Cuando un asesino se convierte en papá |Jeff The Killer|.

Prólogo.

Para mi hijo:

Han pasado ya los años y sin duda no me han sido suficientes para poder escribir una puñetera carta.
Noah, hoy... Sólo quiero darte las gracias por haber cambiado mi vida, y por hacer de ella un universo lleno de maravillas, sin asesinatos ni sangre, pero lleno de maravillas. Hoy sólo quiero agradecer por haberme enseñado el significado de ser padre, algo que ni en mis más bellos sueños (sarcasmo) hubiese imaginado.
Sin duda el que llegarás a mi vida fue como un golpe en el pene, de esos que te hacen llorar y gritar pero que al último terminan con una sonrisa. Créeme cuando te digo que jamás olvidare la primera vez que te vi, o la primera vez que me llamaste papá. Ni siquiera sé por qué estoy siendo tan malditamente cursi... Pero lamentablemente tu me haces sacar ese lado. Ese lado cálido que por tantos años sólo te lo dedique a ti.
Quizás no fui el mejor padre del mundo, pero debes creerme cuando te digo que me esforcé mucho para darte lo mejor; porque sin duda todos los días de mi vida tenía ese vago sentimiento de darte todo. Aunque eso costara esforzarme el triple de lo que ya lo hacia.
Hoy sólo quiero agradecerte todo, pero sobre todo agradecer que hoy en día me llames papá. Hagas lo que hagas siempre me sentiré orgulloso de ti, aunque tú no sientas lo mismo por mi. El amor que siento hacia ti está aquí, justo en mi corazón tan gay, y créeme que nunca nadie hará que deje de amarte. ¿Y sabes por qué? Por la simple y sencilla razón de que eres mi hijo. Mi pequeño hijo.
Esto es todo lo que tu padre quiere decirte, después de esto tu sabrás que hacer, tu sabrás si correr a mis brazos y jamás alejarte de mi; o simplemente irte y olvidarme. Sólo ten en cuenta que yo jamás podré olvidarte, y que día tras día seguiré preocupándome por ti.

Con amor: papá (Jeff The Killer).