Abrir las alas

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Últimamente he estado pensando, pensando en lo que teníamos
Sé que fue duro, era todo lo que sabíamos, sí.
¿Haz estado bebiendo, para tomar todo el dolor lejos?
Ojalá yo pudiera darte lo que mereces.


Porque nada podría nunca, nunca sustituirte
Nada puede hacerme sentir como tú.
Ya sabes que no hay nadie, con quién pueda relacionarme
Y sabemos que no encontraremos un amor que es tan cierto  

(Justin Bieber - Nothing Like Us) 

Briana se levantó muy temprano para ir al palacio real nuevamente, al igual que Jungkook para acompañarla. Anoche no se besaron ni nada, simplemente se tomaron de las manos y en casa actuaron normal, sólo que las miradas entre ellos eran continuas.

—Espero me quede bien el retrato del Príncipe — dijo ella mientras caminaba tomada de la mano del chico rata.

—Te quedará bien — le animó sonriendo de lado.

Ella sonrió al verlo tan feliz, cuando la miraba hacer eso, Jungkook quería lanzarse a darle un beso en la boca, pero se contenía, pensaba que tenía mucho tiempo para eso. Al llegar al castillo, Jimin les recibió y los llevó a un cuarto para que ella pudiera pintar.

Tardó bastante dibujando a Jimin, en hacer cada detalle preciso, que se viera realista y que le gustara. Cuando acabó, miró fijamente su trabajo y por primera vez se sintió completamente orgullosa de algo que había hecho ella.

—Me ha gustado — sentenció el Príncipe — es hermoso, oficialmente estás contratada, te recomendaré con otros Príncipes y artistas

Briana sonrió enormemente, miró a Jungkook quien también estaba orgullosa de ella, era lo que tanto quería.

—Gracias, Jungkook, sin ti no lo hubiera hecho — le empezó a decir antes de salir del palacio.

—No, es por ti, tú eres la que tiene el talento, yo sólo te di un empujón. Pienso que siempre ha estado ahí, algo oculto — le dio un golpecito en la frente. Ella se sobó esa parte y lo miró fijamente.

—Tienes razón, de ahora en adelante creeré en mí y con el dinero que gane ayudaré en casa y seré independiente — Jungkook asintió complacido de escuchar eso.

Sin embargo, un extraño sentimiento comenzó a rodearle el cuerpo, sentía un mareo y su vista daba vueltas, algo andaba mal.

—¿Jungkook? ¿Estás bien? — la voz de Briana se hacía más lejana, iba desapareciendo hasta que cayó desmayado.

***

Cuando despertó se fijó en que estaba en la cama de Briana, se preguntó cómo le había hecho la chica para llevarlo hasta ahí. La puerta se abrió, ella entró y cuando la vio más grande lo normal, se dio cuenta de lo que pasó.

—Ya despertaste — le dijo acercándose a él lo más que podía.

Y Jungkook comenzó a llorar, porque cuando intentó decir su nombre, no pudo. Había regresado a ser una rata.

—No llores, Jungkook — Briana lo tomó entre sus manos delicadamente, lo estrechó entre sus brazos sin asfixiarle, lo puso en su cuello y rozó su mejilla contra él — Está bien, no te preocupes, seguiremos juntos — le prometió.

Pero él sabía que eso no podía ser, porque era una rata, no un humano. Lo suyo era imposible.

Así pasaron los días, acompañaba a la chica ir a dibujar al Príncipe, pronto se volvió famosa por sus retratos y aunque cada día se volvía más independiente, brillando por ella misa, Jungkook sabía que ella estaba triste.

—Hoy veré a una persona que quiere hacer una galería de arte, es genial, ¿no? — Ella seguía hablando con él a pesar de todo.

Lo es — le dijo él, aunque no le pudo entender.

La chica siguió hablando y hablando.

No sigas haciendo esto, Briana, no podemos comunicarnos realmente — habló en ratonil él, mirando como ella daba lo mejor de sí para seguir adelante — Lo siento, hice todo esto por ti, pero te dejé sola...

—No me siento sola, Jungkook, en absoluto — él alzó la vista para verla, creyó que le había escuchado — Sé que piensas eso, ya no eres la misma rata de antes que chillaba y me mordía todo el tiempo. No te sientas mal por mí, gracias a ti me volví más fuerte, te extraño, cada día lo hago, pero cuando recuerdo como querías que hiciera mi camino, siento ánimos y no quiero defraudarte tirándome al piso y llorar, no lo haré, por ti seguiré adelante — le sonrió, acarició su pelaje.

Maldita niña tonta, de verdad has crecido — dijo dejándose acariciar por la chica y le mordió.

—¡Auch! — se quejó, miró a Jungkook y sonrió — Me hubiera gustado escuchar más de tu hermosa voz, aprenderé inglés, también quiero aprender otros idiomas y quizá bailar, ¿qué te parece?

Y así una gran plática entre ellos se formó, Jungkook era feliz escuchando sus planes para el futuro, viendo como crecía cada día.

Complejo de Cenicienta ➵ JungkookWhere stories live. Discover now