Osos y chocolates.

113 5 0
                                    

¿Mi nombre? Mi nombre jamás importo para nadie, ni siquiera para mi mismo era importante ese pequeño simbolizmo de persona que nos designan, pero por norma, como toda la maldita sociedad, tienen que clasificarme de alguna manera, asi que llámenme si gustan D,
¿Mi historia? Es como un chupetín, hay que ir llendo poco a poco hasta conocer el climax, hoy van a saber un poco de mi ser, y conocer un poco mas de mi, siempre el ser humano tiene la necesidad y el gusto de disfrutar la historias de otros, y hoy vengo a satisfacerlos.
Nunca fui una persona atractiva físicamente, con el tiempo fui cambiando, como una mariposa, pero jamás fui el estereotipo de belleza de nadie, a duras penas conseguía un cumplido por mi rendimiento escolar, o por mis ideales progresistas y radicales, nunca por mi físico, pero jamás fue objeto de mi obsesion, como siempre, nunca valoramos algo hasta que nos damos cuenta de lo que carecemos.
Yo estaba tranquilamente en la conocidísima red social Facebook, en mi soledad de notificaciones de paginas que tenia simplemente para no sentir tanto vacio, viendo como la tarde pasaba sentado en una maquina ¿Qué otra cosa tenia para hacer? Nunca fui alguien querible ni sociable, y se mostraba en mi contacto con las personas.
Nada que hacer, cuando de repente, algo me asombro, recibí una solicitud de amistad de una chica guapa, la acepte, mas tarde me enteraría que esa chica seria mi próxima compañera el siguiente año cuando entrara en secundaria, obviamente me enamore de ella, la que se suponía en algún futuro pretendía sea mi novia.
Desde el primer momento supe que era mucho para mi, pero jamás desistí, algo en mi me hacia creer que podrimos estar juntos, quizás el hecho de aquella solicitud me ilusionaba mas de lo que debía, le hablaba con recurrencia y ella contestaba fría, pensaba que simplemente se mostraba asi por miedo a que la lastimaran, que idiota.
Pasaron mis vacaciones y entre en clases, y ahí estaba, me asignaron 1ro B y pensaba que ella estaría conmigo, pero a ella la pusieron en el otro curso 1ro A, creo que el destino siempre me dijo indirectamente que no debía ilusionarme que debía alejarme, si lo hubiera hecho, hoy mi corazón estaría sano.
Aun asi, con todo esto, seguí pensando que íbamos a estar juntos, aprovechaba cada recreo para hablarle un poco, el poder de la insistencia siempre creía que seria suficiente aun en los casos mas complicados, para ese tiempo, no me importaba mi físico en absoluto y no lo veía como un obstáculo, era una persona flaca, con un peinado horrible, cabello lacio, ojos marrones, nariz prominente, labios gruesos y muchos granos.
Aun asi, yo simplemente me veía como una persona, no como alguien feo ni lindo, no me importaba esos categoricos por ese tiempo, y creía que a ella tampoco le importaría. Pasaron las semanas, y mis compañeros de clase poco a poco se enteraron de lo que sentía, hasta que ya todo mi curso supo cuanto la quería para mi, cuanto la deseaba. Sabia que esos idiotas iban y le hablaban a ella a mis espaldas de lo que sentía, sabia que quizás ella podría tranquilamente estar asustada de que alguien sienta algo tan fuerte, de que me guste.
Pero, una mañana me canse de las dudas, me canse del "y si" y fui a hablarle, fui a hablarle con tanta felicidad, pero no fui improvisto, escogí un dia perfecto para declararme, el segundo día de la semana de la dulzura en mi país, y fui preparado con un arsenal de ternura, un oso de peluche, unos 10 corazones, 10 bombones, todo para asegurar un si.
Pensaba que la ternura era un extra, jamás conocí los extremos, asi que siempre lo sobrepasaba, ese día, tome valor y fui al colegio, esperando el recreo para ir a declararme, cuando me di cuenta que la hora era interminble y los minutos no pasaban me asuste, el tiempo estaba en mi contra, pero no me importaba, yo espere, la vida se me paso en ese salón de clases, con el corazón a mil esperando su respuesta.
Por fin toco el bendito timbre, y fui directo escaleras abajo, con todos mis compañeros observándome expectantes, malditos, todos conocían su respuesta, pero nadie fue capaz de quebrar mi corazón antes de tiempo, ella estaba contra el paredón del colegio, yo fui directamente hacia ella, ese ser de luz, ese ser que irradiaba confianza y amor, ese ser, por el que lo hubiera dado todo, y le di metafóricamente mi corazón.
Lo primero que le di fue aquel oso, ese oso bello, ella me miraba fría, yo tiritaba, como un enfermo de Parkinson tome los bombones y se los di, luego los dos corazones y  se me cayo uno, todos en el patio me miraban mientras yo le daba aquellos obsequios.
Ella bruscamente tomo todo, y me dijo simplemente "No", yo me fui, contuve las lagrimas, todos observaron como me quede en una esquina mirando el cielo, fingiendo que nada pasaba que lo aceptaba, esperando que lo que en un principio era un timbre de salvación, ahora terminara de golpe, esperando poder salir de ahí, el recreo fue mas interminable, no pude esperar, a simplemente llegar a casa, asi que ese día, desconecte, y me puse a pensar en idioteces mientras las dos horas que me quedaban dentro del instituto pasaban.
Cuando toco el timbre salí, volvi a mi casa y me fui a mi habitación, cerre la puerta bruscamente y me puse a llorar desconsoladamente, atine a abrir mi computador, a entrar a facebook y mandarle un mensaje a aquella chica," ¿Por qué? ¿Qué me falta?" le dije, ella me contesto "Sos horrible, jamás ninguna chica te va a querer sinceramente y sos un asco, si alguien te ama es puta o es fea, me das repulsión y jamás te amaría, el oso se lo di al chico que me gusta y me comi todos tus regalos ¿Feliz? SOS UN CARGOSO, no me molestes jamás" , luego de esas palabras me bloqueo.
Jamas pude superarlo, por lo siguiente dos años me miraba al espejo con desprecio, jamás entendí nada, jamás supe el verdadero porque, ella siguió su vida y yo me sumergí en una depresión de la que hoy todavía me cuesta salir, aun me levanto días completos mirándome al espejo y pensando, "Sos un asco D, nadie te va a amar" las pocas veces que se me dio la oportunidad de besar a alguien las rechace, teniéndolas tan cerca porque siempre tuve la impotencia y el miedo de recordar las palabras de aquella chica y pensar "D, no te va a besar, sal de aca y deja de hacer el ridículo" y así lo hacia.
Hasta el dia de hoy, sigo obsesionado con la bellesa física, con el aspecto de las personas, me comparo constantemente y cada vez, me siento peor, ya tuve un intento de suicidio hace mucho, no vale la pena desperdiciar un regalo tan precioso como la vida, pero, cuando ese regalo es toxico uno quiere quitarlo, sin embargo, esta historia no termina, y créanme, la vida es una ruleta rusa, donde a veces los papeles se invierten.

Historias RealesTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon