- VASH! LLEVATE A TU HERMANA DE AQUÍ!El consejero, al oir aquel grito desesperado por parte de su rey, asintió levemente mientras se llevaba a su hermana, la cual temblaba aterrada. Francis, mientras tanto, comenzó a correr en sentido contrario, mezclandose entre los asesiense, algunos que iban a defender, y otros que iban a esconderse. Finalmente logró localizar a sus compañeros, se detuvo con ellos respirando agitado. Estaban en un pequeño saliente rocoso de la montaña que parecía un balcón natural, desde donde podían ver con horror como centenares de caballos con el simbolo piquense dibujado en el mantón se acercaban, y encima de ellos, una marea azul de soldados.
- Alfred no ha podido organizar esto... - murmuró Iván, frunciendo el ceño mientras desenfundaba su espada - Ni siquiera le veo por aquí...
- Si... Hay algo extraño aquí... - repuso el rey de corazones, sujetándose en la barandilla para no caer por los constantes temblores.
Pero de repente, todos enmudecieron. Entre los sonidos de los cañones y los cascos de caballo destruyendo la hierba, vieron aparecer de repente, encima de dos soldados, a Paulo, esgrimiendo dos espadas con las que de un rápido movimiento mientras caía, decapitó a los dos soldados, que cayeron al suelo inertes. Y antes de que los demás soldados pudieran reaccionar a aquello, el castaño ya había desaparecido.
Sin pensarlo dos veces, los reyes comenzaron a correr en dirección de la salida para ayudar al aseniense. Por un momento, mientras cruzaban aquel largo pasillo oscuro que daba al exterior, el sonido de los cañones se apagó un poco, pero de repente un nuevo temblor, más fuerte que los anteriores, provocó que casi perdieran el equilibrio. Y entonces , para sorpresa general, aquellas hermosas piedras que decoraban el techo comenzaron a caer sobre ellos, provocando que se cubrieran, pues aunque fueran pequeñas, dolía. Parecía una lluvia de estrellas brillando levemente.
Pero enseguida volvieron a correr hacia la salida sin perder tiempo. Y entonces, finalmente vieron la luz de aquel sol semi oculto por los árboles. Y allí, en aquel claro iluminado por los brillos de aquellas azules armaduras, había el caos absoluto. Una montaña de cadáveres se apilaba en el suelo, mientras que la demás soldados estaban demasiado concentrados intentando luchar con aquella sombra que les iba matando uno a uno. Paulo aparecía y desaparecía constantemente, era difícil seguirle con la mirada. Los reyes enmudecieron por un momento al ver tal espectáculo, pero de repente un grito provocó que volvieran a la realidad.
- ESTÁN ALLÍ! ATACAD! - exclamó uno de los piquenses, señalando con su lanza a los reyes.
Sin pensarlo dos veces, todos los monarcas se prepararon para luchar. Sin embargo, Vlad y Dragan, guardaron sus espadas, sonriendo levemente, y se adelantaron unos pasos bajo la mirada sorprendida de sus compañeros. Alzaron una mano, y mientras veían como los soldados se acercaban para matarlos sin miedo alguno, se tomaron de la mano libre, y de repente, mientras un brillo verdoso les envolvía a ambos, bajaron la mano bruscamente. Y como si de allí hubiera salido, una onda de viento atravesó las filas enemigas como si de una espada gigante se tratara, provocando que muchos salieran volando de sus monturas, incluidos los que se acercaban.
- Bien echo~ - repuso Iván, sonriendo divertido mientras se acercaba a ellos.
Ahora más dispuestos a atacar, los reyes, en mayor ventaja, se sentían más seguros. Muchos soldados comenzaron a levantarse, volviendo a atacar hacia ellos. Pero Paulo se adelantó, apareciendo entre ambos bandos de repente, y con molestia en el rostro, abrió bruscamente los brazos hacia los de azul. De sus brazos, de repente salió una onda azulada que tiró a las primeras filas de estos, los cuales al tocar el suelo dejaron de moverse. De ellos salía un desagradable olor a quemado. Ante aquello, muchos soldados, aterrados, dieron unos pasos atrás, otros huyeron despavoridos hacia el bosque, pero otros muchos se quedaron, aferrando sus armas dispuestos a seguir luchando.

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Cronicas de Poker II: El don de Corazones
FanfictionTras la batalla contra Picas y la coronación de Vlad como legitimo rey Joker, las cosas parecían tranquilizarse un poco. Pero la verdadera naturaleza de la reina de Picas salio a la luz, lo cual provoca una guerra civil en el país. Mientras tanto...