Ocho de la tarde, todos estamos en el comedor disfrutando de la cena. Hoy han muerto treinta hombres pero todos aun asi estan tan normales como siempre, hablando de cosas y riendo. Eren como siempre está furioso porque quiere matar a todos los titanes y mikasa no permite que pierda su vida por un capricho estúpido. Los demás parecen que están bien aunque Reiner e Ymir siguen peleando por Christa, Connie y Sasha robando comida a los descuidados y annie... Sentada en una esquina sola, se levanta y sale al exterior. Yo, me dispongo a tomar el último trozo de pan y a ver qué le ocurre. Término y me dirijo a la salida.
-Armin, ¿A donde vas?- me interrumpe Eren con curiosidad.
-Voy a salir un poco afuera, a leer mi libro.-le respondo con rapidez, sin pensar.
Sigo andando y la veo allí, apoyada en una barra mirando el cielo. Me pongo a su lado y comienzo a pensar como preguntarle sin querer parecer un entrometido.
-¿Qué quieres?- me dice al ver que me quedo a su lado.
-Pues... Quería preguntarte algo...-le digo mientras cojo fuerzas.
Me mira con cara seria, pero a la vez con atención.
-¿Por qué eres así?-le pregunto sin pensar mas.
-¿umh..?-vuelve a mirar al frente.
-Me refiero a por qué no te juntas con los demás. En plan para que no estes sola siempre.-le explico.
-Porque no.-me responde.
-Tendría que haber una razón...
- Y tu...
-¿Que?-le digo dudoso.
Me mira.
-¿Por qué sigues leyendo esa basura?
Me quedé en shock.
-Porque... Porque quiero saber lo que hay detrás de estas murallas.-le contestó con sinceridad.
-Ese libro te miente, no solo en el exterior hay cosas bellas.
-Ya lo s..
-dentro y fuera de las murallas hay casi lo mismo, muertes... titanes...desesperación...Por eso es mejor estar sola, sin tener que importarte nadie. Así no tienes que sufrir por otros.
-comprendo... Yo prefiero estar rodeado de seres queridos, aunque se que algun dia los perderé. Puede que sea mañana, pasado, hasta hoy mismo... Pero quiero que alguien antes de morir sepa que es querido y que lloraran por él.- le digo
-Que estupido eres.
-Lo se, pero Annie...
-¿Que?
-Quiero que sepas que yo te recordaré cuando te vayas.- solté sin pensar.
Su mirada se hizo más profunda que normalmente, pero sus ojos empezaron a brillar por la poca luz que salía del interior.
-Armin, realmente eres estúpido...-se giró y unas pequeñas lágrimas empezaron a deslizarse por sus mejillas.
-Annie...Te amo.
Se quedó callada durante unos segundos, empiezo a agobiarme, no sabia que iba a reaccionar así aunque una parte de mi se lo esperaba. De repente se giró y fue dirección a la puerta para volver a entrar al comedor. Antes de que se fuera, sin pensarlo dos veces fui hacia ella y le cogí del brazo. Se quedó quieta.
-Perdon si hice algo mal, no quería molestarte...
-Demasiado tarde, siempre lo has hecho.
-Annie..
