CAPÍTULO DIEZ

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Caminé a paso rápido directamente al baño. En verdad tenía ganas de vomitar.

¿Alguna vez habían tenido ese sentimiento que te dan ganas de matar a alguien?

Pues, se llaman celos.

Cuando llegué al baño, entre a un cubículo, dispuesta a vaciar todo mi estómago, pero no salió nada. Solo salían lágrimas.

Me sentía impotente al ver que la persona que amé por tantos años y que aún sigo amando, esté con alguien más.

Era un sentimiento de tristeza combinado con dolor.

Cerré mis ojos para evitar que las lágrimas cayeran aún más, pero era inevitable, seguían cayendo.

Debía de admitir que a pesar de todo lo que había pasado, después de cuatro años, seguía amándolo, y muy en el fondo tenía la esperanza que el aún me amara a mí.

Cuando las lágrimas pararon , me dispuse a levantarme e irme, pero mis ojos estaban rojos e hinchados.

Me miré en el espejo e hice un vano intento por cubrir mis ojos. Justo en ese momento, Sarah entró por la puerta.

—Faith, cariño, ¿te encuentras bien? —lucía preocupada.

—Sí —dije, no muy convencida —. Sólo me entró la nostalgia —le di una media sonrisa.

—Oh, ¿quieres hablar de eso, Faith?

—No, descuida, estoy bien.

No, en verdad no lo estaba.

—Claro.

Sarah lavó sus manos y salió tan rápido como había entrado.

Cuando mi imagen era aceptable, salí del baño y me dirigí a mi oficina. Me dediqué a hacer nuevos bocetos para distraerme. No quería recordar las imágenes que había visto.

Más tarde, Nina, quien era la encargada del área de costura, me entregó un pequeño papelito en el que venía escrito un número.

—Está interesada en tus diseños. Tal vez debas llamarla— se dirigió hasta la puerta, pero antes de salir, volvió a hablar —. Oh, lo olvidaba, tus vestidos estarán listos dentro de dos días — sonrió y salió por la puerta.

¿Debería de llamarla? Primero que todo, ¿de quién es el número y porqué no puso su nombre?

Tomé mi celular y dudosa tecleé el número.

Un tono... dos tonos... tres tonos...

—¿Sí?

Esperen esa era la voz de...

—¿Josh?

—¿Faith? —creo que los dos estábamos confundidos.

—¿Este es tu número? —pregunté.

—No, el mío es el de siempre. Este es de eh... Claudia.

Se me hizo un nudo en la garganta. Estaba con Claudia.

—¿Con quién hablas, cariño? —se escuchó al otro lado de la línea. Claudia.

Estaba a dos segundos de colgar es teléfono. 

—Me dieron este número en mi oficina —respondí —. Dile que llamo de Crown.

Se escucharon unos murmullos y después tomaron el teléfono.

—Es un alivio que hayan llamado. No tienes una idea de cuanto me encantaron tus diseños —chilló. Se notaba que no era de Estados Unidos.

—Me alegra que le hayan gustado.


—Oh, porfavor, tutéame. Me llamo Claudia, ¿tu eres?...

La exnovia de tu novio. Casual.

—Faith, un gusto.


—Igualmente. Faith, me gustaría comprar algunos de tus diseños.

—Estaría encantada, pero me temo que aún no están a la venta. Los he diseñado exclusivamente para el desfile que habrá dentro de poco.

Con gusto puedo enviarle una invitación.

—Oh, muchas gracias, ya tengo una invitación, iré con mi novio. Aquí entre nos, es Josh Hutcherson. Lo conoces, ¿no? Que lástima que tenga que esperar.

¿Soy yo o ella hablaba demasiado?

—Entonces nos veremos en el desfile.

—Un gusto hablar contigo, Faith. Espero que muy pronto podamos conocernos en persona. Yo creo que seremos muy buenas amigas.

Si, muy buenas amigas.


Un pequeño pedazo de ti  |Josh Hutcherson|  Where stories live. Discover now