«Fall» [Daniel Oviedo]

XXVII

Cuando me desperté todo estaba oscuro y había un olor horrible. Parecía un sótano ya que había unas escaleras que daban al piso de arriba.

Odio las escaleras en las pelis de miedo.

Intenté levantarme pero estaba atada de pies y manos.

Suspiré y me apoyé en la pared intentando descubrir de donde provenía aquel olor horrible.

Hasta que vi un cuerpo tirado en el suelo con moscas a su alrededor.

Del miedo intenté soltarme hasta que oí voces y alguien empezó a bajar las escaleras. A pasos lentos.

Hasta que le vi.

—Luke? —pregunté.

Parecía muy ido.

—Luke —repetí, me miró –Luke que ha pasado? Que me vais a hacer? Y Dani?

—Dani... Muerto, no te diste cuenta o que? Él lo mató. Él... —le dio una patada a la pared.

—Luke puedes soltarme?

Se empezó a reír.

—No puedo Mía, tienes que morir, aunque me duela mucho —dijo y rebuscó en su chaqueta. Sacó una pistola —Te quiero pero si no lo hago ahora será bastante tarde y te matarán mas cruelmente.

—Luke... Que haces? —me alejé de él con miedo.

—No hagas esto más difícil —se acercó más.

Me apuntó con la pistola —Luke! —oí y escuché un disparo.

Revise cada parte de mi cuerpo pero no tenía nada.

Entonces miré a Luke. Estaba sangrando.

—Lo siento —dijo antes de caer al suelo, muerto.

Solté un grito y miré al hombre que le había disparado.

Era él, otra vez.

—Le advertí que no te matase —dijo y rió —pobre chico, acabó muerto en éste sótano como su padre.

Las lágrimas ya recorrían mis mejillas.

Daniel muerto, Luke muerto, en que cojones me he metido? Solo por hacer un puto trabajo de Física.

Se acercó a mi y después de agacharse cogió mi rostro.

Me acarició la mejilla —Sabes? Me habría gustado hacer otra cosa contigo.

Me besó y yo hacía fuerza para soltarme.

—Disfruta de tus últimas horas, Mía —se fue.