7

487 45 6
                                    

Ciel despertó amordazado en una especie de oscuro almacén, cuerdas que atravesaban todo su cuerpo uniéndose en sus muñecas de las cuales salía la cuerda que lo amarraba al techo, dejándolo suspendido en una postura en la que respirar le era dificultoso. Una figura claramente oculta por toda la oscuridad del lugar caminaba infalible asta Ciel reposando una fría garra en la espalda del menor.
- Por fin despiertas, pensaba comenzar la tortura contigo inconsciente - Una voz femenina que se le hacía extrañamente familiar - Realmente solo eres un gran estorbo para Lord Lucifer, tu y tus sentimientos - la garra de clavó en su espalda arrastrando las uñas para abrir la herida- Los demonios deben emparejarse con demonios - volvió a hundir sus garras en el trasero de Ciel, conforme pasaba la conversación parecía más dolida e iracunda - Me pase siglos, siglos haciendo todo por recibir la aprobación de Lucifer. Quería ser su puta, otorgarle mi pecaminoso y experto cuerpo - arrastro asta medio muslo del menor - Pero un etéreo de alma pura, una buena "cena", entro en su vida robando su corazón. El que se suponía no tenia - hizo una pausa lamiendo su garra, sus ojos relucían en dorado - Pero si elimino el capricho y estoy ahí para consolarlo yo sere su nueva favorita, vovere a tener sus ojos sobre mi - paso su mano por el rostro del menor dejando que sus uñas rasgarán el rostro cruzando el ojo del contrato. Ciel estaba colorado, sudando y tratando desesperadamente de gritar, pero la postura le dificultaba respirar y la mordaza le impedia gritar, se asfixiaba lentamente sin poder hacer nada por evitarlo - ¿Quieres que tu amado Sebastián te auxilie? Mala suerte - clavó su mano en el costado del menor, este comenzó a hiperventilar finalmente perdió el conocimiento y relajandolo la postura ya inconsciente no le permitía respirar.Se asfixiaba.

Sebastián había adoptado su forma demoniaca, unos cuernos enroscados con gracia a los laterales de la cabeza, unas enormes alas de plumas negras se batían con fuerza, una fina cola que acababa en unos mechones rizados se batía colérica, orejas puntiagudas, colmillos afilados, garras afiladas, ojos felinos rojos brillantes y un ajustado traje negro junto a una larga cabellera hacían lucir temible envuelto en una oscuridad que absorbía la luz de alrededor. Se deslizaba por el aire a toda velocidad notando como la señal del contrato, lo único que aseguraba que Ciel continuaba vivo se extinguía, primero poco a poco luego rápidamente.
Mefisto volaba a su lado intentando seguirle el ritmo.
- Relájate no puedo seguirte - Mefisto casi choca con Sebastián cuando este paro en seco y comenzó a descender en picado dirección a una vieja edificación similar a una iglesia semiderruida
- ¡Se muere! - con un nudo en la garganta gritaba al otro cerrando sus alas se dejaba caer en picado atravesando el tejado entro buscando al menor - ¡TIENE QUE ESTAR AQUÍ! ¿PORQUE NO ESTA AQUÍ?
- Relájate piensa en frío, ¿sótano, catacumbas? - Casi al tiempo Sebastián arrancó una oxidada y vieja puerta corriendo al ínterior y Mefisto lo siguió. Hacia siglos que mefisto no habia visto al otro tan descontrolado y realmente le asustaba pensar que pasaria si Ciel muriese. En medio de la catacumba en la total oscuridad colgaba inerte el cuerpo del menor entre olor a putrefacción, polvo y sangre se balanceaba suavemente. - Lucifer, es una trampa - Antes de que terminara de hablar Sebastián había corrido asta el, bajándole y comenzando a reanimarlo angustiado - ¿esta... ?
- ¡CALLATE! -Su voz sonaba colérica y tan asustado que no noto el ser que se movía tras ellos satisfecho porvla reacción.
- Lucifer, no respira... - poso una mano en el hombro del otro intentando persuadirlo - no sabemos cuanto tiempo ha estado así...
