Capítulo veinticuatro: "Puedes hacerlo, Kim"

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"Puedes hacerlo, Kim"

Al cerrar la puerta de la casa detrás de mí, me permití soltar un suspiro. A pesar de que no me encontraba del todo aliviada. Justin, Finn y los demás estaban afuera, con una escopeta lo suficientemente cargada para asesinarlos de tres balazos a  cada uno. 

El silencio reinaba la propiedad, al igual que la oscuridad, así que lo primero que hice fue encender velas. Subí las escaleras a paso rápido, rogando mentalmente que logren llegar sanos y salvos a la casa. Entré al baño y abrí desesperadamente cada puerta de los muebles hasta toparme con el botiquín de primeros auxilios.

Jamás había tenido que quitar una bala. Pero mi madre era cirujana, y si algo había aprendido de tantas veces que la había observado repetir una y mil veces los párrafos que tendría que exponer en los exámenes, era la teoría. Sabía teoría de medicina, pero jamás la había puesto en práctica.

Solo esperaba que la bala no haya atravesado el hueso, eso complicaría las cosas. Depende la trayectoria de la bala, puede haber tenido más o menos potencia al impactar contra su anatomía. Si la bala estaba entre los músculos, sería sencillo quitar la bala y coser la herida.

Pero si atravesó el hueso... Era aún más difícil.

La puerta principal provocó un estruendoso ruido al cerrarse, y pronto comenzaron a oírse los pasos y los quejidos de Finn. No esperé mucho tiempo para colocar el botiquín bajo mi brazo y correr escaleras abajo.

Finn se encontraba acostado en el sillón de la sala. Su rostro estaba muy pálido, y el retazo de abrigo que rodeaba su hombro estaba cubierto de sangre. Más atrás estaba Justin, sudor cubría su rostro y su cabello estaba alborotado. Y detrás de él estaban Jacob, Logan y Spencer. Uno de ellos tenía la escopeta en su poder, y me pregunté cómo fue que la consiguieron.

Pero cuando Finn gritó del dolor, supe que tendría que averiguarlo más tarde.

—Necesito que lo traslademos a un sitio plano.—Justin asintió con la cabeza y le hizo un gesto con la mano a Logan para que lo ayudase a trasladarlo. 

Sentía mi corazón latir con fuerza. No tenía en mente hacer una cirugía, ni hoy ni nunca, mucho menos sin tener el equipo suficiente para hacerlo. Mucho menos sin tener experiencia. La carrera de medicina estaba tercera en la lista de "posibles carreras a estudiar". Primero estaba abogacía y después psicología. 

—¿Podrás hacerlo?—Jacob me miraba con una pizca de esperanza, aunque sus hombros estaban encorvados al igual que sus cejas.

Tragué saliva.

—Haré lo posible—dije.

El comedor estaba aún más silencioso y tenso que el resto de la casa. Comenzaba a sentirme acalorada debajo de tanta ropa, y mi nuca comenzaba a sudar. Até mi cabello y me coloqué los guantes de látex ignorando que estaban un poco agujereados.

Sentía la mirada de los chicos clavada en mí. Miré el hombro de Finn y sentí pánico. Inseguridad. Era la primera vez que me sentía de esa forma, aún peor que en los exámenes finales del instituto.

Una mano se posó sobre mi hombro y le dio un leve apretón. No necesitaba voltear para saber de quién se trataba.

—Puedes hacerlo —susurró en mi oído.

Asentí con la cabeza y tragué el nudo que se formaba en mi garganta. Tomé la muñeca de Finn y controlé el pulso. Era débil. Solté una maldición.

—¿Qué sucede?—preguntó Logan, mirándome con expectación. 

—Su pulso es débil, debo quitarle esa bala lo antes posible.—Mi voz temblaba, al igual que mis manos —Pásame el bisturí.

Deserto » bieber [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora