Dieciocho

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—... así pues —terminó de hablar Slugrhon, y sinceramente no había puesto nada de atención—, quiero que cada uno de ustedes se levante y tome una de estas ampollas de mi mesa. Tienen que preparar un antídoto del veneno que contienen antes de que termine la clase. ¡Buena suerte a todos, y olviden ponerse los guantes protectores!

—¿Puedo preguntarte algo? —susurró Draco.

—¿Quieres saber por qué me senté contigo?

—Sí —asintió levemente con la cabeza—. Pero no iba a preguntarte eso.

Lo miré confundida, y el me miró directamente a los ojos, con su fría y mirada penetrante.

—¿También estudias Oclumacia, verdad?

Yo lo miré aún mas confundida.

—¿Qué?

—En el verano estudié Legeremancia —dijo seguro—. Y solo alguien que sabe Oclumancia puede evadirlo.

Eso lo sabía porque Harry me lo había mencionado en otras ocaciones, pero yo jamás lo había estudiado.

Esperen, eso significaba que Draco...

—¿Intentas leer mi mente? —murmuré mientras fruncía el ceño.

—No te hagas la sorprendida, Isa.
Lo has evadido todo el tiempo, sé que estudias Oclumancia.

—¿Qué? —dije confundida—. No sé de que estás hablando. Yo nunca he estudiado ninguna de las dos cosas y... ¿Y por qué intentas leer mi mente?

—Ehh... —empezó a balbucear—, supongo que por curiosidad.

—¿Curiosidad? —me molesté.

—Bueno, no lo sé, Isa —respondió algo frío—. Solo olvídalo, de todos modos no funciona contigo.

—Iré a buscar las ampollas —dije mientras me levantaba y cuando me acerqué a la mesa de Slughron, me encontré con Harry.

—¿Por qué...? —sabía perfectamente lo que me iba a preguntar.

—Tengo que hablar unas cosas con el, nada importante —bufé, y Harry me miró algo incrédulo—. Oye, Harry, ¿como sabes si alguien está usando Legeremancia para leer tu mente?

—¿Por qué lo preguntas? ¿Draco está intentando leer tu mente? —preguntó en voz baja.

—No lo sé —respondí casi en un susurro—. Pero si es así, ¿cómo lo sabría?

—Bueno, porque, principalmente lo sentirías en tu mente. Digo, si alguien está leyendo tu mente o tratando de controlarla, como varias veces lo ha hecho... —bajo un poco la voz—...Voldemort. Lo sentirías de inmediato. Te dolería la cabeza y esas cosas... Isa, yo no creo que Draco sepa Legeremancia. Es demasiado estúpido.

—Sí, supongo —suspire aliviada—, ¿Y ya hiciste el antídoto?

—No, en realidad no.

—¡Pero tienes el libro mágico! —susurré.

—Sí... Creo que no me va ayudar esta vez, seguiré buscando —dijo Harry y volvió a su lugar con Ron.

Yo volví a mi lugar, sonriendo y aliviada, ya que Draco no podía leer mi mente, y le entregué Ampolla.

—Gracias —dijo en cuanto se la entregué.

—¿Acaso oí bien? —me burlé.

Draco rodó los ojos y soltó una pequeña carcajada.

Luchando contra la corriente [Draco Malfoy]Where stories live. Discover now