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Despierto sintiendo un fuerte dolor de cabeza, escuchando el constante sonido de unas máquinas y con el aroma a antiséptico en la nariz. Estoy en un hospital. Eso es lo primero que pienso a penas abro los ojos y mi vista se acostumbra a la tenue luz que hay en ese momento en la habitación donde estoy. Recorro con la mirada el lugar lentamente dejando caer esta en el cuerpo de una persona dormida al lado de mi cama en un sofá que no parece muy cómodo. No me toma mucho tiempo darme cuenta de que se trata de Harry. Intento acomodar mi cuerpo en la camilla despacio, me siento mareada y el tener conectado en el brazo una intravenosa por donde pasa el suero no es de ayuda.

Lo primero que pienso, cuando me he acomodado a mi gusto y mis sentidos están nuevamente listos es en todo lo que ocurrió antes de que me desmayara. Imágenes del centro comercial, de las fans, de los insultos, de la llamada de Harry, de su rescate. Todo comienza a pasar por mi cabeza rápidamente, llenándome de un sentimiento indescriptible que simplemente me hace llorar. No soy capaz de mantener el llanto en un modo silencioso, los sollozos comienzan a salir de manera rápida, dolorosa, cortándome la respiración y haciendo que absolutamente todo lo que llevo dentro salga. Harry se despierta inmediatamente al escucharme llorar y se acerca rápidamente hacia mi camilla dejándose caer a mi lado y tomándome entre sus brazos dejándome llorar una vez más sobre su pecho.

—Déjalo salir Mel.

Su voz suena tan lejana pero tan cerca a la vez. Siento sus brazos rodeándome y por primera vez no me alejo, no siento repulsión, no siento rabia, solo la comprensión, la contención y la seguridad que sus brazos me entregan en este momento. Cuando me siento más tranquila ha pasado un buen rato. Siento los ojos hinchados y sé que están rojos, tengo las mejillas húmedas y la garganta seca. Pero aun así, a pesar de todo, del dolor físico, del dolor emocional y sobre todo de la carga interna que llevo me siento un poco mejor.

—Ten—Harry tiende en mi dirección un vaso con agua el cual bebo de inmediato refrescando así mi sedienta garganta. Le entrego el vaso ahora vacío y me le quedo viendo.

—¿Qué pasó? ¿Cómo llegué aquí?

—Tuviste un ataque de pánico, fueron muchas cosas las que te hicieron colapsar y lo de esa tarde simplemente fue la gota que rebalsó el vaso. El médico dijo que debieron sedarte porque despertaste después del desmayo peor aún. Uhm él dijo que probablemente no recordarías esos minutos pero que era normal.

—¿Cuánto tiempo ha estado dormida? ¿Dónde está Crystal?

—Has estado dormida por dos días. Crystal está en el hotel con Gemma y los chicos. Mi hermana voló de inmediato cuando vio las noticias y bueno nos acompañará en lo que quede del Tour.

Nos quedamos en silencio, uno sentado al lado del otro sin decir nada, con nuestros hombros rozándose y nuestros pensamientos perdidos. Sé que tengo que decir algo, sé que debo agradecerle por todo lo que hizo por mí, pero las palabras simplemente no salen. Me quedo un rato tendida en la cama, con la respiración calmada y pensando en todo lo que sucedió. Es ahí donde me doy cuenta que todo pudo haber sido mucho peor si Harry no hubiera estado atento a las redes sociales, si él no hubiera llegado a tiempo, involuntariamente busco su mano y la tomo entrelazando nuestros dedos. Inmediatamente su mirada se posa en mí y luego en nuestras manos entrelazadas. Alzo mi mirada y me le quedo viendo directamente a los ojos, esos ojos que presiento quieren decirme muchas cosas...Tomo una respiración y susurro solo para los dos;

—Muchas gracias por ir por mí Harry. No sé qué habría pasado si tú no hubieras llegado. De verdad, muchísimas gracias.

—No tienes que agradecerme por nada, todo se salió de control, demasiado, esto fue más de lo que cualquier persona puede soportar y sobre todo esto fue mucho más de lo que siquiera debería vivir.

Confía en mí » h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora