forma en la que lo describe y la tonta sonrisa en su cara, sé que le gusta de verdad—Se llama Harry (Y no, no es el harry de one direction, porque la vez pasada dijeron lo mismo con el capitán de los cuernos en el libro pasado.....) y hoy le hable por primera vez desde que lo vi la semana pasada.

— ¿Cómo lo conociste?

— Es una larga historia— sonríe— Estaba en el recreo con una amiga cuando el y sus amigos pasaron frente a nosotros y no pude evitar verlo, casi el sobresalía de su grupito de amigos. Y hoy me sentaron junto a él en la clase de química y descubrí que se llama Harry.

— ¿Y hablaste con él?— le pregunto.

Ella niega con la cabeza mientras patea la tapa de una botella que está en el suelo.

— Es muy estúpido para hacer eso... Quizá la popularidad como niño bonito de primer año, es afectada si habla con chicas como yo.

— Los chicos así, son unos idiotas, te lo digo por experiencia— hago una mueca— pero aveces pueden tener sentimientos... aunque te lo digan muy tarde... Aveces son unos cabeza hueca intentan abusar de las chicas, o aveces son unos retrasados que arruinan los planes de sus amigos— Amy me mira raro— . El punto es, no tienes que hablar primero y demostrarle que te gusta porque puede aprovechar eso y tener una grande ventaja sobre ti.

— Court... Soy Amy la tonta.

Cristina, soy Courtney la torpe, la que choca con cosas y a la que le tiran los libros.

— Sí de verdad fueras Amy la tonta, ¿Crees que tendrías ese trabajo en la cafetería?

La miro; tan inofensiva, casi como el recuerdo que tengo de mi misma cuando iba en primer año y sentía que era las más torpe del mundo.

— No creo que seas torpe, creo que eres muy inteligente. Además, eres bonita, podrías tenerlo a tus pies si tienes la suficiente confianza en ti misma. Sólo recuerda, si tienes un exceso de confianza, que no se te vaya de las manos, porque no quieres terminar como la chica que te conté que se llama Jennifer.

— Ese es otro problema... no es muy fácil conseguir esa confianza.

— Lo sé, pequeña Amy, pero no es tan díficil, porque no hay que buscarla ni adivinar donde está, solamente tu tienes ese pequeño poder. Tu eres la única que decide de eso y la única que se puede hacer sentir bonita, porque si no lo haces, nadie más lo va hacer.

Acepta que nos hemos enamorado. ¡Disponible en todas las librerías!Where stories live. Discover now