Harry la miró durante todo el tiempo que le tomó terminar el café. Acariciaba sus piernas en un movimiento suave e involuntario, sonriendo cuando ella soltaba pequeñas risas de complicidad.
Le encantaba ver las pequeñas reacciones que florecía en Lux. Temblaba cada vez que sus dedos se deslizaban más cerca de sus muslos, al igual que presionaba las caderas más cerca de la cama cuando tocaba el comienzo de su pantalón corto..., la forma en que su mano buscaba la suya para entrelazar sus dedos cuando abandonaba sus piernas. Pero especialmente, le encantaba la forma en que apartaba la mirada cuando Harry la observaba por mucho tiempo, porque lo conocía lo suficiente como para saber que pensaba en cosas sucias sobre ambos.
—Tengo una fantasía... —dijo Harry, sonriendo maliciosamente cuando ella parpadeó con los ojos muy abiertos. Lux entreabrió los labios para hablar, pero él negó con la cabeza—. No puedes hablar. Asiente con la cabeza si quieres oírla.
La tomó de las mejillas para acariciar su labio inferior con el pulgar. Después, se fue hasta el cabello para enredar sus dedos en él. Lux no tardó en obedecer, mirándolo expectante.
—Siempre he querido dominar a alguien en la cama —confesó—, que hagan lo que quiero, como quiero y donde quiero. Usar la fuerza, nalgadas, mordiscos y tirones de pelo..., ya sabes.
Las cejas de Lux se enarcaron levemente, sobre todo cuando se percató de que el rostro de Harry estaba más que avergonzado. Se permitió sonreír ampliamente antes de inclinar su codo para llamar su atención; levantó su dedo índice para indicar que la esperara, y corrió hasta su armario. Buscó durante un par de segundos hasta encontrar un pañuelo negro, levantándolo en señal de victoria.
Harry frunció el ceño, confundido por un momento hasta que ella señaló sus muñecas y la cabecera de la cama. Entonces, comenzó a sentirse nervioso por llevar a cabo aquella fantasía con Lux.
Él se levantó lentamente, moviéndose hacia ella para tomar el pañuelo y atarlo a la cama con fuerza. Sus ojos jamás abandonaron los de ella, esperando por alguna señal que indicara su arrepentimiento; sin embargo, Lux lucía ansiosa cuando se acostó sobre la cama y levantó los brazos para que terminara con el trabajo. Sin embargo, Harry le quitó la camiseta, se inclinó levemente y repartió besos húmedos a lo largo de sus clavículas. Algo se encendió dentro de Lux, provocando que sus rodillas se sintieran débiles y sus muslos ardieran de deseo.
Los labios de Harry continuaron con su camino, besando su cuello hasta detenerse en la barbilla. En lugar de besarla, capturó su labio inferior entre sus dientes antes de tirarlo con suavidad. Lux jadeó con los ojos cerrados.
—Mi chica... —gruñó en voz baja, tirándolo nuevamente.
Su cuerpo reaccionó tal como él esperaba; sus caderas se levantaron automáticamente en busca de más. Lux presionó con fuerza, sintiendo su erección contra su abdomen a medida que lo hacía, y queía empujarlo hacia la cama para sentarse a horcajadas y sentirlo mejor. Pero era su noche..., no de ella. Así que se sometería a él, permitiendo que la controlara a su antojo; sería su siervo esa noche.
Harry la tomó del brazo, volteándola para que quedara apoyada sobre la cama con sus rodillas y sus codos. Su respiración se atascó en la parte posterior de su garganta mientras le quitaba el sujetador y terminaba de atarla a la cama. Lucía preciosa... No tardó en bajar sus pantalones por la curvatura de su trasero hasta las piernas. Ella quedó desnuda a excepción de un par de bragas negras que se ajustaban a la perfección a su cuerpo; Harry no pudo resistirse e inclinó la mano hacia atrás para darle una nalgada.
Lux se volteó sobre su hombro, enarcando una ceja como diciendo ''¿eso es todo lo que puedes hacer?''
Sus ojos verdes se oscurecieron a medida que frotaba la zona golpeada suavemente. Volvió a impactar su mano, mucho más fuerte esta vez. Lux soltó un siseo de dolor, cerrando los ojos. Y aunque no fuera nada que no pudiera manejar, le gustó que Harry se tomara el tiempo de mirarla para comprobar que todo estaba bien.
