8. Promesas

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16 de diciembre.

Amo la bañera del baño de mis padres, es la más espaciosa de toda la casa y sirve para relajarme perfectamente. Así que durante el almuerzo tomo un baño de burbujas muy largo y relajante mientras Iris juega con mis sobrinos. Desearía que ella estuviese aquí conmigo pero me conforma con pasarla bien por ahora.

Cuando salgo, me doy cuenta de que he olvidado la ropa en la habitación. Bueno, no es como que planeé este baño, mamá me envió a llevar sus cosas de tejer a su habitación y entré en su baño vi la bañera y no pude evitarlo. Hay un par de toallas en el colgadero así que las tomo y la enredo en mi cadera.

Le envío un mensaje a Iris, está en la planta baja pero así evito hacer escándalo.

«Iriiiissss, estaba tomando un baño de burbujas en el baño de mis padres, voy a vestirme en nuestra habitación, si estás ahí cuando vuelva lo tomaré como una invitación para tener sexo ¿De acuerdo?»

Se que ella no se va mover de donde está si está afuera o correrá lejos si está dentro pero no pierdo nada con intentar. Así que me muevo hacia mi habitación muy tranquilamente solo usando una toalla. Toda mi familia está en la planta baja así que puedo andar tranquilo. Sin embargo, casi se me cae la toalla cuando me encuentro a Kristen en el pasillo.

Ella no parece sorprendida de verme, yo sí parezco bastante sorprendido y hasta asqueado, verla en estos días me causa un efecto reflejo de arcadas.

—Hola —dice ella poniendo sus manos detrás de su espalda mientras se acerca.

—¿Qué haces en mi casa? —pregunto.

—Me disculpaba con tus padres por lo que ocurrió —ella se encoge de hombros.

Yo miro el pasillo, la habitación en donde se queda Robert está abierta. Yo niego con la cabeza.

—Bien —intento caminar lejos de ella pero ella tira de mi toalla juguetonamente, yo la sujeto a tiempo—. ¿Qué demonios te pasa? —interrogo frunciendo el ceño hacia ella.

—Hunter, pienso que deberías disculparte conmigo por haber arruinado mi boda —se cruza de brazos alza una ceja.

—¡Oh claro! —exclamo con sarcasmo—. Kristen, de verdad disculpa haber salvado a Jack de una vida horriblemente falsa contigo, que el señor me reprenda por mis pecados, te juro que iré a confesarme luego —le guiño un ojo y me doy la vuelta para dirigirme a mi habitación.

Kristen vuelve a tirar de mi toalla juguetonamente y se ríe. Yo intento que me deje en paz al parecer ella cree que esto es un maldito juego.

—¡Déjame en paz! —exclamo.

—Vamos, antes eras más divertido —me quita la toalla definitivamente y quedo desnudo y avergonzado en el pasillo—. Oh vaya... ¿Recuerdas cuando eras un chico tan flaco como un palillo? Pues ya no más.

Quiero vomitar.

La puerta de mi habitación se abre.

Me quiero morir.

—¿Quieres por favor dejar de tocar a mi novio? —una Iris genuinamente furiosa sale de la habitación y se coloca frente a mí, le arranca la toalla de las manos a Kristen y me la entrega—. Tapate, Hunter.

Yo hago lo que me pide.

—Entra en la habitación —me dice, yo me dirijo adentro y ella me acompaña pero antes de cerrar le dice a Kristen—: por favor, ten un poco de respeto por las relaciones de los demás, puede que a ti no te importen las tuyas pero no por eso debes venir a tratar de sabotear la nuestra —luego ella cierra, se gira y me mira.

23 días contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora