Ellos llevaron a Seugil dentro de un cuarto cerrado para minimizar la cantidad de gente que pudiera escucharla. Los guardias bloquearon la puerta después de un momento de discusión. Ninguno de ellos confiaba en Seugil, pero Siwon insistió.
Incapaz de incumplir las ordenes de su rey, los hombres de mala gana esperaron afuera.
-Eres muy valiente para hablar conmigo a solas.
Siwon se encogió de hombros.
-Como tú misma declaraste. Mi pareja tiene un cuchillo muy grande. Si haces el movimiento equivocado, él te destriparía.
Seugil palideció, dándole a Heechul una mirada nerviosa. Él sintió un mínimo remordimiento de conciencia por presentar a su pareja como un hombre que podía atacarla en cualquier momento, pero la sonrisa que Heechul le dio a Seugil lo obligó a contener la risa. Su amante era extremadamente sobreprotector.
-No te preocupes. Mientras no hagas ningún movimiento brusco, estarás a salvo. -Dijo Heechul.
-¿Por qué no nos sentamos?
Siwon se movió hacia la mesa y las sillas. Ellos se habían ubicado en una de las salas de reuniones que los escolares generalmente usaban para sus estudios y debatir sus puntos de vista. Por las telarañas decorando el techo, tenía la sensación de que los cuartos ya no cumplían con su función.
Con Seugil, sentándose transversalmente a ellos, más cerca a Siwon que de Heechul, ella empezó con su historia.
-Desde que yo era pequeña, mi madre me hablaba de cómo ella debería
ser la que mandara en el reino. Yo solía soñar que crecía y me convertía en reina.
Heechul profirió un gruñido digno de un Thresl.
Siwon escondió su sonrisa.
-Ya no sueño con eso. -Ella levantó una mano defendiéndose-. Lo hacía hasta que crecí lo suficiente para entender que mi madre estaba loca. Ella hacía algo. No sé lo que era, pero ella hacía algo que evitaba que regresaras. Había un hombre al que ella acudía. Un usuario de la magia. Creo que él conjuró un hechizo para detener tu reencarnación.
-¿Dónde se encuentra? -Preguntó Siwon.
-Él murió muchos años atrás, que es por lo que creo que fuiste capaz de volver.
-Necesitamos saber qué fue lo que hizo para que no pueda volver a hacerse.
-Dijo Heechul.
-Eso no es todo. -La voz de Seugil estaba apresurada, como si ella quisiera deshacerse de todo como cuando uno se quita un vendaje-. Mi madre ha reclutado algunos soldados. Planea tomar al castillo en tres días.
-¿Por qué en tres días? -Preguntó Heechul.
Seugil dirigió sus brillantes ojos a Heechul.
-Porque para esa fecha es que está planeado su matrimonio.
Siwon se estremeció ante la mirada asesina en los ojos de su pareja.
-¿Y cuándo es que pensabas darme las buenas nuevas?
Siwon chequeó si carámbanos de hielo se habían formado en el aire por la helada voz de su pareja.
-¿Nos podrías dar un momento? -Le pidió a Seugil.
Ella le dio una inocente sonrisa.
-Estaré justo afuera molestando a sus guardias.
-No tomará mucho.
Especialmente si Heechul lo empalaba con su daga como sus ojos prometían hacer.
Siwon esperó hasta que ella salió del cuarto para hablar. Una vez que la puerta se cerró tras ella, él se arrodilló en un solo pie ante su amante, su vida, su pareja. Tomando la mano izquierda de Heechul entre las suyas, miró hacia la persona que más adoraba sobre todas las cosas y siempre lo haría.
