Capítulo 8: Cambios

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Ver a Harry de buen humor animaba y preocupaba a Niall a partes iguales. Porque no sabía si él formaba parte de esa alegría.

Esa tarde Harry envió un whatsapp a Lilo anunciando que ellos dos y Eileen viajaban a Londres al día siguiente. Luego mandó reparar el avión y revisó que ropa quería para Eileen.

-Creo que es todo muy de princesa –dijo Niall.

-Pues me he cortado porque es muy pequeña. Pienso llenarla de lazos y volantes en un par de meses.

-Podríamos aprovechar el viaje a Londres para comprar el traje bautismal.

-Buena idea –Harry le quitó a la niña de los brazos- Eileen, te encantará Londres. Niall, quédate un rato con Eileen.

-Claro...

-Volveré en una media hora. Necesito comprar unas cosas, no iré lejos.

-¿Yo sólo? –Niall sintió un sudor frío-No está mi madre ni Kyle.

-Ha comido hace media hora y está tranquila. No te preocupes, lo harás bien. Y yo necesito salir.

-Eileen y yo podemos ir contigo.

-No, Eileen ya ha salido hoy y empieza a hacer frío.

-¿Y si pasa algo?

-Si te dice que quiere salir con sus amigas a fumar maría y beber le dices no.

-No tiene gracia.

-Es un bebé, Niall. Sólo procura que no se te caiga. Vuelvo pronto.

Harry salió a la calle y respiró hondo. Contando el embarazo, hacía casi un año que no salía a la calle o enfermo, o gordo o con Eileen.

Se dirigió a la farmacia. Tenía grandes planes para ese fin de semana pero recordó las advertencias del doctor.  Compró un inhalador para el asma por si Niall preguntaba y luego un paquete de preservativos y lubricante sabor menta.

Aún estaba muy enfadado con Niall, pero le amaba y era su marido y la calentura era mucha.

Desde esa mañana en la ducha no se quitaba de la cabeza la idea de tener sexo lo antes posible.

Niall apenas se movió. Estaba sobre la cama con la tele puesta y la bebita en brazos. Hasta que la niña empezó a sollozar.

El pánico le recorrió. Nunca había estado sólo, siempre había alguien más...

-Eileen, no... No llores.  –Niall arrugó la nariz – Oh... Eileen...

El pañal empezaba a oler. Y estaba claro que aquello no podía esperar. Mierda. Se acercó al cambiador. No podía ser tan complicado...

-Muy bien, señorita...  Eh...  Le abrió el pijamita y el bodie interior y debajo estaba el pañal. Y parecía que se hubiera cebado, porque rebosaba. – Ay, Eileen... Tu padre no vale para ésto. Papá Harry debería meter otra niñera pero ya sabes como es él y "la intimidad". – sacó los útiles de cambiar a la niña –vale, de acuerdo... –retiró el pañal. Oh por Dios. Era imposible que una cosa tan pequeña que sólo comía biberones hiciese eso.  Lo sujetó con la punta de los dedos y lo arrojó a la papelera. Ahora tenía que limpiarla. A ver cómo. Sacó muchas toallitas para intentar evitar tocar eso. La limpió lo más rápido que pudo, aunque se movía. Al fin parecía que no tenía ningún resto de caca. Le aplicó la crema y le ajustó el pañal limpio.

-Ya estoy en casa. ¿Todo bien?

Harry entró en el cuarto y se encontró con el panorama de su marido despeinado y con cara de haber corrido un maratón y la niña medio desnuda gorjeando feliz.

Padres Primerizos ||Narry|| Mpreg||Lilo||Where stories live. Discover now