Internet.

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El internet puede romper el corazón de muchísimas personas, o tal vez solo el mío.
Hace tiempo, una solicitud en Facebook me llamó la atención, era un chico de Argentina en realidad muy guapo.
En el momento de picar el botón "aceptar", una notificación de un mensaje me apareció en la pantalla, ¿y de quién era?, era de Paul "el chico argentino", sonreí y le conteste.
Duramos 2 semanas hablando sobre nuestros días y clases, hasta que se atrevió a preguntarme si podía hacer video llamada con el, al principio la pensé mucho pero me dije: ¡es simplemente una llamada!, y acepte.
Su voz, su forma de actuar, su forma de hablar era increíble, era lo que yo había buscado durante muchos años.
Las horas parecían segundos, y cada vez más esperaba poder regresar a mi casa después de las clases para poder platicar con el, pero... No todo era color de rosa.
Uno de esos días le pregunte que si como se llamaba su familia, repitió sus nombres mientras que en mi mente imaginaba mi nombre con su apellido pero en cuanto pronunció las palabras "y mi novia" se me erizo la piel, ¿cómo podía ser eso?, ¿tenía novia?, ¿y yo que?, ¿estaba jugando conmigo?
El nombre de la novia se me grabó perfectamente; Estefanie.
Recuerdo que aquella noche llore muchísimo, ¿cómo podía ser que me había enamorado de una persona que vivía muy lejos de mí y que aparte tenía novia?
Hasta que por fin, alrededor de las 4:00 am pude dormir entre sollozos.
Él seguía hablándome, hasta que me canse y le deje un último mensaje:
Muchísimas gracias por haberme escuchado pero lo único que no te perdono es que me hayas robado mi corazón".

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