13.

1.6K 235 178
                                    

Nov.

May me regaló aquella sonrisa maliciosa que se le deslizaba por el rostro. Apretujaba sus mejillas despacito y en sus ojos se reflejaba el brillo de la razuradora electrica. Hizo un clic y la maquina emitió el particular sonido del terror. Y hablaba en serio, mis oadres me forzaban cada cuatro meses a sentarme en uno de esos caballitos balancines para esperar la tortura de una de esas máquinas. Todo gracias a que mi único amigo de la escuela primaria -un intento de geek- juraba que eso podría volarte una oreja.

Me reí con nerviosismo, había encontrado un nuevo objetivo para la noche. De aquí a las once o cuando estuvieramos de vuelta en la habitación, tendría que evitar que May notara que le temía a esas cosas.

-¿Y eso para qué?- Flynn mascaba un chicle ruidosamente desse la otra esquina de la habitación. A penas tuvo que desoegar la mirada de su comic, el sonido del terror lo conociamos todos.

-¿No es ya un poco obvio?- Alcé las cejas. Tenía una idea, pero era una idea demasiado cruel. -Parece que el último corte de cabello de Calum fue hace como siete años.

-¿Vas a rapar a Calum?- Flynn se ahogó en su goma de mascar ante mi alarido. No supe si fue porque se sorprendió conmigo o si se sorprendió de que de repente sintiera algún tipo de remordimiento.

-No pretendan que no será divertido. -Me encogí de hombros para salir libre de sospechas. Seguro que si no me importaba a mí, menos a Flynn. No quería hacerle sentir culpable.

-Esta bien, vamos.

-¡¿Ahora!?

Flynn dejó su cómic de lado y se apresuró a llegar a donde May y yo estabamos. Me tomó de las mejillas para mirarme directo a los ojos.

No lo había notado desde hace bastante, pero me parecía bastante peculiar la forma en que la nariz de Flynn se daba un baño de pecas. Si las veías directo cuando estabas borracho, podrías jurar que bailaban, y que en sus enormes gafas a veces se escapaban algunas.

También los ojos le cambiaban de color, aquella noche en la bañera visité como once tonalidades de marron y verde grisáceo. Había sido algo nuevo, extraño. Me daba ganas de abrazarlo y pellizcarle las mejillas por un día completo.

-Luke Hemmings lo dijo, ahora mismo, ¿está bien, flynn? No hagas que se arrepienta.

Flynn se despegó de mí y rodó los ojos, después de eso me dio la mano para que, una vez de pie, siguieramos a May por el pasillo.

Él tenía aquella carita de duda, como si estuviera a punto de hacer alguna de esas preguntas que me incomodaba responder. Yo ponía la misma cara, las cejas arriba y ojitos de lástima. Me pregunto si a Michael también le parecían incómodas mis preguntas.

Caminé más rápido por la alfombra del pasillo, lo más que pude para acercarme a May que llevaba la máquina de afeitar en la mano izquierda y en la derecha una botella de vodka que hace poco habían comprado en algún sitio que preferí no preguntar. Ella había dicho algo de celebrar dos bromas exitosas.

Aunque yo no le veo nada de exitoso. ¿Qué gano yo con humillarlos? Bueno, a parte de el simple hecho de humillarlos de regreso, como ellos hicieron conmigo.

Eso no me satisface en absoluto, me deja sintiendome peor.

Tal vez todo lo que pasó me abrió los ojos para ver que en realidad yo no era tanto como ellos. A penas sabía tomar y me ahogaba con el humo de cualquier tipo de cigarrillo. Y lo más importante, yo nunca me sentiría bien al lastimar a otra persona.

I'm Not Okay::mukeWhere stories live. Discover now