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Y no lo hizo. Jos rozó delicadamente los labios de Alonso y en ese momento sintió una gran energía recorrer su cuerpo. Si, Jos había comprobado lo mucho que le gustaba el menor.
Después de reaccionar, continuó con lo que se encontraba haciendo y besó tiernamente a Alonso. Alonso correspondió el beso y llevó su mano a la mejilla de Jos, haciendo que el beso fuera más placentero.
Después de unos segundos, se separaron y se miraron a los ojos.

-Nunca pensé enamorarme de un chico.- Habló Jos.
-¿Entonces estás admitiendo que estás enamorado de mi?.
-Depende- sonrío -¿Tú sientes algo por mí?.
-También estoy enamorado de ti.

Esas palabras sorprendieron a Jos, ya que siempre creyó que su amor no sería correspondido.

-Llegaras... tarde a clases.- cambió el tema al sentir que le sudaban las manos después de escuchar la respuesta del más pequeño.
-Ti- tienes razón... te veo luego, supongo.

NARRADOR

Alonso caminó hasta salir del callejón en el que se habían metido y paró para voltear a ver a Jos una vez más. Este seguía de espaldas parado como estatua. Alonso sonrió y siguió su camino hasta la escuela.

-Me gustas mucho, Alonso.- Dijo Jos a la nada después de sentir que Alonso se había marchado.

Jos estaba decidido. Quería que Alonso fuera su novio. Se le ocurrió la manera perfecta y romántica para declarársele a Alonso ese mismo día.
_________

Después de unas horas, ya estaba por terminar de acomodar los últimos detalles.
Jos había ido a el lujoso restaurante en el que trabajaba y habló con el dueño, quien era muy amigo suyo. Le pidió ayuda para hacer su propuesta.
Los meseros sabían qué hacer, había cantantes entre los clientes quienes se pararían y le cantarían a Alonso mientras esté llegaba hacia Jos, quien estaría parado en el medio del elegante restaurante y le cantaría también.
Jos tenía todo el plan completo. Ya eran las 2:55, hora perfecta para que fueran a recoger a Alonso hasta su escuela y lo trajeran hasta la gran sorpresa preparada.

POV ALONSO

-Quítate del camino.- Alonso sintió un empujón en su espalda el cual hizo que este tirara si almuerzo.
-¿Qué te pasa idiota? ¿Quieres problemas?- Gritó Alonso tirando la bandeja de comida al piso, llamando la atención de todos los presentes en la cafetería de la escuela.
-¿A quién le dices idiota?- Habló el que hace unos segundos, había empujado a Alonso.
-Tranquilo, déjalo en paz... ese niño no merece tu tiempo.- Se escuchó la voz de la chica a la que más odio le tenía Alonso.
-Mira quién está aquí, la zorra, mi linda ex novia.- habló Alonso mientras se cruzaba de brazos y sonreía sarcásticamente.
-¿Vas a dejar que te hable así?- Le preguntó el otro chico a la "zorra" como le decía Alonso.
-Anda, golpéame de nuevo como la otra vez. No te tengo miedo.- Alonso abrió los brazos esperando el golpe.
-Vámonos, de verdad que no merece nuestro tiempo.- Habló la chica llevándose al chico ya enojado.
-Cuídate zorrita, ¡no te vaya a pasar una enfermedad de transmisión sexual con quien sea que te acuestes hoy!.- Gritó Alonso sonriendo y despidiéndose con la mano.

Alonso pasó todo el día sonriente porque seguía recordando su segundo beso con Jos el cual había dado ese día. Se sentía tan feliz cuando lo tenía a su lado...

POV JOS

-¿listos todos?
-Si, Jos.- Respondieron sonrientes los presentes.
-De acuerdo, me iré a cambiar en lo que usted recoge a Alonso ¿si?.- Le dió la dirección de la escuela de Alonso al chofer de aquella hermosa limosna negra que Jos había pagado. ¿Era mucho? el lo sabía pero realmente quería sorprender al pequeño de ojos azules.

El chofer de la limosina llegó a la escuela de Alonso y se estacionó enfrente de esta, captando la atención de todos los que iban saliendo con dirección a sus casas.
El chofer bajó de la limosina y se dirigió a la puerta de salida con un cartel el cual decía "Alonso Villalpando" ¿que cómo sabía Jos el apellido de Alonso? Bueno, Jos también había hablado con la mamá de Alonso acerca de sus sentimientos y esta, emocionada, le contó muchas cosas de su hijo.

POV ALONSO

Tomé mi mochila y me dirigí al casillero.

-¡Alonso! ¿Acaso eres rico?.- Una voz me interrumpió.
-¿Rico? ¿de qué hablas?.- Miré confundido a mi compañero de clase.
-Hay una limosina afuera y, según un cartel, es para que tú te subas a ella.
-¿Una limosina?.

Los dos corrimos hasta la entrada y si, había una limosina negra estacionada y un señor con un cartel que decía mi nombre.
Me acerqué hacia el señor.

-Disculpe, ¿qué es todo esto?.- Le pregunté amable.
-¿Usted es Alonso Villalpando?.- Preguntó el chofer.
-Así es...- Contestó inseguro.
-Venga conmigo, me mandaron por usted.- Le sonrió el chofer.

El de los audífonos | Jalonso VillalnelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora