Capítulo 7: ¡Venganza!

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Sé que la venganza no es la mejor alternativa pero... ¡Vamos ustedes lo harían igual si estuvieran en mi lugar! Bueno les contare, al parecer George no tuvo suficiente con lo que me hizo en el comedor y en la clase de pociones, así que ¿Cuál fue su "brillante" idea? Pues fue que metió una maldita serpiente en mi dormitorio, no me pregunten como, pues no tengo ni la más mínima idea, pero eso no es lo importante, aquí lo que realmente interesa es la histeria que tuve.

 Todo comenzó en cuanto llegue a mi dormitorio, me despoje del uniforme y me coloque mi pijama pues había tenido un largo día y no tenía ganas de nada, me iba a recostar en mi cómoda cama y apretuje mi "suave almohada", que si aún no se han dado cuenta era un jodida serpiente, cabe decir que como todo Gryffindor tengo muchas debilidades y muchos miedos y las serpientes es uno de ellos. Grite como niñita de dos años y me tiré de la cama, la serpiente me arrincono contra el muro y de no ser porque mis compañeras de cuarto se hubieran despertado, me habría muerto ahí mismo, el punto es que Caroline una de mis compañeras le lanzó un hechizo que no logro recordar debido al shock y la serpiente simplemente se alejó de mi como si me tuviera miedo (nótese la ironía) Al final llamaron a la prefecta y con ayuda de otras estudiantes lograron sacar a la endemoniada serpiente del cuarto, y yo... Bueno yo estaba en acurrucada en una esquina meciéndome tratando de tranquilizarme, lo único que recuerdo fue que Caroline me guío como borreguito hasta mi cama y me ayudo a recostarme en ella antes de quedarme dormida, juro que ni el mismo Voldemort con su presencia me hubiera sacado del shock.

 A la mañana siguiente como buena perra vengadora empecé a cocinar mi plan, y habló de literalmente cocinarlo porque mi dulce venganza consistía en una poción, como soy una estudiante ejemplar (y no es por presumir) mis notas son excelentes así que me di el lujo de fingir estar enferma para saltarme las clases y preparar todo para mi venganza, en el momento en que mis compañeras de cuarto se fueron a las clases y que sabía que todo el mundo estaba en los salones salí de la Sala Común de Gryffindor y me dirigí a los baños de Myrtle después de todo casi nadie va precisamente por ella, así que eso me aseguraba que nadie me molestaría. Después de unas cinco horas más o menos termine la poción y me puse a bailar la Macarena, antes de que se acabara el tiempo salí corriendo a las cocinas de Hogwarts, todos los elfos domésticos me saludaron ya que iba muy de seguido a pasar el rato con ellos, eran agradables, bueno en fin el punto es que le suplique que pusieran la poción en la copa de George Weasley y que por nada del mundo se lo fueran a decir a alguien, después de eso Celeste mi amiga elfina (muy tierna por cierto) me dio un poco de helado de menta (mi favorito).

 Tuve que salir corriendo porque me había distraído mucho, era el momento de cenar todas las casas estábamos reunidas en nuestras respectivas mesas y el profesor Dumbledore brindo por los fundadores, cada uno de nosotros levanto en el aire su copa y le dio un sorbo del jugo de calabaza que había en ella, en menos de 6 segundo calculo el Gran Comedor se convirtió en un caos total, muchos estaban parados carcajeándose y señalando la mesa de Gryffindor, más específicamente a George Weasley, su cabeza se había llenado de granos con pus (muy asqueroso, cabe decir) solo para darle entrada al plato fuerte, todo su cuerpo se llenó de manchas de colores y en su cara le empezó a crecer, el resultado final es que tenía su cuerpo como si le hubiera vomitado un arcoíris encima y la cereza del pastel una cabeza rosa inflada, sip gracias clases de pociones, todos se burlaban de él, yo me estaba ahogando de tanto reírme y claro como no podía dejar que alguien más se llevará el crédito, en su brazo estaba escrito: Con amor Johnson, al lado estaba el dibujo de un serpiente, para que entendiera que esto era mi venganza a la mala noche que me hizo pasar.

 Se levantó hecho un furia, me miro con desprecio y luego levanto su varita, yo no hice absolutamente nada, después de todo él no podría hacer nada en frente de los profesores y él lo sabía, se fue del GC dando grandes pasos, se le podía escuchar murmurar palabras despreciables hacia mi persona, se paró en la gran puerta de madera y me lanzo un mirada llena de odio puro y pronuncio las palabras que jamás creí que saldrían de su boca.

 - Sangre sucia – Lo dijo en un tono calmado.

 Todos se quedaron de piedra después de eso, mi boca se abrió levemente, nunca ni si quiera un Slytherin me había dicho eso, mi cuerpo tembló de la ira, salí corriendo hasta llegar a su lado y darle un puñetazo en la cara.

¡Te Odio! - George Weasley y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora