Escena VI

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Celda de Fray Lorenzo (Fray Lorenzo y Romeo)

FRAY LORENZO.- ¡El cielo mire con buenos ojos la ceremonia que vamos a cumplir, y no nos castigue por ella en adelante!

ROMEO.- ¡Así sea, así sea! Pero por muchas penas que vengan no bastarán a destruir la impresión de este momento de ventura. Junta nuestras manos, y con tal que yo pueda llamarla mía, no temeré ni siquiera a la muerte, verdugo del amor.

FRAY LORENZO.- Nada violento es duradero: ni el placer ni la pena: ellos mismos se consumen como el fuego y la pólvora al usarse. La excesiva dulcedumbre de la miel empalaga al labio. Ama, pues, con templanza. (Sale Julieta.) Aquí está la dama; su pie es tan leve que no desgastará nunca la eterna roca; tan ligera que puede correr sobre las telas de araña sin romperlas.

JULIETA.- Buenas tardes, reverendo confesor.

FRAY LORENZO.- Romeo te dará las gracias en nombre de los dos.

JULIETA.- Por eso le he incluido en el saludo. Si no, pecaría él de exceso de cortesía.

ROMEO.- ¡Oh, Julieta! Si tu dicha es como la mía y puedes expresarla con más arte, alegra con tus palabras el aire de este aposento y deja que tu voz proclame la ventura que hoy agita el alma de los dos.

JULIETA.- El verdadero amor es más prodigo de obras que de palabras: más rico en la esencia que en la forma. Sólo el pobre cuenta su caudal. Mi tesoro es tan grande que yo no podría contar ni siquiera la mitad.

FRAY LORENZO.- Acabemos pronto. No os dejaré solos hasta que os ligue la bendición nupcial.

Romeo y Julieta - William ShakespeareWhere stories live. Discover now