(49) Una boda

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Casi tres años más tarde....


Por fin tenía un momento de calma, cada vez eran más efímeros y lejanos. Pero aquí estaba... dándome un baño de tina con agua caliente y sales aromáticas. Hoy sería un día muy especial. Cuando me pongo a recordar por todo lo que pasé para llegar a este punto... realmente me lleno de sentimientos encontrados, hubo un momento en que todo en mi vida parecía derrumbarse, y es bastante literal cuando recuerdo el terremoto, mi embarazo y el accidente en la playa. Por suerte esos momentos ya quedaron en el olvido, y hoy en día el panorama está más claro, asumido, y si, puedo decir que me siento feliz. La llegada de un hijo fue de lo más difícil al inicio, pero he recibido el apoyo de todo el mundo, y por supuesto, también de su padre. Hace ya dos años había nacido mi pequeño hijo, y sí, es un varoncito muy adorable, se parece mucho a su papá cuando era un infante, las fotografías los delatan. Recordar el momento en que llegó al mundo me emociona bastante, pero debo ser sincera, en ese momento estaba aterrada, no era lo que quería para mi vida, no sabía cómo podría liar con esa responsabilidad. Todo eso me mantuvo un poco triste, pero cada día me enamoré más y más de ese pequeño. ¿Quieren saber cómo son sus ojos?, mi hijo tiene unos bellísimos ojos marrones, sí, son como los míos, creo que puedo decir que algo heredó de mi al menos, pues todo lo demás... es de familia paterna.

El agua caliente me envuelve y creo que perdí la noción del tiempo, pero unos pasitos en el pasillo me hicieron alertarme

-¡Mamá!, Mamá... Buaahhh –comenzaron los llantos del pequeño Tobias (nombre del hijo de Luna)

-¡Tobias! ¡Mamá ya va, estoy aquí!- creí que lo había dejado durmiendo profundamente en su cuna, pero ya veo que no me da ni un momento de respiro

Salí del baño y me puse una bata, Tobias estaba llorando, nunca le ha gustado estar solo, es muy pequeño aún, y está acostumbrado a encontrarse rodeado por gente, mis amigos y familia.

-¿Ahora qué haré contigo?- le dije mientras lo tomaba en brazos y le hablaba de modo cariñoso -necesito prepararme para la boda, y tu padre ni se aparece para darme tiempo y arreglarme como es debido

-¿Papá?- dijo el de modo súper tierno que me hacia derretirme

-Sí, papá aún no llega – Lo deje en el piso junto a sus juguetes mientras me dirigía a buscar mi móvil para realizar una llamada, pero cuando me di cuenta... ya no era necesario

-¡Mamá! ¡Mira, llego papito!

-¿Eh? - me giré y había llegado Lysandro. Con un gesto lo salude y me moví rápidamente hacia el baño para arreglarme, o Tobias se daría cuenta de mi ausencia y podría armar un escándalo.

-¡Papito! ¡papito! ¿Me tajiste adgo hoy? – algo así sonaban las palabras del pequeño, no podía evitar sonreír al oírlos jugar, era simplemente adorable, se amaban

-Sí, pero te lo daré sólo si dices las palabras mágicas – decía Lysandro entrando en el juego

-Te quiedo mucho – respondía Tobias y a partir de ahí solo se oían risas, se lo pasaban estupendo juntos

Yo por suerte tuve el tiempo suficiente para arreglarme, me puse un vestido morado acampanado, y llevaba mi cabello suelto. Hoy mi querida amiga Rosalya se casaría con su adorado Leigh, y lo mejor de todo es que nos volveríamos a reunir todos los chicos del instituto, no es que no los haya visto en todo este período, pero era difícil reunirnos todos al mismo tiempo, muchos estudiaban y otros trabajaban. Cuando estuve lista, salí a la calle donde estaba Tobias vestido de etiqueta dormido en los brazos Lys.

Castiel, Mi rebelde Corazón de MelónDove le storie prendono vita. Scoprilo ora