Capítulo veintiuno: "No hace falta hacer rabieta"

3.7K 378 30
                                    

"No hace falta hacer rabieta"


La noche cayó sobre Atlanta, Georgia. Más precisamente en uno de los cuatro refugios de los Rebeldes. Mi cabeza rebalsaba en preguntas y dolor. Dolor de tristeza y dolor de rabia. De tristeza por la ilusión de reencontrarme con mi hermana Lindsey y que al final la realidad me dé una de las tantas bofetadas que mi rostro ya estaba acostumbrado. Y de rabia por no tener las respuestas a tantas de esas preguntas.

Hace varios minutos mi llanto había calmado y Justin decidió que vayamos a buscar unos cuartos para poder descansar. Él afirmaba que necesitaba dormir urgente, que necesitaba despabilarme y dejar descansar el cuerpo, que tenía tan tenso.

Su brazo seguía rodeando mi cintura. Más de una vez, algún que otro Rebelde se había volteado a mirar con una chispa de curiosidad y sorpresa titilando en sus ojos. Obviamente, Justin los ignoraba apretando la mandíbula y mirando al frente. Yo, por mi lado, me dedicaba a mirar hacia abajo e intentar no pensar que Justin rodeaba mi cintura en ese momento.

Mis piernas dolían a pesar de que no había caminado casi nada en el transcurso del día, más que por los pasillos desolados del gran edificio que ocupaban los Rebeldes. 

Cada pasillo que yo transitaba, una nueva pregunta se formulaba en mi cabeza. Ya de por sí yo era una persona muy curiosa, más de una vez cometí errores debido a ello. Por ejemplo, en tercero del instituto, me escabullí por un túnel de ventilación para espiar a una amiga y su novio —que, para que no suene como si estuviera loca, yo había ayudado a que se acercaran el uno al otro. Solo estaba un poquiiiiito emocionada por el avance — y la curiosidad me jugó en contra y caí justo frente a ellos.

Él cortó con ella por tener una amiga tan maniática. 

De igual forma, no creo que le haya roto por eso. Sino porque ella seguía hablando sobre Barbies.

Subí la mirada al ver unas botas verdes enfrente de mis ojos. Nora se encontraba frente a nosotros, pero solo miraba con atención a Justin. Su cabello se encontraba suelto esta vez, era rizado y de un tono castaño muy oscuro. Sus labios en forma de corazón estaban más rojizos bajo la tenue luz —¡Vaya! ¡Recién me percato de que había una luz! — que brindaban las velas ubicadas en el techo. Justin la miraba con la mandíbula apretada.

¿Qué traían estos dos?

—Aaron los guiará hacia la habitación disponible. —Nora escaneó el rostro de Justin con los labios fruncidos. Y, de hembra a hembra, se notaba a millas que estaba pensando lo idiota que es. Quizás así me veía yo cuando Justin tenía un ataque de bipolaridad.

Un muchacho de unos diecinueve años se encontraba con las manos cruzadas delante de sí detrás de Nora. Su rostro serio reflejaba que era algún soldado o guardia del refugio.

Justin dejó caer el brazo que rodeaba mi cintura muy de a poco. Como si aquello hiciera que Nora no lo notara. Mi garganta se cerró. Lo hizo de todas formas, así que has fracasado como rubio, rubio. 

—Gracias, Nora. —Justin se cruzó de brazos. 

Ella asintió con la cabeza y pasó por nuestro lado para salir por la puerta que daba al comedor. La seguí con la mirada, y cuando Justin apretó mi mano, supe que debía dejar de mirarla.

Ding, ding. Nueva pregunta. ¿Por qué Justin dejó caer su mano de mi cintura en presencia de Nora?

Aaron se detuvo frente a una puerta color negro de madera. La puerta se abrió, al igual que mi boca. Allí había una ventana con un balcón, un escritorio con hojas de papel en blanco, una mesa de luz y... una cama matrimonial.

Deserto » bieber [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora