Prólogo.

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Tengo varios cadáveres descomponiendose en un local apartado de la ciudad. Se suponía que eran una prueba. Tengo que ver cuando tardan en descomponerse cada uno. Porque no, no son los mismos. Uno es un perro, uno es un bebé y el otro es una chica de unos veinte años. Él perro y el bebé llevan dos días allí, la chica la traje ayer. Y hoy... Hoy estoy ocupado con un hombre, un empresario de unos cincuenta o así que hasta me ha puesto resistencia. Pero bueno, ahora está inconsciente y estoy esperando que se despierte para torturarle un poco.

No era diversión, era un simple castigo. Si no se hubiese resistido yo no hubiera hecho más que darle el veneno y que muriera sin darse cuenta en cuestión de minutos. Pero es un tipo valiente y se enfrenta a mi. Pobre cuando se despierte.

Llevo matando poco tiempo, la verdad. No es un trabajo, nadie me paga y los materiales no son gratis. Tampoco me he vuelto loco, estoy muy cuerdo. Mierda, ya he dado información de mi hablando en masculino. No importa, como si no hubiese hombres en el mundo. No es tampoco un pasatiempo, no me divierte matar hombres. Me lleva mucho tiempo, la verdad. Podría estar en casa viendo porno o follando con cualquier tía borracha que se deje en una de las fiestas que se hacen casi todos los fines de semana en los locales de las afueras. Justamente por donde yo me dedico a descomponer.

Y entonces, ¿por qué lo hago? Pues no lo sé. Le he buscado una explicación lógica y todas tienen una excepción. Como la de la diversión. No sé por qué hago esto. Pero sé que estoy descomponiendo a estás cosas para ver sus huesos. Quiero ver como cambian dependiendo el espécimen. También quiero ver cuanto tarda la descomposición de cada espécimen. Espero que no mucho, porque voy a empezar mi nuevo proyecto.

Viene gente nueva a la comisaría de Seul. No estaría nada mal darles la bienvenida con no sé, algo. Me da igual. Pero tengo que modificarme. Tengo que ser alguien que la gente recuerde siempre. Tengo que hacer de mi una leyenda. Y pensando pensando, mientras iba cortando la piel del empresario, se me ocurrió una gran idea.

El sombrerero loco.

Mad Hatter. ; VkookWhere stories live. Discover now