22.

1.1K 182 156
                                    

Después de una laguna mental aparezco en la tina del baño. Está demasiado oscuro porque por la mañana se ha fundido un foco que no me moleste en cambiar, pero entre la oscuridad distingo bien la mirada noble de Flynn.

Pasa lentamente una esponja por la espalda y yo no hago nada que indique que estoy vivo.
Me di cuenta pronto que no tengo derecho de estar perdido y que Flynn no tiene la obligación de encontrarme. Que mi ex novio no ha muerto y revivido, ni mis padres ni mi perro ni mi hermano ni nadie pero estoy sumergido en mi propia mugre y el agua se siente tan mal en mi piel, pero quiero estar aquí. Quiero curarme. No, no. Quiero que Flynn intente curarme.

—Dallas está vivo. —Escupo sin querer. No quiero darle mis problemas ni recordarle quién es Dallas. Ni quiero contarle a él y a May la historia completa de por qué Michael y yo terminamos. Hace meses mi explicación fue simple: me usó, me usaron para remplazarle.

Pero no explique a Dallas y a su muerte falsa ni quise darles detalles como la lista. La lista. Me rio a penas, cosa que seguramente desorientó a Flynn. Lo qué pasa es que me parece irónico como hace a penas poco tiempo pasaba las noches repitiéndola para mí mismo:

Cosas para hacer con Luke que hice con Dallas.

Hace unos meses era un asunto importante y ahora me parece juego de niños.

—¿Dallas?

—El ex novio de Michael.

—¿Murió?

—Sí. —Fruncí el ceño para mí mismo. —Bueno, no, es lo que intento decirte.

—¿Murió o no?

—Creo que no.

Flynn volvió a tomar jabón espumoso y ahora iba a pasarlo por mi pecho. Cambie mi posición en la tina y el agua lo salpicó a penas un poco.

—¿Es un problema? —Ahora que lo preguntaba no tenía respuesta. No era mi problema pero, sí, era un problema. Era más que nada un tsunami de problemas porque Michael querría traerlo de regreso y eso generaría una catástrofe. Una catástrofe que en algún tiempo veré como juego de niños.

—Supongo.

Se detuvo en la punta de mi clavícula derecha y me miró a los ojos. No sentía tranquilidad, sentía que el corazón iba a salirse de mi pecho y explotar justo enfrente de nosotros. Estaba desnudo, literal y figurativamente, enfrente de Flynn, quien me bañaba con una esponja y jabón espumoso, y las miradas hablaban de más.

—Tienes jabón en tu barba. —Señaló en silencio y por un momento creí que me equivocaba. Que yo era el único que veía aquellas ventanas del alma abiertas para mí.

—Al menos tengo barba. —Me burlé, a lo que el me empujó juguetón. Nos reímos despacio y a penas sentí la hinchazón de mi cara. Después regresamos al silencio y a los puentes desde sus ojos grisáceos hasta los míos. —Da. —Le aconsejé. —Da, da, da y tal vez alguien se quede.

Flynn me sonrió. Tenía la sonrisa torcida, lo que me recordaba un poco a Ashton. Sólo que él tenía una rosa cautelosa, casi como te imaginas que se reiría un gato o un conejo si pudieran hacerlo. Y tenía las manos suaves, lo que me recordaba que todo iba a estar bien.

I'm Not Okay::mukeWhere stories live. Discover now