No lo hagas, por favor.

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| Capitulo 8 |

¿Qué iba a ser de mi vida ahora? Con casi veinte años, una gran cargar familiar junto con mis estudios y mi trabajo no son algo fácil de sobrellevar. Mi familia conformada por padres divorciados y hermanos "perfectos". El apellido "Rosemberg", una palabra que ha sido la complicación de mi corta vida. Siendo una Rosemberg no puedo tomar malas decisiones ¿por que? Douglas y Christopher, esas simples palabras. Mis hermanos, socios de una empresa sumamente exitosa. El problema del buen futuro de mis hermanos es que esperan algo mejor de mí. Esperan que me case, que tenga hijos en pocas palabras que forme una familia. Pero yo no quiero eso. Yo no quiero este bebe, no lo quiero.

Las chicas me visitaban seguido, me traían cosas dulces y a veces algunas cosas saladas. Decían que eran para mis antojos pero aun no los tenia o tal vez no era como dicen. Me miro al espejo levanto mi remera pero no hay nada. Posiblemente ahora que no hay nada sea más fácil acabar con él. Odio esta idea pero no estoy lista, no quiero tenerlo. Arruina mi vida, mis planes futuros. Lo siento pero asi deben ser las cosas.

En mi trabajo, como siempre encerrada en mi oficina llena de trabajo. Golpean la puerta, levanto la vista no lo reconozco.
- Adelante -digo parándome alisándome la pollera
- Hija - mi padre se abalanza hacia mí y me besa la frente sin alejarme de sus brazos
- Papa ¿Qué haces aquí?
- Pasaba por aquí, voy de camino a una empresa de uno de mis amigos en EEUU pero antes quería pasar a saludarte y felicitarte -sonrió pero yo no - ¿sabes? - lo mire - toda mi vida espere ser abuelo pero nunca con tantas ansias de tus hijos, Gwen -pauso - tu has sido mi luz e imaginar tus hijos me llenan el alma de felicidad, querida- me volvió a abraza y se me hizo un nudo en la garganta
- Papa yo... -logre decir pero me interrumpió
- Si es problema el hecho de que no tenga padre no te preocupes, te ayudaremos en todo hija junto a tu madre y los demás, te amamos y amamos a esa criaturita- Ahora si debo irme, adiós Gwen y adiós mi nieto favorito

Se fue. Me senté paralizada en la silla frente al escritorio. ¿Cómo les diría que decidí abortar? Las lágrimas bajaron por mis mejillas, ya tenían marcado un sendero.

En la tarde visite a Stacie. Al llegar las chicas también estaban ahí. Nos acomodamos en al sala como cualquier día.
- He tomado una decisión -solté sin mas, todas voltearon a verme bien atentas
- Dinos Gwen - dijo Stacie quien se sentó a mi lado
- Ustedes saben que me opongo a estas cosa pero esta es la única solución, yo lo siento mucho pero -mis ojos se llenaron de lagrimas y los de ellas se aguaron
- No Gwen, todo menos eso, acabaras con él... lo mataras
- No tengo otra alternativa
- Claro que la hay, las hay porque hay muchas, no lo abortes -dijo Stacie al borde de la desesperación
- Ya lo decidí chicas, solo quería compartirlo con ustedes - no las miraba a la cara, no podía
- ¿Tus padres que dijeron? -dijo Amber
- No lo saben -afirmo Stacie
- Sabes que ellos estaban emocionados con esto, más que nosotras -dijo Amber - no lo hagas
- ¡Basta! Soy yo la que va a cargar con él, yo deberé alimentarlo, cuidarlo, educarlo no ustedes... ustedes no pueden decidir por mi, ustedes deben... deben apoyarme son msi amigas
- No apoyaremos tal cosa Gwen es un crimen - dijo Sthepani
- Entonces me retiro no hay mas que decir, gracias -tome mi bolso y subí a mi auto ignorando los llamados de cuatro voces femeninas.
Aparque a una orilla de la calle y mi cara contra el volante me desahogue. Llore. Llore con fuerza, sacando todo el mal que sentía, todo. Después de unos largos diez minutos, encendí el motor. En mi casa tome una ducha, salí en mi albornoz y me vestí frente al espejo. Observe detenidamente mi cuerpo, pose mi mano en mi vientre. Susurre un "Lo siento". Dormí como pude, con llantos a altas horas de la madrugada. Finalmente amaneció. Me vestí con ropa sencilla hoy no iría al trabajo, hoy tenia turno al medico.

Llegue, di mi nombre a la recepcionista. Me dijo que el doctor anunciaría mi nombre cuando fuera mi turno y que mientras tanto esperara en la recepción. Me gire sobre mis talones, observe los sillones y sillas ahí. Estaba nerviosa, la gente me miraba me sentía la peor persona del mundo pero era mejor asi.
Paso una hora y el altavoz se encendió.
- Señorita Rosemberg -dijo -Gwen Rosemberg - era mi turno, agarre con fuerza mi bolso y me levante, me dirigí al consultorio del doctor

- ¡Gwen! ¡Espera! ¡No lo hagas! -voltee y lo vi - No lo hagas, por favor -dijo entrecortado, le faltaba el aire
- ¿Qué haces tu aquí? - pregunte
- Solo no entres ahí, no lo hagas -dijo Sydney

Changed my life ~Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz