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Dios, no encuentro el maldito diario. Lo había dejado en mi mochila pero al volver a casa no estaba, antes de ir a la casa de Caitlin estaba en la mochila. Maldicion, la casa de Caitlin. Vi el reloj de mi habitación y aún tenía 2 horas antes de que mis padres llegaran. Vi la vieja bicicleta de mamá y me subí para llegar más rapido.

Bajé corriendo a tocar la puerta de los Harris y quien me recibió fue Mandy quien atrapó mi cintura entre sus brazos.

- Chalsea has vuelto. - Ella tenía una gran sonrisa.

- Sip, pero necesito ir a la habitacion de Caitlin, ¿Si? - Ella frunció el ceño. - Por favor. - Ella me soltó volteandocé y noté como un hombre se acercaba. - Oh, hola soy Chalsea amiga de su hija. - Me presenté y por el parecido supuse que era el padre de la familia.

- Has vuelto. - Kendall me atrajo en sus brazos dejando mi cabeza en su pecho.

- Espera, tú eres Chelsea. - Asentí tratando de alejar a la mayor. - Tú eres quien me ha robado a mis hijas. - Él frunció el ceño en broma y yo me puse nerviosa.

- Oh, hola cariño. - La madre de la familia besó mi mejilla sonriendome. - Veo que conociste a mi esposo, ¿Te quedas a cenar?

- No quiero ser una molestia, yo venía a buscar algo. - Dije nerviosa por la mirada del señor Harris al ver como sus hijas trataban de tirarme a su lado.

- Ella se quedará a cenar. - Kendall y Mandy hablaron con una sonrisa antes de volver a tironearme. - ¡Sueltale!

- Chicas, dejen a la pobre en paz y vayan a ayudar a su madre. - Ellas le obedecieron sin antes besar mis mejillas, ahora si estoy muerta para él. - Roba familias. - Murmuró antes de irse a la cocina.

Corrí al piso de arriba y busqué la habitacion de Caitlin, cuando llegué toqué la puerta y ella no respondió. Dios, que no lo haya leído. Abrí la puerta con cuidado y vi como ella estaba en su cama con auriculares y el cuaderno en sus manos pero al menos estaba cerrado. Ella pareció notar mi presencia y me sonrió.

- Se te ha quedado, tranquila no lo he leído pero si tuve la tentación. - Yo suspiré aliviada. - Algún día me dirás que escribes aquí.

- Quizás. - Me encoguí de hombros.

- ¡Chicas, bajen a cenar! - Escuché el grito de su madre y tomó mi brazo para bajar al salón.

Me senté frente a ella y su madre, estaba entre sus hermanas bajo la atenta mirada de su padre sobre mí.

- ¿Qué hacen tus padres Chelsea? - Tomé un poco de agua antes de mirarle.

- Mi papá es abogado y mamá es maestra de primaria.

- Su madre es la maestra de Mandy. - Yo asentí.

- La señorita Clark me ha enviado fotos de Chelsea de pequeña. - Ella levantó su celular y Kendall le ganó a Caitlin en robarselo.

- Mi novia siempre ha sido tan hermosa. - Kendall hizo que escondiera mi cara entre mis manos.

- ¿Novia? - El señor Harris alzó una ceja, tengo que escapar del país antes de que él me mate.

- ¡Deja de decir que es tu novia! - Chilló Caitlin.

- ¡Yo soy su princesa! - Mandy se unió. Dios, ¿En que me has metido?

- Compartela hermanita. - Kendall gruñó tomando mi brazo. - Ella se casará conmigo.

- ¿Casarse?, tú no te llevarás a mi hija. - Él gruñó.

- Yo no...

- Alex, dejalas. - La señora Harris dijo desde su lugar siguiendo con su comida.

- Yo tambien me casaré con ella. - Mandy frunció el ceño.

- ¡Yo la conocí primero! - Caitlin se levantó de su lugar para acercarse a mi y abrazar mi cuello.

- Yo le he besado primero. - El lugar se quedó en silencio ante las palabras de Kendall.

- ¡Es una mentira! - Me apresuré a decirle al padre de las hermanas que definitivamente me quería muerta.

- ¡Te voy a matar! - Caitlin persiguió a Kendall por el lugar. - ¡No me la robarás!

- Gracias. - Miré a la señora Harris algo confundida. - Por traer felicidad a nuestras vidas.

- No a la mía. - Murmuró el padre de la familia con su mirada en su comida.

CaitlinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora