- C ... Como que hermano?! Pero tu quien cojones te crees para decir esas gilipolleces?! - exclamó con evidente molestia en la mirada.
Sin embargo, el otro apenas reaccionó ante la molestia ajena.
- Cuando yo era pequeño, fui un día a jugar con mi hermano y unos amigos. Pero nos atacaron, y a mi hermano le golpearon dejándole inconsciente. Mi madre tuvo el tiempo justo de huir con el en brazos armada con el hacha. Y no volvimos a saber de ellos.
- Pero eso no significa nada!
- Quieres que lo demuestre? - repuso de repente, casi como un reto - Una vez practicando tiro al arco atravesé a mi hermano en el brazo izquierdo sin querer, dejándole dos cicatrices allí. Una de entrada y otra de salida. Remángate.
Aquello último lo dijo casi como una orden. Antonio, por su parte, al oír aquello se puso blanco, llevándose la mano inconsciente allí donde, efectivamente tenía aquella cicatriz, pero sin ser capaz de subirse la manga, gesto que provocó una sonrisa en el desconocido.
- Yo tenía razón... - dijo como si nada, guardando ambas espadas en sus fundas, para después girarse a mirar a los monarcas - Perdón por atacaros antes. Necesitaréis descansar.
- Pues la verdad es que si nos vendría bien... - repuso algo secamente Vash, mirandole.
El resto sencillamente suspiró, para finalmente asentir. Estaban agotados, y en evidente desventaja si les volvían a atacar, por lo que no les quedaba otra.
- Por cierto, me llamo Paulo - repuso este, antes de comenzar a caminar hacia la pared rocosa de la montaña.
Francis suspiró pesadamente, para después ir corriendo con Antonio, el cual seguía inmóvil, algo tembloroso. Le acarició la espalda, intentando calmarlo.
- Tranquilo mon cher... Ya verás como todo se soluciona, al menos no nos van a atacar - susurró intentando animarle.
Pero este estaba demasiado perdido en sus pensamientos, confundido como para poder pensar con lógica. De repente, un fuerte sonido provocó que todos giraran hacia donde estaba Paulo. Allí, enfrente de este, donde antes había pared, ahora se habría una entrada a un pasillo que parecía excavado dentro de la montaña, el cual se perdía en la oscuridad pues no había antorchas dentro.
- Seguidme - repuso como si nada, entrando en aquel pasillo, como si no le afectara aquella oscuridad.
- Pero está muy oscuro... - repuso Lily, algo asustada por aquello, aun al lado de su hermano.
El de beige se giró para verla, esbozando una suave sonrisa, alzando una mano como si se la tendiera desde la distancia. Pero lo que nadie se esperaba, era que de repente, de su palma, apareciera una llama de fuego lo suficientemente grande como para iluminar lo que le rodeaba.
- Así mejor señorita? - preguntó casi con dulzura.
Pero nadie contestó. Solo podían mirar la mano ajena con la boca entre abierta, lo cual provocó en este una leve risa, y sin decir nada mas comenzó a caminar por aquel pasillo. Los monarcas y demás, tras lograr recuperar el sentido por la sorpresa, le siguieron a través de aquellas paredes. Vlad, curioso, se adelantó un poco, colocándose cerca de aquel extraño hombre.
- Como eres capaz de hacer eso? - preguntó mirando aquel fuego que no parecía quemar la mano que lo sostenía.
- Lo del fuego?
Parecía realmente sorprendido ante la pregunta del joker, para finalmente suspirar sin dejar de caminar. Realmente aquel pasillo era largo, lo cual agobiaba a la gran mayoría de presentes.

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Cronicas de Poker II: El don de Corazones
FanfictionTras la batalla contra Picas y la coronación de Vlad como legitimo rey Joker, las cosas parecían tranquilizarse un poco. Pero la verdadera naturaleza de la reina de Picas salio a la luz, lo cual provoca una guerra civil en el país. Mientras tanto...