- ¡QUE TE CALLES! - grito amenazante, parecía comenzar a llorar mientras trataba de reanimarlo cuando el menor tomo aire de nuevo bruscamente, Sebastián termino de cortar las cuerdas y se abrazó a el. - Si respira... - finalmente sus lágrimas escapaban por mucho que las retuviera, no podía volver a perderlo
- Tenemos que darnos prisa esta muy herido - Mefisto agarro en brazos al menor notando lo alterado que estaba Sebastián que casi saltó por ese gesto y se dispuso a salir seguido por el otro. Una esbelta y voluptuosa figura se interpuso impidiendo su salida, una figura que bien conocía Sebastián. Alta, morena de cabello largo, ojos dorados, serenidad absoluta y una cornamenta similar a la vacuna y una cola corta parecía haber sido cortada por la mitad. Al divisar tan familiar silueta la niebla que acompañaba a Sebastián se densifico permitiendo a Mefisto y el menor huir sin ser vistos.
- Os está haciendo mal lord ¿es que no lo ve? Usted jamás habría derramado una lagrima por un patético ser etéreo como ese... Ni por un demonio... - su voz sonaba muy dolida - Usted era toda una magnificencia, no necesita debilidades humanas
- Yo era terriblemente infeliz y no lo sabia - Un solo golpe al que la otra no opuso resistencia atravesó el corazón de esta - has estado apunto de matar mi motivo de vida
- Que irónico, pensaba que me había roto el corazón... Pero ahora es literal - una triste sonrisa se dibujaba en su rostro que poco a poco se relajaba - quisiera ser su concubina, soy mucho más eficaz que cualquier etéreo... y mucho mas longeva - unos minutos quedo ahí desmembrado el cuerpo con saña asegurándose que no pudiese volver a la vida de ninguna manera..
- ¡Mefisto! - Mefisto y el niño ya no estaban ayi, el contrato seguía desgrabandose poco a poco por lo que Sebastián voló lo más rápido posible al castillo de nuevo encontrándose con una aterradora escena conocida dentro de su cuarto.
El menor tirado en el suelo aparentemente inerte en medio de un símbolo, escrituras en las paredes y Mefisto recitando unas palabras en latín.- ¡NO! - Mefisto movía un brazo avisando al otro que no entrara.
Unos angustiosos y aterradores minutos pasaron en los que Ciel parecía muerto, Sebastián pensó que su corazón pararía también en cualquier momento. Un débil movimiento de las manos al mismo terminar el ritual hacían que Sebastián volviese a respirar, corrió asta el menor.
- Lo siento Lucifer, imagino que querías hacerlo tu pero no podía esperar a que llagases
- Gracias Mefisto - Se colgó del otro en un abrazo fugaz y después bajo a por Ciel
- ¿eh? Lord Lucifer me esta dando las gracias ¿a mi? ¿Un subordinado? - burlón se reía mientras Sebastián comprobaba que no quedaba una sola herida ni cicatriz reciente en su amado
- Te lo debo todo - Se abrazaba al menor que comenzaba a reaccionar.
Ciel se agarró a los apretados ropajes del mayor débilmente.
- Te has tardado estúpido - se incorporó situándose un poco, Sebastián lo subió a la cama
- Perdón - Sebastián parecía aliviado de escuchar al otro - Me vas a causar una úlcera por estrés - Se acostó boca abajo en la cama sin percatarse de que su forma demoniaca era visible al menor, balanceando su cola suavemente como movida por el aire y sus alas relajadas en su espalda
- Me siento extraño Sebastián - Ciel se recostó del revés, quedando enfrente de la cola, sintiendo ganas de atraparla
- Eso...¡ahh! Tengo muchas cosas que explicarte - un suspiro escapaba de sus labios mientras Mefisto miraba divertido la escena
- Yo me voy ya, volveré mañana - burlón Mefisto hizo un movimiento indicándole al menor que atrapará la cola del otro mientras salía entre risas
- Que sepas... Que me parece muy...- el vaivén de la cola termino pues el menor la atrapó con una mano jugando con los mechones de la punta - Adorable tu parte demonioca - Sebastián dio un respingo arqueando su espalda hacia atrás y quedo mirando al otro con sorpresa y urgencia
- ¡Ten cuidado! Es muy sensible - girò lentamente quedando boca arriba sin que Ciel soltarse la cola - ¡Muy muy sensible! - inmediatamente Ciel lo solo un poco azorado.
- Perdón, no lo sabia
- Puedes jugar con ella después, antes quiero enseñarte algo - alzó al menor en brazos - quisiera pedirte perdón porque no te consulte, pero fue necesario para salvarte - Ciel escuchaba intrigado y Sebastián paro - ahora eres medio demonio - el espejo reflejaba un Ciel con oscuras orejas y cola felina, sus azules ojos poseían también pupilas rasgadas y su boca mostraba afilados dientes, por no mencionar sus garras todavía color carne .
- S-Soy un gato - Ciel parecía sorprendido - Oficialmente tu mascota - reía un poco por esquivar el tema - No pienso volver a salir de aquí por si me vuelvo gato completo
- Eso no puede suceder - Sebastián reía también al ver sus imágenes en el cristal. Un cuervo y un gato, una combinación extraña - A mi me resulta adorable Ciel
- Me gusta tu apariencia Ciel subió una mano guiándose por espejo acarició el rostro del mayor asta el cuerno, pasando los dedos con curiosidad
- ¿Te esfuerzas por tentarme? - los ojos de Sebastián relucían con lujuria - Pero no es el momento, tu cuerpo está resentido. Acabas de hacer un cambio importante en tu cuerpo, se va a preparar para... Otros alimentos... Ahora te encuentras bien pero dentro de poco sentirás debilidad - Ciel no prestaba atención porque había vuelto a mirar fijamente la cola balanceante del mayor - Después de todo eres un gato. - reía un dejando al menor en la cama - Te repetiré una vez más, mi cola es muy sensible, mucho, no quiero que te acerques asta que controles tus instintos - Sebastián adoptó la forma humana justo cuando Ciel se abalanzó sobre el y dejo escapar un ligero suspiro - Estaras unos días con los sentimientos y sensaciones amplificados
- Déjate de tonterías Sebastián, quiero que me folles - Estaba claro que el menor estaba fuera de sí, antes de darse cuenta se había desnudado devesos ropajes rasgados - Quiero que lo hagas muy fuerte - Ciel sin controlar demasiado su fuerza arranco el pantalón del mayor comenzando a lamer con su rasposa lengua felina el lateral del mayor
- No voy a ceder - Sebastián se estremeció notando como las lamidas iban poco a poco a zona sensible - No conseguirás lo que buscas
- Pues yo creo que si lo conseguiré - Ciel arrastro a Sebastián asta la cama y lo tiro encima
- Ciel te digo que después te arrepentirás
- Voy a pasar al plan b - Con sonrisa socarrona y mirada lujuriosa se sentó sobre el pecho, mostrando toda su erección en primer plano al mayor comenzó a masturbarse rápidamente. Sebastián trataba de no mirar pero incluso notar aquel vaivén y la cola del menor moviéndose por el torso del mayor hacían que inevitablemente se excitara demasiado. - ¿Funciona? - con tono seductor colocó su mano llena de semen sobre la boca del mayor que comenzó a lamer
- Nnn... Me encanta ser sometido por mi lindo gatito, pero no deb- Ciel arranco la ropa interior del mayor y comenzó a lamer toda extensión del falo haciendo que este se encojiese apretando los dedos - ¡Nhg!
- Estas muy sensible ¿es porque te he tenido sin sexo?- Comenzó a lamer el glande con la rasposa lengua - Te estremeces mucho para ser solo lametones - repentinamente Ciel de quedo relajado sobre el mayor
- Por fin te llego el bajón - Sebastián se movió algo incómodo - aunque quizás es un poco tarde para mi
- ¿Porque estoy tan cansado?
- Porque tienes hambre - con un suspiro Sebastián se incorporó, se autosatifacio y seguido salió del cuarto - Ahora vuelvo pequeño - Sebastián no pudo evitar pensar que por fin estaba viviendo lo que hace 125 años se le había negado. Sonrió complacido, ahora nada podría separarlos, eternamente juntos .

Kuroshitsuji : Etéreo IIWhere stories live. Discover now