Capítulo 14

351 29 8
                                    

Quince minutos pasaron para que mi corazón se sienta a salvo, para que él aparezca con su hermosa sonrisa en mi puerta y con mucho, pero mucho, cariño para entregar.

Entró llenándome de besos, haciendo una pausa entre uno y otro para repetirme cuánto me quería, quitándome toda preocupación de encima. Me sentía plena, en completa paz, pero sobre todo me sentía querida.

-Por qué sos tan lindo? – le pregunté y se sonrojó. – Ay te pones rojito, mirate estas colorado, mi vida. – decía con ternura mientras lo agarraba de las mejillas y él sólo sonreía.

-Basta Virginia. – dijo sacándome de encima a las risas.

-Mmm le da vergüenza. – al escuchar esto se acostó en el sillón y tapó su cara con un almohadón por lo que me senté encima suyo tratando de quitárselo.

-Salí que me pones nervioso. – decía escondiéndose.

-A ver, dónde está el nene? – dije mientras comenzaba a hacerle cosquillas, no pasaron ni dos segundos que él ya se encontraba a las carcajadas.

-Cortala. – no podía parar de reír y yo no podía dejar de mirarlo, era hermoso, sin duda alguna. – Virginia basta. – volvía a reír.

Si estuve triste un rato antes, ni lo noté. Al lado de Tabaré era feliz, estaba contenta, todo mal desaparecía. Hacía tiempo que no me sentía tan a gusto con una persona, hacía tiempo que no me sentía importante para alguien más que no sea mi familia y amigos.

En ese segundo que me descuidé pensando en mis sentimientos, aprovechó la situación y me tiró contra el sillón para lo que iba a comenzar a ser su venganza.

Invertimos los roles y ahora yo me encontraba debajo de él siendo víctima de su ataque de cosquillas. Sonreía victorioso porque llevaba el mando del juego y yo no podía hacer nada más que reírme, todos mis intentos de zafar habían sido en vano.

-Queres que pare? – me preguntó y asentí entre risas. – Queres que pare? – volvió a preguntar.

-Sí. – no dejaba de reír. – Por favor Taba, ya está.

-Y que gano si paro?

No sé si lo había mencionado antes, pero Tabaré jugaba muy sucio, todo tenía un precio cuando jugabas en su contra. Era astuto, sabía cómo moverse, qué puntos débiles tenía y cómo hacerme sufrir.

Cómo es posible que alguien te conozca tan bien en poco tiempo, no lo sé. Tenía el poder de descifrarme antes de que realizara cualquier movimiento, juro que era realmente impresionante. Podía tener miles de capas exteriores para que nunca nadie pueda ver realmente lo que me pasaba, pero una sola mirada de Tabaré era capaz de romper todas mis estructuras y hasta jugar con ellas.

-Lo que quieras, pero déjame que ya no tengo fuerzas ni para reír – supliqué.

-Lo que yo quiera?

Noté una expresión divertida en su cara, pero no sabía bien qué iba a pedirme porque yo no era capaz de descifrarlo como él lo hacía conmigo.

-Si Taba, lo que quieras, pero por favor basta – volví a suplicar sintiendo que su agarre de a poco iba desapareciendo.

-Anda a la cancha mañana, yo no juego, sabes que estoy lesionado y no llego pero quiero que estés ahí para compartir un momento único si es que se nos da.

Que había mañana? La tan ansiada final de Libertadores contra Tigres.

Estábamos a un paso del mayor sueño de todo equipo de América, de consagrarnos como el mejor del continente después de 19 largos años. Pese a los altos y bajos que se había tenido en la primera fase, los mano a mano habían sido sin dudas el gran fuerte de este River que no paraba de dar pelea en las copas internacionales, las que más le sentaban al plantel de Gallardo sin duda alguna.

Sálvame [Tabaré Viudez]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz