CAPITULO I.

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Desperté en una habitación oscura, sin ventanas, solamente había un colchón del color de un helado de vainilla, y por desgracia, yo estaba encima.

¿Qué hacia allí?¿Qué era aquel sitio? No tardé ni unos minutos en levantarme y caminar hacia la puerta.

Esta era una puerta metálica, con una pequeña rejilla por la que se podía ver un pasillo lleno de garabatos, como si algún niño hubiese pintado allí, solamente que no había los típicos dibujos que haría cualquier crío, sino palabras como "socorro".
Enfrente de la habitación en la que me encontraba, había otra puerta igual que en la que estaba apoyado, que supuse, daría a otra habitación.

"Vale, no estoy solo", me dije a mi mismo.

Suspiré lentamente, como si no pudiese inhalar el aire con rapidez, por miedo a que algo o alguien viniese a por mí.
Tenía aquella sensación, y os puedo asegurar que era horrible.

Llevé mis dos manos hasta mi rostro húmedo, para taparlo.
Me avergonzaba llorar, incluso sin nadie mirándome.

Comencé a balancearme hacia delante, y posteriormente, hacia atrás.
No sabría decir cuanto tiempo me tiré así, pero sé que fue el necesario como para plantearme que estuviese en una pesadilla, pero no tuve aquella suerte, de la que antaño me hubiese quejado.

Tragué saliva, y gateé hasta el sucio colchón en el que desperté hace... Hace un rato.

Puse mis brazos en forma de almohada, intentando acomodarme en aquella superficie, casi tan dura como el propio suelo, pero no tan fría.
Después de unos largos minutos intentando encontrar la posición correcta para que Morfeo besara mi frente, conseguí sentirme relativamente a gusto con el mohoso colchón.

ASYLUM [AHS-2 AU].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora