El pecado

251 43 7
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra.

Gálatas 6:7


Abril 4 de xxxx

Después de un tiempo, me aislé de todo. No comprendía lo que me pasaba, estaba ¿asustado? Asustado, sí...

Aún recuerdo su sangre resbalando por mis dedos temblorosos, yo solo podía observar atento conforme se deslizaban por mi piel. Esa sangre, esa sangre impura... Y luego estaba lleno de ella. Mi piel se había convertido en su sangre. Ni yo mismo me reconocía.

En aquel instante llovía afuera y en lo único que pensaba era salir y quitar su líquido nauseabundo de mí para poder sentirme limpio de nuevo.

Pero me quedé dentro, manchado de sangre y temblando de angustia.

La sangre corría, corría, corría...


Memorias de una mente sombríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora