Héctor

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Las cosas con Laura no estaban bien. Podía notarlo. Me estaba ocultando algo. Hacía dias que se mostraba esquiva conmigo. Y por las noches, cuando yegaba a la cama,ya estaba dormida. Nose que le pasaba,pero no estaba bien. Tenía contínuas pesadillas. Pero se negaba en rotundo a contármelo. ¿Serian cosas mias? Hoy volvíamos al trabajo. Yo volvía de mi baja, y Laura de las vacaciones. Parecía entusiasmada. Se levantó temprano para arreglarse. Estaba realmente despanpanante. Y mi bragueta pensaba lo mismo. Hacía muchos dias que no teniamos intimidad. Nose sí porque no encontrábamos el momento,o es que ella intentaba evitarlo.
Cuando llegamos a la oficina todo el mundo fué a saludar al jefe y a preguntar por su recuperación,esas cosas me enfermaban los nervios. En cuanto pude me encerré en mi despacho. A la hora de comer,Laura vino para saber si quería ir a comer con ella. Por supuesto. Para mí mala suerte, también vinieron Marta y Marcos. Me caian bien. Nos habiamos hecho buenos amigos, pero yo quería estar a solas con Laura. Y poder hablar con ella de por qué se encontraba tan extraña conmigo. Se mostró abierta y habladora en la comida. Pero con ellos. Conmigo no. Eso me enfurecía. ¿Qué le había hecho yo? Por si eso fuera poco,Marta me miraba de una forma muy rara. Como si quisiera decirme algo. Él único que estaba como siempre era Marcos. Volvimos en silencio a la oficina. Estábamos solos. Y no lo pensé,paré el ascensor entre la tercera y cuarta planta.-
- ¿Qué haces,Héctor?
- Necesito saber qué te pasa. Necesito saber que te he hecho para que casi ni me hables.
- ¿Y tiene que ser ahora? .- asentí.- No me pasa nada,no digas tonterias.
- Sí que te pasa,Laura. Me huyes. Me esquivas. Nisiquiera hacemos el amor. Por las noches siempre estás dormida cuando me acuesto a tu lado.
- ¿A sí qué esto es por el sexo? Pues muy bien. Por lo menos ya se que es lo que te preocupa de verdad.
- No me vengas con eso ahora,Laura. ¿No me deseas ya?.- La miro,me mira veo su duda. Y me abalanzo contra ella y la empujo contra el ascensor. La beso con fuerza. Pero ella no me responde. Intenta zafarse de mí,eso me excita aún más.-
- Para. Estate quieto. Déjame, Héctor.- Yo sigo intentando seducirla. Le beso el cuello, le toco los pechos por encima de la camisa. Mi ansiedad crece lo mismo que mi erección. Son muchos dias ya sin poder hundirme en ella. Laura me empuja para apartarme, y siento su palma en la cara. Madre mía, que bofetada me ha soltado. Pulsa el botón para que el ascensor siga.-
- No es no. Que te quede claro,Héctor.- Y yo me quedo mirándola como un estúpido. Vestido y alborotado. Y enpalmado. ¿Qué coño le pasa? ¿Porqué se comporta así? Ella va directa a su mesa. Y yo la miro y cierro la puerta de mi despacho,que se habrá oido hasta en la primera planta. Tengo mucho trabajo y se me pasa la tarde en un abrir y cerrar de ojos. A las seis salgo y Laura está recogiendo.-
- ¿Vamos?
- No. Tengo que hacer unas compras. Iré mas tarde.- ¿Porqué me suena a cuento chino? Por qué lo es, seguro. Me está engañando. Por eso no quiere que la toque. Por eso está tan rara. Seguro que ha conocido a otro. Me hierve la sangre de la rabia. Y me voy. Me monto en el coche,pero no arranco. Espero hasta verla salir. La veo. Para un taxi, y se sube. Arranco el coche y para mi vergüenza, sigo a el taxi. No tarda mucho en parar. Laura se baja y se para frente a un edificio de pisos. Mira hacia un lado y otro. Pulsa en el portero,le abren y sube. Aparco el coche. Me bajo y me acerco,se ha dejado la puerta del portal abierta y con cuidado de no hacer ruido,entro. El ascensor marca la cuarta planta. Subo a la quinta, y espero en las escaleras escondido. Esperando a que salga Laura de uno de los apartamentos. Tarda algo mas de una hora. Sale acompañada de un señor que podría ser su padre.-
- Gracias por esperarme. Nos veremos el lunes.
- Adiós querida Laura, hasta el lunes.- Madre mía, tenía que bajar ahí y jugar al fútbol con su cabeza de anciano. ¿Me cambia por él? ¿Porqué? Salgo algo angustiado del edificio. Laura ya no está. Y yo decido que no quiero yegar a casa. Voy a un bar que hay al salir de la oficina. Pierdo la noción del tiempo,y la cuenta de los chupitos que bebo. Decido mejor pedir la botella. Empiezo a ver borroso. Estoy borracho. Como una cuba. Creo que tendré que volver andando,no creo ni que recuerde donde está el coche aparcado,como para conducirlo. El camarero se niega a servirme más. Que asqueroso. Salgo del bar y me tropiezo y caigo al suelo. Me duele la pierna. Me he dado en la cabeza. Siento que algo me chorrea.-
- ¿Héctor?.- Me suena esa voz,pero no puedo levantarme del suelo. Dos personas me ayudan a levantarme.- Madre mía,Héctor que tajada que llevas colega.- Es Marta y Marcos.-
- Hombreee mis amiggos os invito a una cerbeza,venga vamos.
- No mejor,no Héctor. Mira como estás.Te has hecho sangre. Ven,vamos. Te llevaremos a casa.
- No. A casa no que está Laura.- Ella y Marcos se miran.- Me engaña con otro.
- No digas tonterias.
- Es verdad yo la he visto. Encima podría ser su padre,o a su abuelo. Por eso ya no quiere sexo,pero no lo quiere conmigo. Con su padre sí.
- Madre mía,Héctor. Estás fatal. Venga vamos.- Empiezo a lloriquear Laura no me quiere. Laura no me quiere... en cuanto me montan en el coche, y arrancan me duermo. Lo siguiente que recuerdo es a Laura abriendo la puerta. Y mirarme con cara de pocos amigos. Recuerdo también que me desvistió y me metió en la cama. Me desperté a las doce del medio día. Estaba fatal me dolía la cabeza y pareciera que hubiera estado comiendo tierra. Estaba solo. Laura estaría en la oficina. Decidí no ir hasta el día siguiente. No estaba yo como para ir a la oficina. Estube todo el día tumbado en el sofá. Hasta las cuatro, que fue cuando volvió Laura. Sentí las llaves. Y se acercó a mi. Me fulminó con la mirada.-
- Tenemos que hablar.-Asentí y me incorporé.- ¿A qué viene esto,Héctor?
- ¿Te vas a ir del apartamento,verdad?.-Ella me miró confundida.-
- ¿Quieres tú que me vaya?
- No. Pero tampoco quiero compartirte,o estás conmigo o estas con él.
- ¿Como? Nose a que te refieres...
- Venga,Laura porfavor. Ayer me engañaste,me dijiste que fuiste hacer unos recados,pero era mentira.
- Y es cierto,estube...
- Basta. Si no vas a ser sincera conmigo no quiero hablar más.
- Pero Héctor...
- Te seguí,Laura. Te seguí al apartamento del hombre con el que te acuestas. Porque ya me dirás que coño hicistis hora y media. ¿Jugar a la petanca?.- Esta es la segunda bofetada que me da. Parece triste,dolida y creo que está aguantando las ganas de llorar.-
- Eres un imbécil,Héctor. Te he demostrado que te quiero. Me he venido a vivir contigo,joder. Ese hombre no es mi amante, no es el "hombre con el que me acuesto" ese hombre es mi terapeuta. Es mi psicólogo,Héctor. Mi psicólogo. Pero para tí ha sido mas fácil pensar en que me acostaba con él.- ¿Su psicólogo? ¿Desde cuando va al psicólogo? Me siento estúpido en este momento. Soy un capullo integral.- Esto no tiene sentido,Héctor. Creo que lo mejor es que me vaya a mi apartamento,con Marta.
- No. Porfavor perdóname, lo siento. Pero ¿porqué no me lo dijiste? ¿porqué estás tan rara? ¿porqué huyes de mí?
- Yo no huyo de tí.
- Sí que me huyes. Esta mañana me has abofeteado.
- Lo siento,no ha estado bien.
- ¿Porqué no quieres que te bese,ni que te toque? ¿porque ya no quieres hacer el amor conmigo?
- No es eso. Es...que tengo muchas cosas en la cabeza.- No me lo creo.- ¿Y tú? ¿me puedes explicar que hacias ayer borracho en un bar? Marta y Marcos te trajeron medio insconciente. ¿Qué te pasa a tí,Héctor?
- Me pasas tú, no se que te pasa conmigo, nose que diablos te he hecho para que no quieras acercarte a mí. Te veo cada vez más lejos y quisiera almenos saber por qué.-Hubo un silencio. No soporté la tensión y me levanté. Cogí mis llaves y me fuí. Necesitaba respirar. Alejarme. Cogí el coche y me fuí. Tenía miedo de perderla. Miedo de que se me escapara de entre las manos. Toda la vida huyendo del compromiso, huyendo de las relaciones,huyendo del amor. Pero apareció ella y todo mi mundo cambió. Nunca había sentido verdadero amor por nadie. Para mí las mujeres simplemente significaban sexo. Pero Laura no, ella es diferente, su perfume,su tacto, sus mejillas sonrojadas. Es ella. Solo ella. Decidí conducir un poco más, y visitar a mis padres. No me gustaba ir sin avisar,pero necesitaba alejarme un poco. Me abrió mi madre sorprendida.-
- Hola hijo,pasa. Que sorpresa,no te esperaba.
