Are You Gonna Be My Girl?

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A Santana le causa muchísima gracia toda esta historia de unirse al Glee Club. Ha estado risueña toda la semana. Cada vez que algo puede llegar a amargarla, busca en su cabeza alguna de las razones por las que llegó a esta situación tan... bizarra, y casi que ríe en voz alta. No puede evitar compararse con el capítulo de "Los Simpsons" en el que Bart se une a los niños exploradores.

Desde el principio:

Por un lado, la decisión de unirse al coro no había pasado por ella. A decir verdad, era un favor que le pidió la entrenadora Sylvester. Mencionó algo sobre una disputa por el control del esparcimiento en el interior de la escuela y algo de un tal Will Schuester como su némesis. Luego intentó una extraña comparación con la guerra de Vietnam, y murmuró algo sobre derrotar al enemigo desde adentro. Por suerte para la morocha, no era necesario un posgrado en historia estadounidense para darse cuenta de que lo que la entrenadora quería era que ella se infiltrara en el club y lo destruyera por completo.

Al principio, se negó de manera rotunda. Obviamente, eso le abrió la puerta a todo tipo de negociaciones. La entrenadora estaba dispuesta a ceder, pero en cuanto a cuestiones secundarias que para ella no tenían ningún tipo de relevancia. Cosas de ligas menores. Deslizó un comentario para encaminarla: "¿Si es tan importante derrotar a estos mamertos, por qué no se encarga Quinn, nuestra exitosa e irremplazable capitana?". Problema resuelto. Sue le ofreció la capitanía una vez que pudiera ofrecerle garantías de que ese club no reuniría los miembros suficientes para presentarse en las regionales.

Ya se encontraba trabajando en alguna excusa creíble para poder meterse en el coro... y no era fácil. Podía usa la carta de "necesito créditos extra para la universidad" o algo así, pero nadie se lo tragaría. Y por supuesto, tenía que contar con la aprobación de las demás porristas o retrocedería varios casilleros en el control real del equipo. Imagínense su felicidad cuando Quinn la encaró después de clases y le rogó que se uniera al Glee Club con ella.

Y esta es la mejor parte:

¡La principal motivación de Quinn para juntarse tres veces por semana con esa manga de inadaptados sociales era que Finn se había unido primero! Fantástico. Uno de los chicos más populares de la escuela había decidido inmolarse, así que lo suyo ya no sería tan polémico. Y el segundo motivo de su felicidad: la rubia estaba furiosa porque tenía la teoría de que Finn se había unido para conquistar a... ¡Rachel Berry! A Santana le costó un poco saber de quién le estaban hablando. De hecho, lo supo con seguridad varias horas después, cuando Brittany le recordó que la llamaba "Dobby", en alusión al elfo doméstico de Harry Potter. Así que a Quinn le estaban poniendo los cuernos con un elfo cantor. Genial. Y para solucionar sus problemas amorosos acudía a la persona que estaba tratando de derrocarla. Doblemente genial.

No obstante, lo que más gracia le causaba era que Quinn estuviera dispuesta a unirse a semejante idiotez para perseguir a un chico que a) ni siquiera le gustaba tanto b) seguramente no había dejado llegar ni a segunda base y c) repentinamente decidió acusar de serle infiel con una total desconocida... cuando semanas atrás se había divertido de lo lindo con ella y Britt.

-San... - la voz de la rubia la sacó de sus pensamientos - ¿Está todo bien?

Le cuesta entender de qué le habla. Está demasiado enfrascada en sus planes. Se obliga a volver a la realidad: es viernes, la práctica terminó hace ya veinte minutos y están en un vestuario vacío. Es el único día de la semana que no tienen ninguna asignatura después del entrenamiento, con lo cual buena parte del equipo decide bañarse en la comodidad de sus casas. O escabullirse al otro vestuario. Normalmente ellas optarían por la primera opción, pero es el día de las audiciones y Santana sospecha que si se va a su casa, ya no volverá.

No Tan SantaWhere stories live. Discover now