Capítulo 10

114 19 0
                                    

Todo ha ocurrido muy rápido. Demasiado rápido para mi gusto. Yo, que siempre tengo todo bajo control, ahora estoy corriendo como una loca a dios sabe dónde. Mis pulmones van a estallar en cualquier momento, me falta oxigeno y ya no puedo más. Intento frenar con los pies pero Alex tira de mí y no me deja parar.

- Para –consigo articular.- ¡Alex, para!

Paramos y yo me apoyo en mis rodillas para coger aliento. Hacía años que no corría tanto, ni siquiera en clase de educación física se corría a estas velocidades. Me tiemblan las piernas pero Alex no muestra ningún signo de cansancio y me siento avergonzada.

- ¿Has descansado ya?- dice con aires de superioridad.- A este paso cuando lleguemos se habrá acabado la fiesta.

- ¿Por qué lo has hecho?- digo ignorando su pregunta.

- ¿Hacer el qué?

¿Se está quedando conmigo o qué? Cada vez me da más rabia, no lo aguanto y, sinceramente, tampoco lo entiendo. A veces parece amable, otras un idiota...no se qué pensar. Me tiene totalmente confundida.

- ¡¿Cómo que el qué?! Estaba con Ethan y así, sin más, me coges de la mano y me arrastras hasta aquí sin preguntarme si quería venir.- digo enfadada.

- Perdona si te ha molestado que te agarrara de la mano.- dice en todo burlón. En serio, me hierve la sangre. ¿Cómo puede ser tan tonto?

Me ajusto el bolso al hombro y me giro, me largo de aquí pero no doy más de dos pasos cuando su mano envuelve mi muñeca suavemente.

- Oye, no te enfades. Lo decía de broma... lo de agarrarte la mano... ya sabes.

Me giro y le miro a los ojos pero ha sido una mala idea. Sus ojos azules hacen que me olvide porque estaba enfadada y creo que lo ha notado porque su boca se ha curvado en una leve sonrisa. Hago unan nota mental recordándome no mirarle nunca a los ojos en situaciones como esta. No sé a dónde le voy a mirar pero tendré que idear un plan o una estrategia para parecer que lo miro sin mirarle o tal vez tendré que hallar un método que inhiba el poder de sus ojos. ¡Oh dios mío! Creo que paso demasiado tiempo con Dylan.

- Eres idiota ¿sabías?- que ganas tenía de decírselo a la cara. Él levanta las cejas y me mira sorprendido.

- Si, lo soy.- afirma.- pero siempre consigo lo que quiero.

- ¿A sí?

- Si

- Ya veo. ¿Siempre arrastras a la gente y la obligas a hacer lo que tú quieres?

- Bueno... en realidad no, lo hacen voluntariamente pero es que tu eres un caso especial.- dice rascándose la cabeza.

- ¿Un caso especial? ¿Por qué?

- ¿Por qué preguntas tanto? Solo déjate llevar y ya está.

¿Qué me deje llevar? No sé lo que es eso. Cada día desde que tengo uso de razón hago todo lo que llevo anotado en mi agenda. Me gusta tenerlo todo bajo control para saber que todo va a ir bien. No me gusta ser una cabra loca que hace las cosas cuando quiere, esa no es la educación que me han dado. Cuando era pequeña, envidiaba a las otras chicas que podían ir a jugar después del colegio, salían con sus amigas y aprobaban con la puntuación justa pero se lo pasaban bien. Yo, sin embargo, cuando salía de clase iba directa a casa a estudiar y a hacer los deberes. Si los terminaba, me ponía a estudiar para el examen aunque no hubiera pero así, ya me lo sabría. Tenía que sacar sobresalientes para tener contentos a mama y a papa y luego... solo a mama.

I wishWhere stories live. Discover now