- Lo se. Pero ha sido algo casual, estaba cerca de aquí...
- No necesitas motivos para venir a tu casa,hijo. Sabes que siempre eres bienvenido.- Necesito el calor de mi madre. Su amor y su sinceridad.- ¿Un café? .-Asiento y vamos hacia la cocina. Mientras prepara las tazas de café, me siento en la barra.-
- ¿Qué te pasa,hijo?
- Nada.¿Porqué?
- Porfavor,hijo.Sí alguien te conoce bien en esta vida,es la loca de tu madre. Se te nota que estás preocupado.
- Parece ser que no puedo ocultarle nada a mi loca madre.- Ella se ríe y me mira con su mirada dulce y maternal.-
- Estoy esperando...-Intento empezar,pero no se por donde.- ¿Has discutido con Laura?
- Sí. Estabamos bien, pero hace poco, bueno, desde que estubimos aquí en noche buena, más o menos...está muy rara. Me evita. Y ayer me mintió.
- ¿Te mintió, en qué?
- Me dijo que iva a hacer unos recados, pero no fué así.
- ¿Y como sabes que no fué así?
- Por qué la seguí.
- ¿Qué hicistes qué? ¡Héctor!
- Lo se mamá, me avergüenzo de haberlo hecho,pero no lo pensé. Fuí detrás y la ví entrar en un edificio. Estubo bastante rato y la ví despedirse de un hombre, era bastante mayor que ella. Pero esta tarde se lo reproché.
- Y tus celos han sido desmedidos...
- Sí. Era su psicólogo.
- ¿Va al psicólogo?
- Sí. Eso es un poco más complicado.
- Ay, hijo, el amor es complicado. Los primeros años de convivencia son los más difíciles. Pero sí te voy a decir: que nunca te he visto tan bien como con Laura,tan feliz. Cuando la miras tu mirada se ilumina,y ella muere por tí,eso se nota.- Sonrío y se que es verdad,que nunca me he sentido tan bien y tan feliz como con ella.- Pero la verdad es que ahora que recuerdo...el día de noche buena, me dejó un poco preocupada.
- ¿Porqué?
- Pues nose,hijo. Fué una tontería. Fue al garaje, a traedme unas copas para el champán y cuando volvió estaba muy pálida. Temblaba y parecía muy asustada. Le pregunté que le ocurría y nisiquiera me contestó.
- Qué raro...-¿Qué le pasaría para asustarse?.-
- Parece una chica fuerte pero creo que es más sensible de lo que intenta aparentar.
- Ha tenido una vida difícil,mamá.
- ¿La muerte de su madre?.-negué con la cabeza.-
- Quizás no debería contarte esto, pero... cuando era muy joven, abusaron de ella. La secuestraron.- El hijo de puta de tu hijo...pensé,pero no quise decirle a mi madre que me habia enamorado de una chica a la que mi hermano violó,torturó y secuestró. Que yo lo sabía y se lo ocultaba a Laura.-
- Dios mío. Pobre Laura.
- Mamá no se que hacer.¿Que debería hacer?
- ¿Sobre qué?
- Sobre ella,no quiero perderla.No puedo. Necesito estar con ella,del modo que sea.
- Espera aquí un momento,hijo.- Mi madre volvió minutos después,con una cajita azul celeste. Y me la tendió.-
- ¿Qué es esto?
- Ábrelo.- Era un anillo con un diamante. Era realmente exquisito,elegante. Era precioso. Debía valer una buena fortuna. Miré a mi madre.-
- Era de tu abuela. Ella me lo dio a mí cuando me casé con tu padre. Y ahora, yo te lo doy a tí.
- ¿Crees que debo pedírselo a Laura?
- Yo simplemente quiero que lo tengas tú. Si debes pedírselo o no a Laura, solo tú y tú corazón podrá saberlo.-Me marché aún más confundido de lo que estaba. Metí la cajita en el bolsillo interior de la chaqueta, y me monté en el coche. Conducí hasta el apartamento. El anillo me pesaba en el bolsillo. Me ardía la piel. ¿Casarme? ¿No había dicho yo siempre que era la mayor estupidez? ¿No decía yo que el matrimonio era una falsa? ¿Un contrato? Pero sí que quiero pasar el resto de mi vida con Laura. No quiero estar con nadie más que con ella. Solo imaginarme otros labios, otras caricias...no,yo solo quiero a Laura. A toda ella. Solo a ella. Pero no podía empezar el matrimonio, sin serle sincero. Si lo hacía, debería decirle la verdad de quien soy. Pero cuando se lo diga, no querrá casarse conmigo. Seguramente me dejará. Se irá de mi vida para no volver. Debo correr el riesgo. Ser sincero, y decirle la verdad sobre quién es mi hermano. Aunque eso pueda destruirme. Si quiero casarme con Laura, y quiero almenos, proponérselo, tengo que contarle,que soy hermano del cabrón que la secuestró...

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