Narnia: Volviendo a recordar. Peter Pevensie (2)

p a r t e t r e c e {maraton 2/3}

— Caspian... —mencioné mirándole.

—¿Qué pasa? —me miró confuso.

—Caspian —mencioné de nuevo sin creer que le recordaba.

—Me estás empezando a asustar —dijo él con miedo.

—¡Caspian! ¡Eres tú! —grité y le abracé.

—Sí, soy yo. ¿Te pasa algo? —preguntó apartándome de él para mirarme a la cara.

—Caspian, te recuerdo —le dije con lágrimas en los ojos.

—Me recuerdas —dijo en un susurro. Yo asentí—. Me recuerdas —dijo en su tono de voz normal.

—Sí, Caspian, te recuerdo —le dije sonriendo.

—¡Me recuerdas! —gritó dandome un abrazo muy fuerte—, me has recordado, _____, estas recordando muchas cosas.

—Eso es bueno, ¿verdad?

—¿Bueno? Es genial —dijo volviéndome a abrazar.

Fuimos a contárselo al resto, y todos se alegraron muchísimo.

He recordado dos cosas ya, es un gran paso.

Y así pasé el día, hablando con todos a ver si recordaba algo más. Pero no pasó nada, creo que sólo pasa en momentos especiales. No los puedo elegir, ni prevenir. Simplemente vienen.

Aún pasando esto Peter seguía distante. Y lo peor era que aún no le recordaba y eso le ponía más triste aún. Yo le quería y mucho, aunque no le recordase.

Y si la cosa no podía ir a peor, Less estaba detrás de él. Y lo que más me enfadaba era que él la hacía caso.

¿Es que acaso no ve que sólo va detrás de él por ser el rey? Ag, no lo podía soportar.

La relación con Less iba de mal en peor, ella intentaba superarme en todo. Si yo estaba riéndome con Susan ella tenía que venir a fastidiarme, si estaba entrenando con Jason ella venía y se ponía a luchar contra él, si estaba hablando con Caspian sobre el pasado ella venía y volvía a fastidiarme.

En fin, que no nos llevábamos bien. Esa chica era peor que un minotauro enfurecido.

Pero con Ruth era diferente, con ella me llevaba muy bien. Éramos muy parecidas y ella era muy simpática, más que su hermana.

Ruth me cogió confianza y me contó que le gustaba Edmund. Se notaba. Mucho. Y también viceversa.

Le dije que a él también le gustaba, pero ella era muy insegura y no me creía. Pero yo la intentaba convencer. Siempre que hablaban Edmund la miraba con cara de enamorado, cuando se saludaban él tenía una sonrisa de oreja a oreja de lo feliz que estaba de verla sonreír.

Al fin la convencí de que los dos estaban enamorados y la también de que fuese a decirselo.

—¿Estás segura, _____? —me preguntó insegura.

—Pues claro, tienes que declararte —le dije animándola.

—Pero y si me dice que no le gusto. Quedaría como una idiota —me dijo nerviosa. Yo rodé los ojos y suspiré cansada.

—Venga ya, Ruth. Está enamorado de ti, no seas tonta y ve —la dije empujándola a donde Ed se encontraba.

Con Edmund y Ruth.

Ruth se acercó a Edmund y le saludó nerviosa.

—Ho.hola —dijo Ruth agarrándose el borde de la manga nerviosa.

—Hola, Ruth —sonrió Edmund, se le notaba alegre de estar hablando con ella.

—Quería, quería decirte una cosa —tartamudo Ruth.

—Claro, dime —dijo él poniendo toda su atención en ella.

—Pues, verás. Es algo que quería decirte desde que te vi —dijo ella. Edmund asintió con la cabeza para que prosiguiera—, y bueno, yo, tu... esto...

—¿Pasa algo entre nosotros? ¿Ya no te caigo bien? —preguntó Edmund preocupado.

—¿Qué? No, no es eso. Es otra cosa. Es...

Tenía que decírselo ya, era ahora o nunca. Ruth se armó de valor, expiró y le miró a los ojos.

—Edmund, tú me gustas —le soltó al final.

Edmund iba a decir algo, pero Ruth le calló.

—Antes de que digas nada, quería decirte que me gustaste desde el primer momento en que te vi. Te quiero, eres el chico más simpático que he conocido en mi vida. Lo tienes todo, eres tierno y travieso a la vez, adoro tus ojos, tu pelo, tu sonrisa... todo. Te adoro a ti, Edmund. Te quiero.

Iba a decir algo más pero...