Capítulo X

983 77 42
                                    

La cena estuvo espléndida, y a pesar de que le conté los momentos más feos de mi vida junto a John, incluido lo que pasó el día de hoy, no me resultó tan horroroso hacerlo como había pensado, sino que de la misma forma que ayer a la noche sentí como de a poco voy pasando este capítulo de mi vida. Su compañía me hacía bien, me daba fuerzas tenerlo a mi lado y sentir su apoyo.

—La verdad preciosa no se que decirte, es horrible todo lo que me cuentas, y me da un deseo sobrehumano de ir a buscarlo para que se arrepienta de haberte tocado. No quiero asustarte o que pienses mal, jamás te pondría una mano encima, salvo que fuera para darte placer, y me da mucha impotencia no poder hacerle lo que deseo en estos momentos. Pero si debes tener muy muy claro, que jamás permitiré que te pase nada, y te agradezco por confiar en mí y contarme todo esto.

—Eres perfecto bonito, y sin dudas llegaste en el momento justo, porque aunque te parezca extraño me das mucha fuerza, me calmas, no se... Ni yo sé aún todo lo que provocas en mí.

—No es nada raro preciosa, porque contigo me ocurre lo mismo, me haces sentir cosas que jamás quise, ni imaginé sentir. Aún me asombro y me parece mentira sentir que por ti haría cualquier cosa sin dudarlo, me tienes atrapado desde el momento en que mis ojos se posaron en ti, y a medida que te voy conociendo más, me convenzo que eres por quien quiero apostar todo.

Me abalancé sobre él sentándome en su regazo, y lo bese intensamente, demostrándole toda la pasión y el cariño que despertaba en mí. Su respuesta fue tan intensa como la mía, y con sus manos en mi cadera presionaba para que quedáramos más unidos.

Nuestras lenguas comenzaron un juego totalmente sensual y provocativo, llevándonos a querer más y más del otro.
Tenía en claro que no nos conocíamos prácticamente, pero las sensaciones que era capaz de provocar en mí, hacían que lo deseara de una forma que rayaba en la locura y la desesperación.

Mis manos acariciaban su rostro, haciendo un camino ascendente hasta su cabello, mientras que el aprisionaba mi cuello con una de sus manos, haciendo imposible que nos separáramos.

El sonido insistente del timbre nos interrumpió, haciendo que ambos miráramos hacia la puerta con odio.

—¿Esperabas a alguien cielo? —me pregunto con sus labios prácticamente sobre los míos.
Negué mientras soltaba un suspiro.

—Supongo que tendré que abrir —dije antes de quedar paralizada por completo al escuchar los gritos provenientes de afuera.

—LIZ ABREME LA PUTA PUERTA.

Mi instinto fue aferrarme a Ethan, me aterraba lo que pudiera pasar, no había dudas que John estaba fuera de sí.

—Preciosa —dijo Ethan al tiempo que me obligaba a mirarlo —¿estoy aquí recuerdas?. Tranquila, que no pasara nada. ¿Es él verdad?.

Lo único que pude hacer fue asentir, porque sentía la garganta completamente cerrada y las palabras no me salían.

—Escúchame bien preciosa —me dijo extremadamente serio -quiero que subas a tu cuarto y te quedes allí hasta que yo suba ¿si?

—No quiero Ethan, no quiero que te pase nada —suplique. No me gustaba mostrarme tan débil, pero no sabía hasta qué punto podía llegar John.

—Cielo ni a mi, ni a ti nos pasara nada, ve tranquila.

Me dio un beso en la frente y esperó a que yo subiera.

Me encerré en el cuarto, y desde allí no escuchaba nada, solo esperaba que a Ethan no le pasara nada, no sería justo para él que le hicieran algo por mi.

Mi Dulce Venganza #PGP2016Where stories live. Discover now