I

86 5 0
                                    

Cada vez que esos ojos penetrantes me observan con encanto, el pecho me comienza a doler. La sensación de satisfacción al saber que todo estará bien. Simplemente es un pequeño espejismo el que veo dentro de sus pupilas, tan abiertas que se cumpliría la teoría de "cuando vez a la persona que te gusta, tus pupilas se dilatan" Esos ojos que desde la primera vez me han llenado de amor, de seguridad y han destilado confianza en mí. Quisiera poder indagar sobre los pensamientos y versos que él ha de estar pensando.

Me mira con expectativa ante lo que estoy a punto de decir, me intimida ese color avellana que brilla como un atardecer e ilumina su rostro desde que lo vez. ¿Cómo decirle todos esos sentimientos que he encontrado y ha causado en mi desde aquella tarde que le conocí?



Pocas PalabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora