Diecinueve

3.7K 256 116
                                    

Stiles POV

—Está bien. —Respondió ella. Yo me mantuve en la misma posición, sin moverme ni un poco. Ella parecía nerviosa, se podía ver porque le temblaba la mano. Después de inspirar y expirar varias veces, habló. —Me imagino que recuerdas nuestra relación hace algunos meses, cuando nos odiábamos. —Yo asentí.

—Yo no te odiaba, de todas formas.

— ¿No? —Yo negué, no quería decirle que en realidad me gustaba. —Bueno, pues eso, yo te odiaba por una tontería. Después, por Allison y Scott nos vimos obligados a quedar y llevarnos bien, y nos hicimos amigos. Yo la verdad tenía muchos líos en la cabeza y me preocupaba demasiado. —Esto me sorprendió. ¿Por qué la preocupación?

— ¿Por nuestra amistad?

—Algo así. —Dijo acercándose a mí. Al hacerlo, yo instintivamente me acerqué un poco, tragando saliva. Tranquilo Stiles, no va a pasar nada. —Y la verdad es que en estos últimos días lo he pasado muy mal hasta que me he dado cuenta de lo que me pasaba. Stiles, yo... —De repente, el sonido de la puerta hizo que callara, con mirada triste.

Yo me giré para ver quién era, era Malia. Ella se acercó a mí.

—Stiles, te estaba buscando. Hola, Lydia —dijo saludándola, a lo que ella respondió con la mano. — ¿Qué hacéis aquí tan cerrados?

—Lydia estaba a punto de decirme algo importante. —Ella asintió y dirigió su mirada a Lydia, expectante. — ¿No te vas?

—No, quiero escucharlo.

—En realidad es privado. —Contestó Lydia. Pude ver a Malia fruncir el ceño y dirigir su mirada de Lydia a mí y viceversa.

— ¿Qué le tienes que decir a mi novio que yo no pueda saber? —Preguntó enarcando una ceja.

—Bueno, pues...

—Malia, basta. —Protesté yo. —Lydia es mi amiga y si dice que es privado lo es.

—Está bien, me voy. —Dijo mirándonos por última vez a ambos. — ¿Qué tenías que decirme? —Pregunté a Lydia.

— ¿Sabes qué? Olvídalo, no merece la pena. —Dijo dispuesta a marcharse, pero yo no iba a dejarla ir así como así. La agarré del brazo levemente, pero lo suficiente como para detenerla. —Déjame ir.

—No Lydia, quiero que me cuentes que te pasa.

—No te importa. —Contestó secamente.

— ¡Sí si me incumbe! ¿Cuál es el problema? —Pregunté, aunque casi más bien grité.

— ¡Tú! ¡Tú eres el problema! ¡Te metes en la vida de los demás para luego dejarlos tirados! —Ella se soltó de mi agarre — Creí que eras diferente, por lo visto me equivoqué. —Ella se dispuso a salir por la puerta, pero antes de hacerlo me dirigió una mirada de desprecio. Esa mirada llegó a mi corazón, estaba dolido. No sabía que había hecho mal, pero desde luego Lydia no quería saber nada más de mí. Yo empecé a golpear un pupitre de la rabia, incapaz de controlarme, hasta que alguien me paró.

— ¡Stilinski! ¿Se puede saber qué hace? Vaya al despacho del director, está castigado. —Genial, el coach me había pillado, todo fantástico.

...

Cuando salí del castigo, me fui en mi jeep camino a casa, pero decidí parar a comprar algo de comida antes. Al entrar y hacer el pedido y pedirme que esperase no pude creer lo que vi. Scott, Lydia, Allison y Isaac estaban allí juntos. ¡Hasta Kira estaba! ¿Por qué habían quedado sin mí? Yo no sabía si debía acercarme, Lydia me había dejado claro todo, por lo que les observé. Parecían divertirse y pasárselo bien, mientras yo estaba solo. Scott me vio y se levantó de la mesa enseguida, dirigiéndose hacia mí.

—Stiles, ¿qué haces aquí? ¿Nos has seguido? —Yo le miré incrédulo, ¿de verdad creía eso?

—No Scott, no eres tan importante. Salía de un castigo y he parado a por algo de comer. Veo que estáis todos aquí. —Dije mirando de nuevo hacia la mesa. Todos nos estaban mirando, pero al mirarles yo, empezaron a hablar entre ellos, a excepción de Lydia. —Puedo... ¿quedarme? —Scott puso mala cara, no tenía que responder para saber la respuesta, aunque lo hizo.

—Preferiríamos que no...

—Ya veo. Ni siquiera mi mejor amigo quiere verme. ¿O vas a empezar a huir de mí también? ¿Vas a pedirme que no me meta en tu vida tampoco?

—Stiles, Lydia no quería decirte eso.

—Pues lo hizo.

—Mira te seré sincero. Eres mi mejor amigo y nada podría hacer que dejaras de serlo. Pero los amigos se enfadan cuando no están de acuerdo y yo no estoy de acuerdo con lo que estás haciendo. Cuando recapacites, todo cambiará. Adiós, Stiles.

Cogí mi comida y me fui, no aguantando ni un minuto más allí. ¿Todos se habían puesto en mi contra? ¿Qué había hecho yo? Decidí llamar a mi padre para hablar, pero estaba trabajando. Llamé a Malia, la única persona a la que parecía importarle actualmente. Ella me dijo que vendría a mi casa enseguida.

...

—Hola Malia, pasa. —Dije abriéndole la puerta.

— ¿Por qué querías verme?

—Bueno, eres mi novia... —Ella no parecía creerme, así que le conté la verdad —Necesitaba verte, ver a alguien que no me haya dado de lado.

— ¿Tus amigos lo han hecho? —Preguntó sorprendida. — ¿Sabes el por qué?

—No, por lo visto hay un problema del que yo no sé nada. —Malia fue a sentarse a mi cama.

—Yo —contestó, aunque fue más bien un susurro. —Yo soy el problema, Stiles. —Yo fui a sentarme con ella.

— ¿Cómo vas a serlo tú?

—Sé lo que digo.

—Pues no pienso romper mi relación contigo por ellos. Son mis amigos, tendrían que aceptarlo.

—Sí, quizá... —Malia contestó, bastante distraída. —Creo que podría saber lo que pasa realmente, pero necesito tiempo para averiguarlo. En cuanto lo haga te lo diré, no te preocupes. —Dijo sonriéndome, para después darme un beso. —He de irme.

— ¿Tan pronto? Si acabas de llegar.

—Lo sé, pero he venido para verte y me voy ya.

—Está bien, mañana nos vemos, ¿vale? —Ella asintió y sonrió, para después marcharse. ¿Conseguiría descubrir el problema?



More than one step || Stydia Kde žijí příběhy. Začni objevovat