Capítulo 20

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*Pov Jane*

Odiaba a esa chica vulgar, la odiaba desde antes de tenerla frente mis ojos tras una máscara, por el simple hecho de estar a la par de Jeff como su aliada, cuando no es capaz ni de matar a una mosca. Da asco saber que ella se quiere poner a la altura de alguien como el.

Ella no se dignaba ha hablar, yo solo la observaba desde el sofá, viendo como Liu le hacía preguntas e insistía en que le respondiese, pero nada, ella no quería hablar, había que hacerlo por las malas.

—¿Qué relación tenéis Jeff y tu? —Repitió irritado por la negación que hizo la chica con la cabeza. —¡Contesta de una vez! —Le agarro del cabello, alzándole la cabeza para que le mirara a los ojos.

—No voy a decir nada. —Dijo entre dientes.

—Si no vas a decir nada, la lengua no te sirve. —La miró siniestranente. —Podría cortartela, al fin y al cabo no quieres hablar. —Colocó su cuchillo en los labios de la chica y comenzó a rozar el filo del cuchillo por toda su boca, amenazando en cualquier momento con hacerle una buena raja.

—Suficiente. —Comenté levantándome del sofá y acercándome a la chica.

Una vez a su lado clavé mi cuchillo en su pierna, dio un grito mientras inclinaba su cuerpo por el dolor, y se rajo la mejilla con el cuchillo de Liu. Si que es estúpida...

—Habla de una vez, que no tenemos todo el tiempo del mundo. —Dije con frialdad pero los ojos de la chica seguían desorbitados por la ceguera del dolor. —Eso no es nada comparado por lo que nosotros hemos sufrido por culpa de tu aliado Jeff. —Espeté con rabia.

—No... No hablaré. —Susurró mirando al suelo.

—Está bien, no colobares si no quieres. Tarde o temprano le encontraremos o el mismo se delatará, tu solo nos sirves para hacer las cosas más rápido. Pero si no ayudas nos divertiremos un rato torturandote hasta que mueras. —Dije despreocupada.

—Hangalo, no pienso decir nada. —Sentenció ella.

—Nos encargaremos de darte una muerte sumamente lenta y dolorosa. —Susurró Liu en su oído.

—Liu, ¿Qué propones para su tortura? —Sonreí con malicia detrás de la máscara que llevaba puesta por culpa del bastardo de Jeff.

—¿Qué tal hacerle la misma sonrisa que tiene Jeff? Quedaría hermosa, como el. —Sonrió con maldad.

—También podríamos cortarles los dedos. Un dedo por cada pregunta que no conteste. —Propuse viendo como la chica paledecía cada vez más ante nuestras propuestas.

—Me parece buena idea, luego podré enviárselos a Jeff.

—Cuando se nos acaben los dedos, traeré el hacha y le cortaremos los brazos y piernas. —Los ojos de la chica miraban a un punto fijo con terror ante todo lo que estábamos planeando. —Y adivina que será lo último que te corte y le enviaremos a Jeff... —Coloqué el cuchillo en su cuello. —Tu cabeza... —Susurré en su oído.

*Pov Jeff*

Ya había pasado una hora y media, y no sabía que hacer o donde buscarla. Ni siquiera por donde empezar. A este paso ella moriría a manos de Liu.

Comencé a rebuscar en los cajones de todos los muebles, buscando las últimas cartas que el le envió. Después de poner todo patas arriba las encontré, y comencé a leerlas, pero no daba ninguna información valiosa. No iba a perder más tiempo allí, salí de la casa de ella a toda prisa y fui por las zonas más cercanas al local donde ella trabajaba, quizás podría encontrar una pista.

Tras un buen rato buscando, me adentré en un callejón, y encontré algo. El bolso de ella, y en el suelo había un pequeño papel doblado, lo cogí y lo desdoblé, era un pequeño mapa de la ciudad, y había una X marcada sobre una calle que quedaba cerca del local, se le debió caer el mapa a Liu. Bingo.

Cogí el bolso de ella y el mapa, y corrí hacia esa calle, a las horas que eran habían pocas luces encendidas, pero las pocas luces de los edificios que había de alrededor tenían las cortinas corridas, excepto una. Mi intuición apuntaba a ese apartamento en concreto, así que no lo dudé más, entré y llamé a la puerta.

—¡Larguesé, no es hora de visitas! —Reconocí la voz de Liu al otro lado de la puerta.

Retrocedí unos pasos, y de una fuerte patada eché la puerta abajo. Al observar la clara imagen de lo que pasaba me desconcerté.

_____ estaba bastante mal herida, sangre de su pierna, boca, mejillas, moretones...
Liu a su lado con un cuchillo.
Y Jane igual, ¿Qué hacía Jane aquí?

—Hasta que apareces hermanito. —Comentó Liu ocultando su sorpresa tras una sonrisa malévola.

—Ya no nos sirve. —Dijo Jane.

—Tienes razón. Haz tu los honores. —Liu me dio una mirada fría.

Mi vista se nubló un poco al ver como Jane clavaba con fuerza su cuchillo en el estómago de _____. Los ojos de ella estaban clavados en los míos, me miraban débilmente, pero me dio una sonrisa antes de cerrar los ojos.

Comencé a respirar pesadamente, me costaba asimilar todo lo que estaba pasando. Mientras que Liu y Jane me daban unas miradas frías observando que haría. Pero mi mente se había quedado en blanco, no podía dejar de mirar el cuerpo de ella atado a una silla, sin moverse.

—Dime Jeff, ¿Qué se siente perder a alguien importante? Que te lo arrebaten como si nada, como si su vida no valiese. Ese vacío de saber que esa persona jamás volverá por mucho que lo pienses o por mucho que lo quieras, que no pudistes hacer nada, ni siquiera ocupar su lugar. —Las palabras de Liu rebotan en mi cabeza y se clavaban en mí como dagas.

Yo no quería matar a nuestros padres, y he vivido desde el día que los maté atormentándome. Pedí perdón pero el nunca pudo dejar de lado el rencor. Y ahora me hace perder a mi ha alguien importante.

Comenzaba a ver rojo mirase a donde mirase. Un sentimiento invadía todos mis sentidos. Un sentimiento que conocía a la perfección...

—¿Qué piensas hacer, Jeff? —Preguntó Liu divertido ante la situación.

—Mataros...

¿Debo creerte o amarte? (Jeff the killer y tu)Where stories live. Discover now